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El Lenguaje de los Iconos


Enviado por   •  15 de Marzo de 2017  •  Monografías  •  8.121 Palabras (33 Páginas)  •  310 Visitas

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Introducción.

En este trabajo investigué sobre el origen del culto de las imágenes el la Iglesia, su sentido, valides, importancia. e he encontrado con material muy amplio. En la presente monografía presento aquello que me resulto más interesante.

No ha sido facil ordenar el material para disponer el trabajo, después de varios intentos opté por la forma como hoy lo presento que consta de: tres Capítulos: el primer capítulo sobre los fundamentos del Culto a las Imágenes; en el segundo la Legitimidad de la Veneración del Culto a las Imágenes, el tercero será en relación directamente a los Iconos su sentido Teológico, materiales que se utilizan, como se escriben, sobre el final de este capitulo describiré uno de los Iconos más importantes para mi Familia Religiosa y que me acompañó durante año y medio de mi etapa de formación. Para finalizar anexo algunos Iconos del Estudio San José, en Estados Unidos entre los cuales se encuentra el de la Venerable Jeanne Chezard de Matel fundadora de la Congregación de la cual soy parte: Religiosas del Verbo Encarnado.

Para mi ha sido muy rico realizar este trabajo, si bien por tiempo no he profundizado en todo el material que al realizar la investigación obtuve. El motivo de elección del tema está estrechamente relacionado por la admiración que provocan en mi los Iconos y la importancia de ellos para mi vida de oración y relación con Dios.

Quiero aclara que el último capítulo es en gran medida el fruto del trabajo e investigación de la hermana María del Carmen Fraga, cvi, cuyo material ha sido de gran utilidad para la realización del presente trabajo.

Agradezco esta oportunidad de realizar este trabajo ha sido para mí muy rico.


I Fundamentos del Culto a las Imágenes.

  1. Antecedentes del culto a las Imágenes.

        En la actualidad, para Católicos y Luteranos la decoración de las Iglesias está enriquecida por imágenes. El aprecio por estas se ve acrecentado a partir de la lucha contra los iconoclastas.

        Icono significa, “presencia de la persona del representado. Pero, ¿cual es el origen del culto a las imágenes? ¿Cuáles son los principios de la herejía iconoclasta? ¿Cómo fundamenta la Iglesia su postura? En este primer apartado, trataremos de poner, a partir del material consultado, un poco de luz en estas cuestiones.

        Recordemos que la cultura que ve los orígenes del cristianismo en oposición a la pagana es contraria a confeccionar imágenes de Dios; el pueblo judío tenía este principio como parte de fidelidad a Dios; dentro de los puntos del decálogo se le pide al pueblo no tener imagen alguna en la tierra ante la cual postrarse. “No te harás escultura o imagen alguna, ni de lo que hay arriba en los cielos, ni de lo que hay debajo en la tierra, ni de lo que hay en las aguas debajo de la tierra. No te postrarás ante ellas ni les darás culto, por que yo Yahvé, tu Dios, soy un Dios celoso”[1] Luego, ante los pueblos vecinos que adoraban ídolos, Israel comprende que solo Yahvé es Dios y niega el poder mágico de las imágenes: “Plata y oro son sus ídolos obra de manos de hombre, tienen boca y no hablan, tienen oídos y no 0oyen, tienen nariz y no huelen. Tienen manos y no palpan, tienen pies y no caminan, ni un solo susurro en su garganta”[2] Estos testimonios no son exclusivos del AT. San  pablo en la carta a los Romanos comenta: “…jactándose de los sabios, se volvieron estúpidos y cambiaron la gloria del Dios incorruptible por una representación en forma de hombre corruptible, de aves, de cuadrúpedos, de reptiles”[3]

        Para los cristianos a dios, al ser espíritu debemos adorarlo en espíritu y en verdad, no en imagen; para la inminencia de la parusía presente en la escatología del NT era superficial, las imágenes carecían de importancia para estos primeros cristianos.

        Clemente de Alejandría distingue al idolón (imagen pagana hecha por manos del hombre) de iconon (representación de la imagen de Dios. Para él la verdadera imagen de dios es su Verbo, e imagen del Verbo es la mente del hombre; así lo refiere la Sagrada Escritura. “Cristo es imagen de Dios Vivo”[4]; “el ser humano es creado a imagen y semejanza de Dios”.[5] Igual posición manifiesta Orígenes; para estos dos autores la única imagen admisible de Dios es el hombre espiritual. No admiten el culto a las imágenes.

        A mediados del siglo III, con motivo del Sínodo de Elvira se prohíben las imágenes en las Iglesias. En tiempos de Constantino, pese al cambio radical que experimenta la Iglesia, la situación no cambia.

El uso de las imágenes entre los cristianos es escaso hasta el siglo VI. Las primeras que se adoptan son de ángeles, palomas, áncoras: símbolo con barra transversal que llegará a convertirse en una cruz; Clemente de Alejandría si bien es contrario al culto de las imágenes aprobará el uso de estos símbolos, como medios de acceso a Cristo.

Podemos vincular el surgimiento del uso de Imágenes no tanto a la teología de la Iglesia oficial, sino a la piedad popular si tomamos como base ilustraciones con motivos bíblicos que datan de mediados del siglo III encontradas en el cementerio de Roma.

  1. Cambio de tendencia.

        El cambio comienza a gestarse entre lo teólogos más abiertos; San Basileo Magno, en su segunda carta De Vita solitaria en el capítulo III habla de la vid DE LOS Santos como modelos a imitar. Más tarde San Juan Crisóstomo invita a los pintores a representar la muerte de los mártires, poniendo a Cristo como arbitro del martirio. San Basilio enseña que en Dios padre y su Unigénito se contempla una sola imagen de la divinidad, sin diferencia; no se divide la gloria sino que es única: “el honor hecho a las imágenes se trasvasa al prototipo”[6] Es en estas palabras donde encontramos los fundamentos para una teología de las Imágenes.

        Entre tanto los dos Gregorios recomiendan las imágenes de los Santos no las de Cristo y esto con un sentido pedagógico. En este sentido Paulino de Noa hace decorar su iglesia para la instrucción de los fieles. Esta práctica es acogida por San Gregorio Magno.

        En oriente la teología de las imágenes se va desarrollando lentamente, Hacia el siglo IV se comienza a cambiar la imagen por el Icono, esto es un cambio importante, lo que servía como medio de hacer memoria y de enseñanza ahora adquiere un sentido más profundo. EL Icono, como llega a ser un modo de presencia del representado, recuerdo e invocación al mismo tiempo. A finales del siglo VI aparece la tradición de un retrato de la virgen que se lo atribuía a San Lucas. Entre los siglos VI y VII se veneran iconos para pedir protección ante la posibilidad de una guerra. De los escritos del Pseudo-Dionisio, el Areopagita podemos concluir que la imagen apunta a una realidad más alta, diferente de la realidad espiritual pero la representa, es reflejo de la trascendencia.

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