10 Competencias Docentes
Enviado por lety8a78 • 26 de Octubre de 2012 • 3.583 Palabras (15 Páginas) • 571 Visitas
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3.1 La complejidad de la práctica docente
Introducción: nuevas competencias profesionales para enseñar
Perrenoud P.,
Diez nuevas competencias enseñar
SEP-BAM, México. 2004, pp. 7-16
Práctica reflexiva, profesionalización, trabajo en equipo y por proyectos,
autonomía y responsabilidad ampliadas, tratamiento de la diversidad, énfasis en
los dispositivos y las situaciones de aprendizaje, sensibilidad con el conocimiento
y la ley, conforman un «escenario para un nuevo oficio)) (Meirieu, 1989). Éste
aparece en un marco de crisis, en un momento en el que los profesores tienden a
recogerse en su clase y las prácticas que han dado prueba de sus aptitudes. Dado
el estado de las políticas y de las finanzas públicas de los países desarrollados, no
habría motivo para reprochárselo. Sin embargo, puede esperarse que numerosos
profesores aceptarán el desafío, por rechazo de la sociedad dual y del fracaso
escolar que la prepara, por deseo de enseñar y de hacer aprender a pesar de
todo, o incluso, por temor a «morir de pie, con una tiza en la mano, en la
pizarra», según la fórmula de Huberman, (1989a) cuando resume la cuestión
existencial que surge al acercarse el cuarenta aniversario en el ciclo de vida de
los profesores (1989b).
Decidir en la incertidumbre y actuar en la urgencia (Perrenoud, 1996c) es
una forma de caracterizar la experiencia de los profesores, que realizan una de
las tres profesiones que Freud llamaba «imposibles», porque el alumno se resiste
al saber y a la responsabilidad. Este análisis de la naturaleza y del
funcionamiento de las competencias está lejos de conseguirse. La experiencia, el
pensamiento y las competencias de los profesores son objeto de numerosos
trabajos, inspirados en la ergonomía y la antropología cognitiva, la psicología y la
sociología del trabajo, el análisis de las prácticas.
Intentaré aquí abordar la profesión del docente de una manera más
concreta, proponiendo un inventario de las competencias que contribuyen a
redefinir la profesionalidad del docente (Altet, 1994). Tomaré como guía un
referencial de competencias adoptado en Ginebra en 1996 para la formación
continua, en cuya elaboración he participado activamente. .
El comentario de esta cincuentena de enunciados, de una línea cada uno,
sólo me compromete a mí. Podría ocupar 10 páginas así como 2000, puesto que
cada entrada remite a aspectos completos de la reflexión pedagógica o de la
investigación en educación. La dimensión razonable de esta obra se debe al
hecho de que las competencias seleccionadas están reagrupadas en diez grandes
familias y cada una da lugar a un capítulo autónomo. Me he empeñado en que
éstas conserven una dimensión razonable remitiéndolas a las obras de Develay
(1995), Houssaye (1994), De Peretti, Boniface y Legrand (1998) o Raynal y
Rieunier (1997) para un tratamiento más enciclopédico de los distintos aspectos
de la educación.
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Mi propósito es distinto: dar a conocer competencias profesionales
favoreciendo a las que surgen actualmente. Este libro no tratará las habilidades
más evidentes, que siguen siendo de actualidad para «hacer la clase» y sobre las
cuales Rey (1998) ha propuesto una interesante síntesis para la escuela
elemental. Yo haré hincapié en lo que cambia y, por consiguiente, en las
competencias que representan un horizonte, más que una experiencia
consolidada.
Un referencial de competencias sigue siendo en general un documento
bastante escueto, que a menudo se olvida con rapidez y que, poco después de su
redacción, da motivo ya a todo tipo de interpretaciones. El referencial de
Ginebra que me guiará aquí se ha desarrollado con una intención clara: orientar
la formación continua para convertirla en coherente con las renovaciones en
curso en el sistema educativo. Se puede leer pues como una declaración de
intenciones.
Las instituciones de formación inicial y continua tienen necesidad de referenciales
para orientar sus programas, los inspectores los usan para evaluar a los
profesores en ejercicio y pedir explicaciones. No pretendo aquí hacer un uso
particular del referencial adoptado, sino simplemente ofrecer un pretexto y un
hilo conductor para construir una representación coherente del trabajo del
profesor y de su evolución.
Esta representación no es neutra. No pretende dar cuenta de las
competencias del profesor medio de hoy en día. Más bien describe un futuro
posible y, a mi entender, deseable de la profesión.
En
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