Cognición Y Aprendizaje - Ensayo

Cognición y aprendizaje!

No son palabras simples, pero normalmente, pasamos por alto el significado de todo el proceso que implica ADQUIRIR conocimientos, APREHENDERLOS e INTERIORIZARLOS; pasamos por alto, la gran cantidad de elementos que intervienen. Para todos nosotros se convierte en un proceso tan natural, que mecánicamente lo hacemos y lo vemos en los otros, pero no lo percibimos en toda su extensión.

Toda la mezcla de experiencias, nuestro interior, percepción, elementos externos, estímulos, conjuntos de actividades del cerebro, química, física, biología, toda esta mezcla, que finalmente se expresa a través de palabras, comportamientos, conductas, sentimientos, es un milagro que experimentamos a diario, muchas veces sin darnos cuenta.

Algunas veces, dentro de un proceso cognitivo, tratamos de elaborar el conocimiento para entender “la cognición”. Sin embargo, y aunque tengamos algunas explicaciones en donde intervienen ciencias como la biología, la neurología, la electricidad, la química, etc., sigue siendo magia de la naturaleza, el hecho de que seamos capaces de tener pensamientos, el hecho de que los seres humanos tengamos esta capacidad de aprender y de seguir haciendo procesos cognitivos, e incrementar el conocimiento. En la época de Einstein se decía que los seres humanos aprovechamos apenas el 5% de nuestra capacidad cerebral, los genios un 10%. Lo curioso es que esta idea no proviene de ningún texto, ya sea libro o artículo, sobre neurología, neurofisiología o ciencias afines. Es más, aquellos que han pasado gran parte de su vida intentando comprender el funcionamiento del cerebro suelen quedarse maravillados al descubrir cómo un kilo y medio de materia gris consigue producir pensamientos y sentimientos. De este modo se justifica la existencia de las potencialidades que pueden estar ocultas en algún rincón de nuestra masa encefálica: desde la telepatía hasta poder aprender las cosas más deprisa. Pero, en realidad, yo creo que esta idea se genera, es de desaprovechar precisamente, la capacidad que tenemos de aprender, de generar procesos cognitivos, nos sumergimos tanto en el correr del día a día, que no dedicamos tiempo a aprender mucho más cada día. No puedo imaginar realmente ¿Cómo sería esta evolución si aprovecháramos toda nuestra capacidad, si hoy estamos en el punto en el que estamos, donde los procesos de atención, retención, producción y motivación, acumulan conocimientos de la humanidad de manera exponencial y hemos acumulado más conocimiento en los últimos 50 años que en los últimos 2.000, a dónde habríamos llegado?

Todas las teorías de los procesos cognitivos y de los procesos de aprendizaje, nos indican cómo podemos transmitir conocimientos, cómo podemos darle a otros individuos un poco de lo que nosotros mismos hemos aprendido, y lo entendemos, y hacemos nuestras propias teorías al respecto, y muy seguramente, cada uno tendrá un lineamiento de construcción propia, con el cual se convierte en un “docente, instructor o capacitador” y por estar en este medio, con mayor razón, a veces perdemos la sensibilidad de lo que le sucede a nuestros discípulos, cuando terminan algún proceso de aprendizaje. Nos perdemos de seguir admirándonos de los cambios y el progreso que pueden surgir, y más aún cuando se trata de una institución, donde las clases, o la instrucción es temporal, pues muchas veces no volvemos a ver esas personas en las cuales sembramos una semilla de conocimiento, que se convierte en una parte integral de dicho individuo.

Lo más palpable que he tenido, es cuando observamos la evolución de un niño. Cuando realmente, observas lo que el niño va logrando hacer, día tras día, paso a paso, cuando observas cómo va agregando habilidades, acumulando el conocimiento del mundo, de sí mismo y de sus propias reacciones ante este. No podemos hacer menos que maravillarnos y exponer una gran sonrisa. Con la evolución de un niño podemos ver de primera mano, todos los elementos de aprendizaje que sumados uno a uno, van haciendo esa personita, cada día más hábil, más fuerte, mas “instruída”.

Ahora bien, todo ese conocimiento, todo ese aprendizaje se transforma en habla, en palabras, en medios de comunicación con el mundo. Piaget defiende que la primera etapa del hombre, se reduce a un comportamiento reflejo o se restringe a actividades sensorio-motoras, cuestión difícil de creer, cuando hoy por hoy, hablamos de la “estimulación adecuada” a un bebé desde el momento en el que se encuentra en el vientre. Si bien es cierto, sus

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