El caso de Don Carlos Ometochtzin a cargo de la Inquisición Episcopal
letyfrankEnsayo22 de Mayo de 2018
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20 de junio de 2016
¿Herejía o Ignorancia?
El caso de Don Carlos Ometochtzin a cargo de la Inquisición Episcopal
Abstract
El presente trabajo consiste en una investigación documental sobre el santo oficio en la Nueva España tanto en lo general, como en lo particular del caso de Don Carlos Ometochtzin cacique de Texcoco, noble indígena cuya ejecución en la hoguera implico el inicio de un debate teológico y moral acerca de los límites de la jurisdicción del Tribunal del Santo Oficio. Dicha ejecución, la cual fue la primera condena a muerte de un indígena quien además, al tratarse de un miembro de la nobleza indígena del citado pueblo de Texcoco, dio paso a una coyuntura sobre el papel de los indígenas y su personalidad jurídica dentro de la Nueva España.
En la discusión sobre la condición del indígena como sujeto de leyes destacaron nombres personajes como Bartolomé de las Casas, Francisco de Vitoria y el Papa Paulo III quien a través de la bula “Sublimis Deus” de 1537 declaró que los indios son libres, aptos para recibir la fe católica, y si los han esclavizado, habría que liberarlos. Lo anterior, llevo a las autoridades a dejar fuera de jurisdicción a los indígenas, por qué se determinó que al ser nuevos conversos eran vulnerables a retomar su antigua religión y se les trato como inexpertos antes que herejes. Se presentara un breve análisis de dichos acontecimientos como justificación del dominio de unos hombres sobre otros como antecedente del derecho indiano.
¿Herejía o Ignorancia?
El proceso de Don Carlos Ometochtzin a cargo de la Inquisición Episcopal
La Inquisición es un tema que ha despertado mucha curiosidad en personas de todas las edades, ya sea por morbo referente a los métodos de tortura empleados para obtener confesiones, o por simple curiosidad, así mismo ha sido un tema que ha despertado grandes controversias.
Es de conocimiento popular que el Santo Oficio no fue una institución propia de México y tampoco de España, nació en Italia en el siglo XII consolidada como un órgano funcional aproximadamente un siglo más tarde cuando el Papa Honorio III le encomienda la tarea Santo Domingo de Guzmán (fundador de la orden de los dominicos) el cargo de Delegado Inquisidor que posteriormente con el concilio de Tolosa[1] en 1229 se organizó ya como un tribunal destinado a perseguir la herejía.
Cuando el Santo Oficio se trasladó a territorio mesoamericano una vez concretada la invasión de la corona española aproximadamente en 1521 con el propósito de purgar todo rastro de herejía en las tierras recién descubiertas, aunque el inicio de su actividad no está muy claro se tiene el conocimiento por medio de archivos los cuales indican que aproximadamente en 1522 algunos frailes que acompañaron a los invasores españoles con el poder de las bulas papales (Exponi nobis) con órdenes de Cortés ejercían su justicia contra los blasfemos, posteriormente en 1524 un primer grupo de frailes arribó a tierra azteca encabezados por Fray Martin de Valencia el cual ejerció la autoridad inquisitorial así fue como oficialmente la inquisición española piso nuestro país.
A lo largo de esta investigación se va a tratar a dar un énfasis al proceso inquisitorial del indio Cacique de Texcoco Carlos Chichimecatecotl a cargo de Fray Juan de Zumárraga y las consecuencias que este proceso trajo a favor del derecho indiano.
Tras el “descubrimiento” de las nuevas tierras en el continente americano, el contacto con personas muy diferentes a los europeos despertó muchas dudas entre los intelectuales de la época; la colonización de américa tuvo como consecuencia que se tenía que dar respuesta a una pregunta: ¿Cómo se habría de gobernar y justificar la dominación de los hombres recién llegados?
El reino de España se disputo los nuevos territorios descubiertos con el reino de Portugal ante el vaticano buscando el derecho de evangelizar a los naturales con base en la bula Inter Caetera (expedida por el papa Alejandro VI el 4 de mayo de 1493, según la cual se tenía que “difundir la cristiandad y su fe.” Posteriormente, durante la conquista de México, Hernán Cortes, Bernal Díaz del Castillo y la mayoría de los cronistas de la época ya afirmaban que estaban “pugnando por la fe”; que la guerra que estaba peleando contra estos salvajes era una guerra justa en aumento y propagación de la fe cristiana. Por ejemplo, Bernal Díaz del Castillo en su “Historia verdadera de la conquista de la Nueva España” narra como en diversos acontecimientos de la conquista de México, Santiago apóstol el santo patrón de España intervino en las batallas ayudando a las huestes españolas a obtener la victoria contra los indios. López de Gómara, el cronista oficial de indias del emperador Carlos V en su obra “Historia General de las Indias”, pone de manifiesto lo siguiente: “comenzaron las conquistas con los indios acabada la de los moros, porque siempre guerreasen españoles contra infieles”. Lo anterior nos da cuenta que en la literatura de la época podemos encontrar una justificación principalmente religiosa de la conquista, dominación e incluso exterminio de los naturales de américa.
Por la bula Exponi Novis u Omnimoda , otorgada por el mismo papa, quedaron en manos de las órdenes religiosas en Nueva España, principalmente franciscanos casi todas las funciones episcopales, excepto la de ordenar obispos, situación que se mantendría de 1521 a 1532; más adelante, las funciones que desempeñaban los frailes pasaron a la Comisaría del Santo Oficio de la Inquisición.
La tarea de evangelizar fue delegada en un principio a los frailes, además de ser la justificación ideológica para la conquista de América, eran las únicas autoridades religiosas que se encontraban en la Nueva España ya que por cuestiones geográficas era imposible que la Inquisición española se hiciera cargo de preservar la fe en las nuevas tierras. Para efectos de estudio de la inquisición, la mayoría de los autores aceptan la siguiente periodización
- 1522 a 1534, periodo monástico representado por los frailes (franciscanos) evangelizadores.
- 1535 a 1571, periodo episcopal, en el cual los obispos mantienen el orden.
- 1571 a 1820, que es el periodo en donde se instituye y opera el Tribunal del Santo Oficio de la Inquisición.[2]
El tribunal del Santo Oficio fue el esfuerzo más concertado de las autoridades coloniales españolas de aplicar los plenos poderes de la inquisición española a la población indígena en la Nueva España. Los indios sufrieron una serie de castigos desde la flagelación hasta la quema en la hoguera como el caso de Don Carlos Ometochtzin cacique de Texcoco cuyo caso analizaremos más adelante.
En 1527, el emperador Carlos V presentó al vaticano el nombre de un fraile llamado Juan de Zumárraga para que ocupara el obispado de México. Y en 1535, Alonso Manrique, presidente del consejo supremo de la inquisición en España, lo nombró inquisidor general de México; desde esa fecha, fray Juan de Zumárraga fungió como juez eclesiástico “ordinario”, es decir, con las facultades con las que solían estar investidos los obispos, y no como “inquisidor”, cargo que requería nombramiento especial que en esas fechas no era posible porque aún no existía un Tribunal implementado como tal en la Nueva España ya que este se implementó hasta 1571, fecha en la cual obispos y frailes perdieron todas sus facultades inquisitoriales Zumárraga, al igual que los frailes en el periodo monástico de la inquisición ocupa un lugar ambivalente en cuanto a funciones inquisitoriales y religiosas, fue el primer inquisidor de la Nueva España sin llegar a fundar un Tribunal del Santo Oficio como tal.
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