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Enviado por   •  1 de Octubre de 2014  •  4.285 Palabras (18 Páginas)  •  273 Visitas

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Período Ínter-testamentario

Introducción:

Al Período Intertestamentario se lo conoce como el tiempo o periodo de silencio entre el Nuevo y el Antiguo Testamento. Esto significa que fue entre el último de los profetas (Malaquías) y el primero en el Nuevo Testamento que fue Juan el Bautista por el año 30 de la era cristiana, eso encierra un tiempo de 450 años aproximadamente.

En éste período de aparente silencio no se paró la historia, la filosofía, ni la teología. Al terminar lo que conocemos como el Antiguo Testamento, Israel siguió en la incertidumbre socio política. Hay que tomar en cuenta que históricamente Dios ha usado todos los períodos buenos y malos en la extensión de su reino y cumplimiento de su palabra.

Marco histórico de los dos grandes imperios durante este periodo:

LOS GRIEGOS

Entre 336 y 331 a. C. Alejandro Magno conquistó el mundo entero. Su padre el rey Filipo había muerto inesperadamente. Alejandro ascendió al trono de Macedonia cuando tenía sólo 20 años de edad. Recibió una sólida formación de parte del filósofo Aristóteles, lo cual le hizo muy sensible al arte y a las ciencias. En su comitiva siempre se hacía acompañar por los más grandes sabios, quienes iban realizando una labor de acopio cultural. Alejandro era un joven con una personalidad arrolladora y una ambición sin límites. En 334 dejó a Antípater como regente en Macedonia y se trasladó al Asia Menor con un ejército de 40.000 hombres para enfrentarse a Darío Codomano, rey de Persia. A pesar de tener un ejército diez veces menor, lo venció en dos ocasiones (en Gránico e Isos). Alejandro conquistó la costa oriental del Mediterráneo. En 332 se apoderó de Tiro, la gran ciudad marítima de los sidonios, lo cual le sirvió de base para el dominio de todos los pueblos de Palestina.

En la invasión a Palestina tuvo consideración de los judíos, dejó intacta Jerusalén, y ofreció garantías a los judíos para que se estableciesen en Alejandría. Según el historiador judío Flavio Josefo, Dios le habría mostrado antes, en una visión, su entrada a Jerusalén, y también habría preparado al sumo sacerdote judío para recibirlo en paz. En efecto, cuando entró a Jerusalén le esperaban todos los sacerdotes con sus vestimentas ceremoniales. Alejandro se postró delante del sumo sacerdote en reconocimiento al Dios cuyo nombre éste llevaba inscrito en la frente. Los judíos mostraron a Alejandro las profecías de Daniel que apuntaban a su persona, lo cual acabó por convencer a Alejandro de su carácter de escogido. Siria y Egipto se sometieron al joven conquistador sin resistencia. En Egipto asumió el lugar de faraón y dios de los egipcios (‘hijo de Amón’); fundó la ciudad de Alejandría y se preparó para la campaña del este.

Primeramente, tomó la ciudad Siria de Damasco, donde se apoderó de los tesoros del rey Darío. Luego, venció a Darío en Gaugamela, Asiría. Tomó luego las espléndidas ciudades del Oriente: Susa, la capital del imperio Medo-Persa; Persépolis y Ecbatana. Llegó hasta cerca del río Ganges en la India entre 330 y 328. Contra lo que su maestro Aristóteles le había enseñado, en cuanto al riguroso helenismo, Alejandro, adoptó muchas de las costumbres orientales. Adoptó también el modelo medo-persa en cuanto a su sistema de gobierno y en lo cultural. Se casó con mujeres persas, y dio mujeres persas a sus hombres.

En el año 323, cuando se preparaba para su expedición a Arabia, murió de un violento ataque de malaria. Su muerte hizo temblar todo el imperio. Tenía 33 años. Sus funerales duraron 2 años. Tras la muerte de Alejandro, durante 22 años, el imperio estuvo en manos de los sátrapas. Pero en 301, por la muerte de muchos de ellos y los forcejeos entre los líderes más ambiciosos se llegaron a conformar cuatro grandes áreas.

Es así como el imperio pasó a cuatro de sus generales (diádocos = sucesores). En Tracia y parte de Asia Menor quedó Lisímaco. En Macedonia y Grecia quedó Casandro. En el oriente, Siria le tocó a Seleuco, y Egipto a Tolomeo. Palestina, situada entre ambos, se vio involucrada en muchas guerras, pero fue primeramente de Egipto (entre 323 y 203, unos 120 años), bajo el reinado de Tolomeo Sóter, y luego de Tolomeo II Filadelfo. Bajo los reyes de Egipto (los Tolomeos), la suerte de los judíos fue, por lo general, pacífica. Los que estaban en Egipto edificaron sinagogas en todas las colonias. Tolomeo Filadelfo se interesó por apoyar la cultura y la literatura de los pueblos.

Durante este período la ciudad de Alejandría llegó a ser un centro de gran influencia judía. Se produjo la versión griega del Antiguo Testamento, llamada Septuaginta, entre 280 y 150 a. C. El rey pidió al sumo sacerdote Eleazar que le enviara a Alejandría setenta eruditos hebreos para realizar dicha obra. Esta traducción permitió que todo el mundo conocido en la época que conocía la lengua griega leyera las Sagradas Escrituras. En 198 a. C., Antíoco III el Grande reconquistó Palestina para los seléucidas. Poco después el rey Antíoco IV Epifa-nes, enemigo acérrimo de los judíos, hizo un esfuerzo salvaje y decidido para exterminarles a ellos y a su religión. (Éste se llamó a sí mismo “Teos Epífanes” – dios manifiesto).

En el año 168 a. C., luego de fracasar en una embestida a Egipto Antíoco desahogó su frustración contra Jerusalén. Destruyó los muros de la ciudad, profanó el templo (que fue llamado ‘Templo de Júpiter Olímpico’), sacrificó una cerda sobre el altar, erigió un altar a Júpiter, prohibió el culto del templo y la circuncisión, destruyó todos los ejemplares de la Escritura que fueron hallados, mató a todo aquel que las poseyera, vendió como esclavos a miles de familias judías y recurrió a toda forma imaginable de tortura para obligar a los judíos a que renunciaran a su religión. Para los judíos de la época la figura de Antíoco Epífanes cumplía con valores proféticos del libro de Daniel.

Las atrocidades cometidas por este rey condujeron al sublevamiento de los Macabeos, una de las hazañas más heroicas de la historia de la humanidad.

CONTRIBUCION DEL PERÍODO GRIEGO AL CRISTIANISMO

La cultura y, específicamente, la lengua griega, que llegó a ser el idioma universal. En este idioma se universalizó la Palabra escrita de Dios:

a) El Antiguo Testamento, por la versión Septuaginta.

b) El Nuevo Testamento, escrito totalmente en griego.

El historiador Carl Grimberg evalúa así el aporte de los griegos al cristianismo y la humanidad. “Cuando

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