KANT LA REFLEXIÓN KANTIANA SOBRE LA CIENCIA Y LA MORAL
NINA198029 de Octubre de 2013
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KANT
LA REFLEXIÓN KANTIANA SOBRE LA CIENCIA Y LA MORAL:
Cuando se piensa la modernidad a partir de los planteamientos de Kant en sus tres Criticas, la de razón teórica, la de la razón práctica y la de la razón estética, se constata que mientras la ciencia exacta y experimental ha obtenido éxitos indudables, no puede afirmarse lo mismo del desarrollo de las ciencias sociales en relación con el fortalecimiento moral de la sociedad, en contra de lo previsto por la Ilustración. Este desequilibrio entre el desarrollo de las ciencias, la técnica y la tecnología y el atraso de la cultura y la moral es una de las principales causas, sino la principal, de la "crisis de la modernidad".
Guillermo Hoyos V.
INTRODUCCION
Uno de los aspectos de gran significación desarrollados en la época Moderna tiene que ver con la elaboración de una teoría del sujeto, una teoría que se abre desde la explicitación del uso de la razón como fundamento de éste, tanto en una orientación cognitiva trascendental (conocimiento objetivo), como en una práctica social(ética). Al parecer no se puede comprender la historia de los grandes procesos sociales de Occidente, si no se tiene presente este proceso de desarrollo y evolución del concepto de sujeto y de sus contradicciones y potencialidades tanto teóricas como prácticas. Pensando en esto he querido desarrollar de una manera fragmentaria y sencilla algunas de las ideas de uno de los más influyentes pensadores de la época Moderna, en lo que respecta a una teoría de la ciencia y de la moral. A Kant se le atribuye el mérito de haber desarrollado una teoría crítica de la razón y de la acción comparable a la realizada por Copérnico en la ciencia.
PRESENTACIÓN DE LA TEORÍA KANTIANA DEL CONOCIMIENTO:
Una característica fundamental de esta nueva filosofía se encuentra en la comprensión que ella hace del mundo a partir de las potencialidades del sujeto que piensa. Kant le atribuye a la facultad del entendimiento no sólo la capacidad de organizar y unificar los datos de la experiencia, sino además la formación de principios reguladores a priori o categorías cuya función en el entendimiento es elaborar los conceptos. En el prefacio de la segunda edición de la Crítica de la Razón Pura de 1.787 Kant dice que la experiencia es una especie de conocimiento que exige la presencia del entendimiento . Ahora bien, esta facultad ordenadora sólo puede descubrirse por medio de una reflexión que pregunte por las condiciones de posibilidad de conocer los objetos de la experiencia por parte de un sujeto pensante. Así la Crítica de la Razón Pura apunta hacia los límites de la razón teórica exigiendo a todo conocimiento tener como presupuesto y base la presencia inmediata de la experiencia. Kant es un admirador de Newton y en su filosofía se propone demostrar cómo es posible el conocimiento objetivo que éste logra arrebatarle a la naturaleza a partir de las facultades subjetivas (trascendentales) que constituyen el conocimiento de los objetos de la experiencia. De esta manera, el concepto de "experiencia" que maneja Kant es el de la experiencia científica-objetiva de las ciencias naturales, pues el objetivo de la Crítica de la Razón Pura era exponer su reflexión sobre las potencialidades subjetivas de conocer de la ciencia moderna, para mostrar la posibilidad de un conocimiento objetivo sobre la naturaleza y señalar las condiciones de posibilidad de dicho conocimiento. La reflexión de Kant en este terreno descubre que el objeto de toda experiencia resulta de una síntesis de lo diverso lograda por la facultad del entendimiento, en otras palabras, aquello de que se ocupan nuestras representaciones no son los fenómenos aislados del mundo de la vida cotidiana, sino síntesis efectuadas por las reglas o esquemas lógicos del entendimiento productor de los conceptos. Si Hume había mostrado que no existe una causalidad natural puesto que tendríamos que reconocerle a una intuición una consecuencia necesaria, lo que en realidad no es más que una mera ficción, Kant piensa que los objetos que nos brinda la experiencia aparecen en virtud de que los datos sensibles son reunidos según ciertas reglas a priori de modo oculto, una especie de síntesis realizada según una regla que asegura un tipo de unificación y de reproducción de la diversidad sensible como unidad del objeto. Este esquematismo como se le conoce en la tradición filosófica, sirve como puente entre los conceptos formales del entendimiento y los contenidos materiales venidos de la sensibilidad. Los esquemas representan para Kant la condición de posibilidad de los juicios sintéticos a priori y por tanto la unidad de lo formal y lo material. Lo que se propone Kant según palabras de Edmund Husserl es mostrar mediante un proceder regresivo si la experiencia común ha de ser realmente una experiencia de objetos de la naturaleza, de objetos que, según su ser o no ser, según su tener éstas y aquellas características, tienen que poder ser cognoscibles con verdad objetiva, esto es, científicamente, entonces el mundo que se aparece a la intuición tiene que ser ya un producto de las facultades (intuición pura) y (razón pura), las mismas que se expresan en la matemática y en la lógica en un pensamiento explícito.
EL SENTIDO DE LA RAZÓN PRÁCTICA:
En las "Antinomias de la Razón Pura" Kant nos muestra que no todos los fenómenos del mundo se pueden derivar de las leyes de causalidad, haciendo preciso suponer una causalidad por libertad. Esta causalidad por libertad resulta ser aquella voluntad de los seres vivos que en cuanto racionales se determinan a sí mismos según sus principios de acción subjetivos. Kant espera que la crítica de la razón al mostrar sus límites y potencialidades asegure la veracidad de un conocimiento científico y fije las pautas para la realización de una metafísica de las costumbres. En lo que se refiere a la posibilidad de una metafísica nos dice: "toda la cuestión se reduce aquí a saber hasta donde puedo llegar con la razón, desde el instante en que me fueron sustraídas toda la materia de la experiencia y su concurso." Kant se propone mostrar hasta dónde se extiende la capacidad de conocer del entendimiento sin el concurso de la experiencia. La posibilidad de una metafísica en el marco de la reflexión Kantiana se orienta así, hacia el uso de la razón no ya en un sentido teórico, sino práctico. En el sentido de una acción sometida a las pautas o leyes de la razón en conformidad con una acción moral. Las ideas que la razón produce en su propia interioridad sin la presencia de la experiencia, sirven entonces, como ideas reguladoras de los principios de la acción moral. Kant distingue entre un obrar natural según leyes naturales, y un obrar por la representación de leyes racionales. El primero es entendido como una especie de causalidad natural que actúa sobre las cosas y que es conocido dentro de los límites de la razón teórica; el segundo requiere de una voluntad que exige la presencia de la razón. En esta perspectiva la moral Kantiana se entiende desde aquella voluntad de los seres racionales que actúan bajo cierto tipo de representaciones. Quien está facultado para determinarse a sí mismo según sus principios racionales puros, está facultado también para obrar libremente. Esto permite la posibilidad de regular la acción práctica a partir de principios subjetivos o máximas para obrar con entera responsabilidad, dejando de lado el sometimiento a leyes externas.
LA EDUCACIÓN COMO PUENTE PARA LA MAYORÍA DE EDAD:
Llegados a este punto Kant nos señala que la educación es un instrumento para el logro de esta autodeterminación y apropiación subjetiva de la acción por medio de una facultad racional. La mayoría de edad como lo manifiesta en su artículo "Respuesta a la pregunta ¿Qué es la Ilustración? " es la capacidad de servirse por sí mismo del propio entendimiento, mientras que la minoría de la misma es una actitud de pereza y cobardía, una incapacidad para autodeterminarse sin la ayuda de otro. Las causas de esta minoría o estado de irresponsabilidad se explican por la permanente actitud de cobardía y pereza frente al reto del mundo cotidiano. Desde esta perspectiva hay una propensión a ser menor de edad debido a que para el hombre vulgar se le presenta esta minoría con agrado y facilidad; al tiempo que para la mayoría de los hombres y la totalidad de las mujeres el paso a la mayoría de edad se les presenta como algo peligroso. Tal vez esto justifique aquel uso práctico de la razón motivado por intereses empírico-patológicos cuya finalidad recae en la satisfacción objetiva de las inclinaciones. Pero en definitiva, la idea de una Mayoría de Edad no puede aparecer como dependiente de intereses relativos, pues de hacerlo, ella pasaría a ser instrumento de inclinaciones y de intereses egoístas. La autonomía se convierte en la exigencia de toda acción que contenga la idea de un valor absoluto incondicionado, un valor no obstante presente en la esfera de la pura voluntad y cuyo interés de determinación no puede ser diferente de la buena voluntad. Es claro que sometidos al dominio de la pereza y de la cobardía como sentimientos orientadores de la acción cotidiana jamás arribaríamos a una comprensión moral de nuestro quehacer en el mundo. La actitud dominante sería la minoría de edad, una actitud que toma posesión del mundo y de lo que hay en él de una manera irreflexiva. Una actitud que deviene abierta para la apropiación y dirección por parte de tutores (la iglesia, el estado la ciencia, etc.).
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