EL TRABAJO DE LOS MAESTROS UNA COSNTRUCCION COTIDIANA

EL TRABAJO DE LOS MAESTROS: UNA CONSTRUCCIÓN COTIDIANA.

La escuela representa uno de los contextos de mayor influencia en el desarrollo del individuo, puesto que pasa gran parte de su vida en ella; además de ser uno de los principales escenarios de interacciones cotidianas, (Jackson: 91:8) lo advierte de la siguiente manera: “la mayor parte de las actividades que se realizan en la escuela se hacen con otros o, al menos, en presencia de otros y esto conlleva profundas consecuencias para la determinación de la calidad de vida de un alumno”. En efecto la escuela es un lugar de interacción, de búsqueda de estrategias sociales, lugar para potenciar, dirigir, orientar, desarrollar habilidades presentes, y/o adquiridas en los niños, esta inserción a su mundo inmediato a su contexto, a la sociedad donde vive será la consolidación de las vivencias e interacción que se vive en la escuela, de nuevo cito las palabras de (Jackson: 91:4) al referirse a la escuela de la siguiente manera:

“La escuela es un lugar donde se aprueban o suspenden exámenes, en donde suceden cosas divertidas, en donde se tropieza con nuevas perspectivas y se adquieren destrezas; pero es también un lugar en donde unas personas se sientan, se escuchan, sé aguardan, alzan la mano, entregan un papel, forman cola y afilan lápices .En la escuela hallamos amigos o enemigos, allí se desencadena la imaginación y se acaba con los equívocos, pero es también un sitio en donde se ahogan bostezos y se graban iniciales en las superficies de las mesas, en donde se recoge el dinero para algunos artículos necesarios y se forman filas para el recreo”

El autor describe en toda su expresión a la escuela, como un punto de encuentro en donde se dan ciertos fenómenos que inciden en el ambiente escolar; lo que es indiscutible es que la escuela después de la familia y aún de otros espacios de formación de actitudes y valores, es el espacio determinante en la formación individual.

Dentro del mundo de la escuela ,tal vez es el aula de clases donde se ponen en escena las más fieles y verdaderas interacciones entre los protagonistas, maestros-estudiantes, una vez cerradas las puertas del aula se da comienzo a interacciones de las que solo pueden dar cuenta sus actores; es aquí donde el maestro se hace y se muestra, aquí ya los deseos se convierten en una realidad, ya no es el mundo de lo que podría ser, sino el espacio de lo que es; donde el papel del maestro es indiscutiblemente importante, puesto que el papel transformador del aula está en manos de él, de la toma de decisiones y de la apertura y coherencia entre su discurso y sus actuaciones, y de la problematización y reflexión crítica que él realice de su práctica y de su lugar frente a los otros, en tanto representante de la cultura y de la norma.

Otro aspecto que se da dentro de estas interacciones, y a lo que tienen que acostumbrarse los alumnos es al poder que emanan los maestros sobre ellos mismos, la autoridad del profesor es restrictiva y preceptiva; puesto que a los profesores les interesa no solo impedir comportamientos inadecuados, sino también asignar tareas a los niños, la autoridad se manifiesta tanto en preceptos como en prohibiciones.

Es una clara diferencia entre autoridad, los profesores son más poderosos que los alumnos, puesto que son los principales responsables sobre la conformación de lo que acontece en el aula.

Este tipo de relaciones aparecen en todos y cada uno de los ámbitos en los cuales nos movemos, en los espacios de trabajo generando tensiones, en el espacio familiar, en las relaciones de pareja, están presentes en cualquier ámbito ya sea público o privado, son una presencia constante siempre en juego continuamente en movimiento, el poder es lo que pulsa toda relación.

Los espacios cotidianos se convierten en espacios de guerra, en espacio estratégico, en ellos los enfrentamientos luchas y tensiones son constantes y aparentemente sin sentido, sin embargo, si sometemos a análisis esas relaciones cotidianas, nos damos cuenta que poseen una lógica, que responden a un tipo de racionalidad.

Cabe mencionar la reflexión realizada por Foucault, respecto al controvertido concepto del “poder”; a pesar de ser un trabajo histórico(muestra a la sociedad moderna , que en su conformación, la forma que fue adoptando desde fines del siglo XVII) su letra nos habla de de nuestro presente y de nuestra actualidad, pues nos abre la posibilidad de pensar en ella, al leer “vigilar y castigar”, donde pinta el paisaje de la sociedad, como una sociedad eminentemente disciplinaria y la forma que ésta construye y fabrica los cuerpos de los sujetos modernos, es algo que en lo personal me impactó, porque nos está hablando de nuestros propios cuerpos, de nuestras propias marcas y heridas.

Sociedad encargada de disciplinar a través de una tecnología de control y vigilancia. Foucault muestra esa máquina disciplinaria, no como máquina de castigo, sino como máquina de formación, conformación, aprendizaje y enseñanza; esa mirada disciplinaria la lleva a cabo de manera jerarquizada el maestro en el aula, al respecto el autor, hace una recomendación ante esto y Señala lo siguiente :(Foucault:02:110)

” El maestro debe evitar, tanto como se pueda, usar de castigos; por el contrario, debe tratar de hacer que las recompensas sean más frecuentes que las penas, ya que los perezosos se sienten más incitados por el deseo de ser recompensados como los diligentes que por el temor de los castigos; por lo cual se obtendrá un fruto muy grande cuando el maestro obligado a usar del castigo, conquisté si puede el corazón del niño, antes de aplicar aquél .”

En este y muchos sentidos el pensamiento de Foucault continua vigente, abre nuevas rutas en la reflexión, ya que como lo menciona, el poder no es solamente una cuestión teórica, es algo que forma parte de nuestra experiencia.

En cierta medida este poder que le confiere al profesor, tiene cabida ante la implementación de actividades en el proceso enseñanza –aprendizaje, que la institución en la que labora le demanda, esto al acatar planes y programas establecidos; es decir; en la acepción del curriculum como contenido. lo que se tiene que aprender, las disciplinas, las materias y el conocimiento mismo; evidentemente el contenido del curriculum, es o debe de ser el elemento primordial de análisis, y previo a él, los elementos que lo configuran, la cultura, la ideología, en cualquier caso, de lo que se trata es de llevar a cabo un proceso de socialización de las nuevas generaciones y de analizar no solo el contenido, sino todo lo que envuelve los procesos de enseñanza-aprendizaje en el aula y en los centros.

El diseño en base al curriculum, lo que viene siendo la planificación, supone un plan de acción que se desea desarrollar, lo cual indica un modo o un sistema ordenado de actuación, el docente es un agente activo decisivo en la concreción de los contenidos y significado de los contenidos del curriculum; puesto que moldea a partir de su cultura profesional cualquier propuesta que se le haga, al respecto (Bolma,Deal:99:111) ven a este tipo de cultura como un producto y un proceso: “Como producto encarna a la sabiduría acumulada, como proceso, se recrea continuamente a medida de que los miembros aprenden los modos antiguos… el proceso de planificación del desarrollo puede cambiar la cultura de una escuela”.

Los profesores desde que iniciamos nuestra preparación para realizar tareas docentes, empezamos a conforma un cuerpo teórico respecto a todo lo relacionado con la función que habremos de desempeñar, éste bagage de teorías que incorporamos a nuestro acervo, se ve consolidado cuando iniciamos nuestro trabajo frente a un grupo de alumnos. Se comienza a internalizar una serie de creencias y tradiciones pedagógicas y nos apropiamos de lo que creemos que son los objetivos de la educación.

Con estas representaciones adquiridas, construimos un esquema metodológico(lo didáctico) para transmitir los contenidos establecidos en los programas de estudio del curriculum del nivel educativo en el que se trabaja; no advierto que estas construcciones que el profesor siente como propias son producto de influencias recibidas durante su preparación formal, así como del ambiente cultural en el que se ha desarrollado ;sin embargo al reinterpretarlas, las internaliza a través de su capital cultural, de sus experiencias personales y de sus condiciones éticas y morales, y se apropia de ellas como un vehículo propio para interpretar no solo su desempeño profesional, sino también su ambiente social.

No obstante el maestro, al sentirse comprometido con la tarea socialmente adquirida de educar a través de un plan de estudios previamente definido, recurre a sus propias creencias con respecto a lo que considera que le corresponde desempeñar, de lo anterior se desprende una gran diversidad de experiencias didácticas, pero también una gran variedad de resultados.

La práctica docente se considera como un proceso que se desarrolla en el aula, en un quehacer cotidiano del maestro, en este mismo proceso intervendrán múltiples variables que conforman y caracterizan el quehacer de cada profesor: desde la forma de abordar los procesos de enseñanza-aprendizaje, los distintos tipos de interacción, el contexto, toma de decisiones ante situaciones imprevistas, uso de materiales, hasta el mantenimiento de un buen orden en el aula.

(Fullan,Hargreaves:2000:50) Advierten lo siguiente al respecto “La docencia no es una acumulación de habilidades técnicas, un conjunto de

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