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Terapia Grupal

jshua29 de Octubre de 2014

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TERAPIA GRUPAL PARA ADICTOS SEXUALES

INTRODUCCIÓN

El presente trabajo se basa en un estudio sobre la terapia de grupos para la adicción sexual, algunos enfoques de diversos especialistas en la materia.

Su marco teórico basado en la situación de la adicción sexual como problema y que tan a menudo se usa como patrón continuo y repetitivo de actividad en el que las personas usan el sexo como una forma de lidiar con su soledad, ansiedad, tristeza, ira, depresión y aburrimiento.

Los efectos psicológicos, sociales a que conllevan; tanto a quien lo hace como a quién lo ve. Contrariamente a lo que popularmente pueda creerse, no viven placenteramente esta sexualidad ya que su comportamiento responde a un impulso, a una necesidad de la que no son capaces de controlarse para después de realizada la conducta sentir en muchas ocasiones vergüenza y arrepentimiento.

Sus efectos negativos, como lleva a un individuo a ser un adicto sexual.

Su adicción al sexo, un trastorno obsesivo compulsivo, consecuencias, los primeros indicios, síntomas, alarma, buscar ayuda, tratamientos y un programa de curación adecuado tiene en cuenta las dimensiones siguientes:

La conducta, aspectos físicos, las relaciones, las emociones y lo espiritual. Y entre otros aspectos que se definen para una fácil comprensión del tema desarrollado a continuación.

Los consejeros definen la adicción al sexo como un patrón continuo y repetitivo de actividad en el que las personas usan el sexo como una forma de lidiar con su soledad, ansiedad, tristeza, ira, depresión y aburrimiento. Las actividades sexuales suelen escalar con el tiempo y llevar a unas consecuencias negativas. En los últimos tiempos hemos llegado a comprender que incluso el cerebro se convierte neuroquímicamente tolerante con las diversas sustancias químicas que crea la respuesta sexual humana.

El adicto al sexo se siente impotente en cuanto a sus acciones, y por lo general ha hecho repetidos intentos por dejar de actuar así, aunque sin éxito. Como tal, la adicción sexual es una especie de pecado original, en el sentido de que los adictos se niegan a abandonar el control de sus actividades.

El adicto al sexo se caracteriza por una necesidad de conducta sexual excesiva, y por un pensamiento continuo y obsesivo respecto del sexo.

El sexo domina su pensamiento y su conducta y la persona persiste en este comportamiento a pesar de las graves consecuencias negativas que le reporta a él/ella y a las personas de su entorno.

Los adictos al sexo, contrariamente a lo que popularmente pueda creerse, no viven placenteramente esta sexualidad ya que su comportamiento responde a un impulso, a una necesidad de la que no son capaces de controlarse para después de realizada la conducta sentir en muchas ocasiones vergüenza y arrepentimiento.

En ocasiones la persona llega a tener conductas sexuales que van en contra de sus normas morales como persona, lo que le puede llevar a vivir una doble vida basada en el engaño y la mentira (como ocurre en cualquier otra adicción)

Así mismo, al igual que en cualquier otra conducta adictiva, estas personas no consiguen tener éxito en sus intentos de reducir o frenar su actividad sexual cuando se dan cuenta de que esta es problemática. “Mucha gente usa el sexo de vez en cuando para escapar del estrés, esto es algo normal. El problema es que para estos pacientes se trata de una conducta constante, que se intensifica hasta tal punto que el deseo sexual controla todos los aspectos de sus vidas, y además se sienten impotentes en sus esfuerzos por cambiarla”.

Este tipo de adicción acaba por afectar a la totalidad del ámbito personal.

La hipersexualidad o adicción al sexo puede ser un aumento repentino o una intensidad extraordinaria de la libido o la actividad sexual. El adicto sexual tiene una serie de conductas, de fantasías o de deseos que se reproducen con mucha frecuencia y están centradas en el deseo sexual. Algunos calculan que hasta el 6% de la población puede sufrir en algún momento este trastorno.

Muchas veces es complicado definir la adicción al sexo en términos cuantitativos. ¿Qué cantidad de relaciones sexuales pueden considerarse excesivas? ¿Qué cantidad de pensamientos? ¿Cuánto tiempo? No es fácil establecer límites precisos y por eso muchos prefieren definir la enfermedad en función de cómo afecta al individuo, cómo afecta a su vida, qué trastornos le supone al individuo y qué capacidad tiene este para controlar sus impulsos.

En los adictos al sexo es frecuente encontrar un patrón recurrente de fantasías sexuales. También el utilizar la actividad sexual como un mecanismo de respuesta para huir de la preocupación, del estrés o de la depresión. El tratamiento de la adicción al sexo debe partir de un análisis psicológico de las motivaciones del individuo. Enseñarle a reconocer las razones de su adicción, a entender qué las motiva y a conseguir controlarlas.

¿Cuando podemos hablar de adicción al sexo?

Es muy difícil determinar cuánto es demasiado, cuándo una vida sexual muy activa puede considerarse una adicción. En cuestión de sexo, no hay límites. Si tienes muchas relaciones, pero te sientes bien contigo mismo y no sufres por ello, no hay problema.

Así pues, “¿qué cantidad de sexo es normal?” Al igual que en cualquier conducta adictiva, la frecuencia (en este caso de las relaciones sexuales) no es el único baremo a tener en cuanta para poder diagnosticar “sexo compulsivo”. Lo que sí está claro es que, cuando el deseo de mantener relaciones sexuales es demasiado frecuente y la búsqueda de satisfacción del mismo ocupa gran parte del día a día, o interfiere de forma significativa trayendo consigo consecuencias negativas, es muy probable que hablemos de adicción al sexo

Adicción al Sexo, un Trastorno Obsesivo Compulsivo

Cualquier tipo de obsesión que interfiera en la capacidad de la persona para llevar una vida normal, que le perjudique en sus relaciones personales y laborales, es una patología.

La adicción al sexo se define como una conducta compulsiva: tendencia involuntaria, irrefrenable, reiterativa e irreflexiva, dirigida a establecer un tipo de relación sexual de la que siempre queda una sensación de insatisfacción.

También definido como sexo compulsivo, se refiere a un conjunto de conductas con formato repetido y de caracteres compulsivos dirigidos a mantener relaciones sexuales, habitualmente con diferentes parejas, con el fin de satisfacer un intenso y frecuente deseo sexual. Se calcula que un 6% de la población sufre este trastorno.

Consecuencias del Sexo Compulsivo

La mayoría de personas adictas al sexo sufren las consecuencias de su enfermedad: el 17 por ciento pierde su empleo al menos una vez, el 39 por ciento finaliza una relación sentimental y el 28 por ciento ha contraído alguna enfermedad de transmisión sexual.

Las personas que manifiestan los síntomas de la enfermedad experimentan las secuelas en su vida diaria.

Los Primeros Indicios

Al igual que un alcohólico es incapaz de dejar de beber, una persona adicta al sexo es incapaz de parar su comportamiento sexual autodestructivo. Los sexos adictos pueden provenir de todas las clases sociales.

En principio, la persona lo consigue mezclar con su rutina, sin embargo, mientras más se adentra en la adicción, más difícil le será realizar su vida diaria.

“Ver pornografía o masturbarse son actividades que en principio, se pueden hacer en 15 o 20 minutos. La persona sigue con su vida absolutamente normal, hasta que empieza a desaparecer cada vez más seguido para hacer sus cosas y entonces su vida se ve afectada”.

Síntomas. ¿Soy adicto al sexo?

Los adictos al sexo frecuentemente no entienden su modo de actuar y pocas veces son conscientes de su problema, para ellos puede ser un modo de amar o una necesidad más que tienen, normalizando y racionalizando su conducta como si se trata de una necesidad vital.

Es frecuente que la toma de conciencia venga a raíz de problemas que su conducta les termina produciendo (problemas de salud por infecciones de ETS, problemas con la pareja, problemas con la justicia, problemas laborales,…).

Así pues, ¿Cómo se distingue a un adicto al sexo? Aunque cada caso es particular, tienen características comunes.

Entrañen peligro, contacto por anuncios o abuso de líneas telefónicas eróticas. La adicción sexual se presenta de muchas formas: masturbación compulsiva, relaciones sexuales con prostitutas, sexo anónimo con múltiples personas, consumo constante de pornografía, relaciones sexuales que puede mostrarse con una sola conducta o puede implicar varias. Y, en muchas ocasiones, no se protegen, por lo que tienen más riesgo de contraer enfermedades de transmisión sexual y de provocar un embarazo no deseado.

Señales de alarma de la adicción al sexo:

- La persona muestra actividad sexual muy frecuente, desproporcionada y desadaptada. Sus pensamientos también son de contenido sexual y se convierte en obsesiones que ocupan continuamente su pensamiento respecto a lo que desea hacer o cómo hacerlo.

- Por más que la persona se hace propósitos de no realizar determinada conductas sexuales le resulta imposible mantenerse abstinente o reducir.

- Muchas veces la persona vive su conducta sexual en secreto respecto a su entorno, llevándole en ocasiones, a llevar una doble vida de mentiras, engaños y ocultación.

- La persona experimenta una progresiva tolerancia, por lo que ha de aumentar la frecuencia,

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