CLASIFICACION DE LAS PRACTICAS PARA EDUCACION DE SALUDBUCAL
javier_brac25 de Septiembre de 2013
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TIPOS DE INTERVENCIÓN EN EDUCACIÓN PARA LA SALUD (EPS) Y PROMOCIÓN DE SALUD (PS).
En los últimos años se ha ido avanzando en la clasificación y sistematización de los diferentes tipos de intervenciones en este campo. Los cuatro tipos más frecuentes de intervención desde la atención primaria de salud. Las actividades
comunitarias incluyen los dos últimos tipos.
Tipos de intervención en Educación para la Salud:
Consejo/información: Es una intervención breve que se dirige a usuarios, aprovechando una consulta profesional, de demanda o programada.
Educación individual: Serie organizada de consultas educativas programadas y
pactadas entre profesional y usuario.
Educación grupal o colectiva: Serie de sesiones programadas, dirigidas a un grupo de pacientes, usuarios o colectivos, con la finalidad de mejorar sus capacidades para abordar un determinado problema o tema da salud. También se
incluyen intervenciones dirigidas a colectivos de la comunidad para aumentar su
conciencia sobre factores sociales, políticos y ambientales que influyen en la salud.
Promoción de salud: Aborda las capacidades de las personas y también el entorno social que les rodea e influye en el tema de salud de que se trate. Además
de la educación para la salud, incluye otros tipos de estrategias: Información y comunicación a través de los medios de comunicación social, acción social y medidas políticas, técnicas o económicas.
En este sentido, el hecho de avanzar en la sistematización de los tipos de intervención, es ya una mejora considerable. Otras líneas de mejora podrían ser:
De la educación para la salud grupal a la promoción de salud. Completar la intervención de educación grupal con alguna otra estrategia de promoción de salud, cuando sea posible y el tema lo requiera, que facilite el abordar las distintas necesidades y factores en cada área de que se trate, tanto personales como del entorno social.
Un ejemplo: Una intervención con cuidadoras de personas con déficit de autonomía en el domicilio puede abordarse desde la educación grupal, en que organizaremos en el centro de salud unas sesiones o taller sobre cuidar y cuidarse.
Si la abordamos desde una intervención de Promoción de salud, deberemos conocer con más profundidad las necesidades de la comunidad en este tema. Según éstas, podemos pensar en un proyecto que incluya ese mismo taller y también la elaboración de folletos sobre el reparto de tareas y cuidados domésticos, con participación de hombres y mujeres, para buzonear en el pueblo o barrio. Además, se puede incluir la participación en unos programas de radio y un artículo en el periódico locales. También se pueden programar algunas reuniones con los servicios sociales municipales y trabajar con los grupos de autoayuda y voluntariado existentes en el barrio para organizar servicios de respiro para las cuidadoras que lo necesiten. Así mismo, podrían plantearse informes y reuniones con los responsables municipales para aumentar los recursos y servicios de apoyo para cuidar.
Avanzar en el análisis y planificación global de los tipos de intervenciones
pertinentes a las diversas necesidades de salud de la comunidad y diferentes áreas de intervención priorizadas. Consolidar este tipo de intervenciones en cartera de servicios supondría un paso de avance más.
2. Áreas de intervención
Poco a poco se han ido también sistematizando y ampliando las áreas de intervención. Las tres áreas de intervención más frecuentes en educación y promoción de salud se citan las siguientes:
Áreas de intervención en EpS y PS
Problemas de salud, especialmente procesos crónicos, como diabetes, EPOC, o enfermedades cardiovasculares o artrosis, pero también procesos agudos o de media duración como lumbalgias.
Estilos de vida, como alimentación, ejercicio físico, manejo del estrés, gestión de riesgos y otros.
Transiciones vitales, como la infancia y adolescencia, maternidad o parentalidad, menopausia/madurez, envejecimiento, cuidar, emigrar.
Las intervenciones sobre problemas de salud competen, mayoritariamente, a los centros de salud. Las dirigidas a estilos de vida, incluyen a veces a otros sectores.
Las intervenciones sobre transiciones vitales son las que más frecuentemente incluyen a diferentes sectores, servicios y grupos de la comunidad. Respecto a las áreas de intervención, las líneas de avance han sido importantes en estos años. Se ha pasado de afrontar sólo los problemas de salud a trabajar también los estilos de vida y las transiciones vitales, lo cual se corresponde mejor con las prioridades marcadas por la Organización Mundial de la Salud (OMS) y los distintos organismos internacionales.
La promoción y educación para la salud deben responder de forma coherente a la
evolución de las necesidades en salud que ocurren en nuestra sociedad. La política de Salud 21 para la región europea de la OMS, Salud para todos en el siglo XXI, ha definido 21 objetivos de Salud para todos como marco de desarrollo de las políticas sanitarias de la Región europea para afrontar las necesidades en salud en este siglo XXI.
Comparado con el Salud para todos en el año 2000, este documento enfatiza enormemente la prevención y promoción de salud y cita como áreas prioritarias de
intervención emergentes las transiciones vitales, emigrantes y minorías étnicas, la salud mental, los accidentes y los estilos de vida.
En el documento de la Unión internacional de educación y promoción de salud (UIPHES) La evidencia de la eficacia de la promoción de salud, los puntos destacados de evidencia en intervenciones de promoción de salud son: el envejecimiento, la salud mental, los grupos excluidos, la enfermedad cardiaca, tabaco, alcohol, drogas, alimentación y las lesiones y accidentes. En el mismo documento se citan los escenarios prioritarios de intervención: los centros de enseñanza, los servicios de salud y los lugares de trabajo. Quiero destacar la importancia de las transiciones vitales en la promoción de salud.
La OMS en el documento citado Salud para todos en el siglo XXI dice que “una perspectiva centrada en el curso de la vida garantiza unos mejores resultados en salud para toda la población y a medio y largo plazo.”
La vida comporta una serie de transiciones críticas, que están marcadas, por una
parte, por la etapa vital correspondiente al transcurso de la vida: infancia, adolescencia, juventud, madurez (temprana, media y tardía), envejecimiento, tercera y cuarta edad y muerte. Por otra parte, existen transiciones debidas a acontecimientos específicos que pueden ocurrir en ellas: emparejamiento, establecimiento de la propia residencia, cambio de escuela, de ciudad o de trabajo, paro, nacimiento y educación de hijos, aparición de enfermedades crónicas, duelo o pérdida del cónyuge o personas cercanas, maltrato, migración. Capacitar para desarrollar y profundizar en habilidades y recursos para afrontar los
retos de la vida es una de las más eficientes intervenciones para la promoción de la salud y el bienestar y para prevenir problemas y enfermedades de salud mental, que será una de los más frecuentes problemas de salud emergentes en la región europea. Especialmente importante desde la promoción de salud es la maternidad y paternidad, durante el embarazo, al inicio de la escuela infantil, de la primaria o secundaria. Se comprueba la evidencia de intervenir sobre el bienestar mental de los padres respecto a su función parental; 15 años después mantiene sus efectos sobre el desarrollo físico y psicosocial, de aprendizajes y de disminución de problemas de salud mental y abuso de sustancias. En este sentido respecto a los retos y líneas de avance se trataría de:
Profundizar en esta línea de diversificar y ampliar más las áreas de intervención, a partir de la investigación y el análisis de las necesidades en salud de la comunidad con que trabajamos, para abordarlas al máximo posible y priorizando con criterios de Promoción de Salud.
Incorporar enfoques y actividades de promoción de salud a las carteras de servicios. Incorporar enfoques de promoción de salud significa considerar aspectos de salud positiva, responsabilidad personal y social, participación de la comunidad, promoción y prevención como parte del modelo de atención, desarrollar mecanismos de financiación, asignación de recursos y sistemas de motivación para la promoción de salud en los modelos de gestión, coordinación con otros centros y servicios sociosanitarios y educativos y organismos de la comunidad. Incorporar actividades de promoción de salud significa ofertar servicios que incluyan alguna combinación de los diferentes tipos de intervención, incluyendo objetivos de equidad.
3. Los contenidos a trabajar
El avance en el modelo biopsicosocial, tanto a la hora de analizar las necesidades
como de intervenir en educación y promoción de salud, es evidente. Se ha pasado de trabajar contenidos exclusivamente informativos (por ejemplo qué es la diabetes, síntomas, diagnóstico y tratamiento) a incluir distintos aspectos psicosociales relacionados con la toma de decisiones, la aceptación de la enfermedad o el apoyo social.
Las líneas de mejora tratarían de profundizar en este enfoque holístico:
Desarrollar una nueva visión del tema en su globalidad.
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