INVESTIGACIÓN EDUCATIVA.

INVESTIGACIÓN EDUCATIVA.

Podríamos iniciar este escrito, haciendo notar la gran diferencia que existe entre investigación en educación e investigación educativa; pues al respecto la primera se lleva a cabo fuera de la escuela y tiene como promotores externos la familia, la calle, el contexto social y la religión entre algunos y son ahondados desde múltiples disciplinas como la sociología, filosofía y psicología.

Por otra parte, encontramos que el segundo término se da en el interior de las escuelas y hace referencia al ambiente de aprendizaje de los alumnos, el tiempo aprovechado en clase, la relación afectiva maestro-alumno entre otras situaciones que dificultan el proceso enseñanza-aprendizaje y es completamente pedagógico.

Es por eso que autores como el británico Lawrence Stenhouse (1987), en su libro La investigación como base de la enseñanza, señala claramente la diferencia entre ambas cuando menciona que “la investigación es educativa en el grado en que puede relacionarse con la práctica de la educación, en la medida en que se realiza dentro del proyecto educativo y enriquece la empresa educativa” y “es investigación sobre educación la que desde el punto de vista de otras disciplinas, la historia, la filosofía, la sicología, la sociología, realiza contribuciones incidentales a la empresa educativa”.

Entonces, el término investigación en educación, es genérico, puesto que se usa para referirse a todo estudio investigativo relacionado con educación, sea investigación educativa o investigación sobre educación y la diferencia estriba en el enfoque.

Sin embargo, también encontramos ciertas similitudes entre los términos por que a partir de las transformaciones en la educación, se ha creado un vínculo entre la investigación educativa, la sociedad y los maestros como actores principales y agentes del proceso de enseñanza, puesto que dentro del mismo también influyen factores externos (contexto, sociedad, nivel cultural, economía, medios de comunicación y tecnologías) más no por esto debemos dar por sentado que la responsabilidad de dar a conocer los problemas y necesidades educativas le atañe únicamente a la escuela. También es responsabilidad de toda una nación como dice Juan Carlos Tadesco en su libro El Nuevo Pacto Educativo “la crisis de la educación ya no es lo que era: “No proviene de la deficiente forma en que la educación cumple con los objetivos sociales que tienen asignados, sino que, más grave aún no sabemos qué finalidades debe cumplir y hacia donde efectivamente debe orientar sus acciones” es decir mientras no entendamos que la función de la educación es como un engranaje en donde todos los implicados deben cumplir su función, nuestra sociedad tenderá a estar desorientada.

Lo anterior puede afirmarse porque la investigación en México aún está en proceso de construcción. Al respecto, sus inicios datan de 1970 con la creación del Instituto Nacional de Investigación Educativa (INIE), que es para muchos normalistas el origen histórico de la investigación educativa en México, sin embargo, no todos los investigadores reconocen este hecho como tal, debido a que se cuestionan si la producción que se daba en esa época era realmente IE, debido en parte a que la investigación se daba a nivel micro y bajo un contexto local, es decir, no trascendía ni mostraba la realidad educativa como un todo; además de que no estaban establecidos los requisitos para ser considerado como un investigador. Fue hasta el 2001 cuando el sistema Nacional de investigadores requería para el nivel I, tener una línea definida de investigación. Haber publicado un libro original o un mínimo de cinco artículos en revistas científicas o académicas, capítulos de libros o ponencias en congresos y/o varias reseñas críticas

Esto se demuestra en los datos obtenidos la década de los ochenta ya que se encontraban publicando las primeras investigaciones alrededor de 90 investigadores, la mayoría de ellos en instituciones y centros de investigación del Distrito Federal (DF) y zona metropolitana de la Ciudad de México (ZM). En las entidades federativas, es hasta la década de los noventa que el número de investigadores muestra un crecimiento claro. Es decir, el incremento de investigadores de la IE en dichas zonas se da diez años después

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