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Pedagogia De Frontera


Enviado por   •  19 de Septiembre de 2012  •  1.632 Palabras (7 Páginas)  •  1.296 Visitas

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La Pedagogía de Frontera y la Política del Postmodernismo

Henry A. Giroux

Revista Intringulis Nº 6. Sept – Diciem. 1992. pp. 33-47

"La educación puede ser, por derecho, el instrumento por el cual todo individuo, en una sociedad como la

nuestra, puede tener acceso a cualquier clase de discurso. Pero todos sabemos que en su distribución, en lo

que permite e impide, sigue las trilladas líneas de combate del conflicto social. Todo sistema educativo es un

instrumento político para mantener o modificar la apropiación del discurso con el conocimiento y el poder

que lleva consigo".

M. Foucault: La arqueología del saber Pedagogía de Frontera: Una Introducción

En las líneas siguientes quiero adelantar los aspectos más útiles y potencialmente transformadores de la

pedagogía de frontera, ubicándola dentro de aquellas consideraciones políticas y culturales más amplias

que están empezando a redefinir nuestra tradicional visión de la comunidad, del lenguaje, del espacio y

de la posibilidad. La pedagogía de frontera tiene interés de desarrollar una filosofía pública democrática

que respeta la noción de diferencia como parte de una lucha común por extender la calidad de la vida

pública. La noción de pedagogía de frontera no sólo presupone un reconocimiento de las cambiantes

fronteras que socavan y reterritorializan las diferentes configuraciones de la cultura, el poder y el

conocimiento; también enlaza las nociones de enseñanza y educación con una lucha más substancial

por una sociedad democrática radical. Es una pedagogía que intenta ligar una noción emancipadora del

modernismo con un postmodernismo de resistencia.

¿Qué es lo que esto sugiere para redefinir la teoría educativa radical y la práctica como una forma de

pedagogía de frontera? Hay varias consideraciones teóricas, referentes a esa pregunta, que necesitan ser

consideradas. Primera: la categoría de frontera señala, en el sentido metafórico y literal, cómo el poder

se imprime, de diferentes maneras, en el cuerpo, en la cultura, en la historia, en el espacio, en el

territorio y en la psique. Las fronteras obtienen un reconocimiento de aquellos límites epistemológicos,

políticos, culturales y sociales que definen "los lugares que son seguros e inseguros, los que nos

distinguen a <nosotros> de <ellos>" (Anzaldua, 1987, p. 3). Las fronteras cuestionan el lenguaje de la

historia, del poder y de la diferencia. La categoría de frontera también prefigura el criticismo cultural y

los procesos pedagógicos como una forma' de cruce de frontera; o sea, señala formas de transgresión de

las cuales las fronteras existentes, forjadas en la dominación, pueden ser retadas y redefinidas.

Segunda: también habla de la necesidad de crear condiciones pedagógicas en las cuales los estudiantes

se conviertan en cruzadores de fronteras para entender la "alteridad" en sus propios términos y crear

después tierras fronterizas en las cuales los diversos recursos culturales permitan el diseño de nuevas

identidades dentro de las actuales configuraciones de poder. Tercera: la pedagogía de frontera sirve

para hacer visibles las fuerzas y limitaciones, histórica y socialmente construidas, de aquellos lugares y

fronteras que heredamos y que encuadran nuestros discursos y relaciones sociales; más aún, como parte

de una más amplia política de la diferencia, la pedagogía de frontera hace primario el lenguaje de lo

político y lo ético. Enfatiza lo político examinando cómo las instituciones, el conocimiento y las

relaciones sociales se imprimen en el poder de manera diferente; destaca lo ético examinando cómo las

cambiantes relaciones del conocer, el actuar y la subjetividad son construidas en espacios y relaciones

sociales basados en juicios que exigen y encuadran "diferentes modos de respuesta al otro (por ejemplo,

entre aquellos que transfiguran y los que desfiguran, los que se preocupan por el otro y su alteridad y

los que no lo hacen)" (Kearney,1988, p. 369). Como parte de una práctica pedagógica radical, la

pedagogía de frontera apunta hacia la necesidad de condiciones que permitan a los estudiantes escribir,

hablar y escuchar en un lenguaje en el cual el significado se convierte en multiacentuado, disperso y

resistente a una clausura permanente. Este es un lenguaje con el cual uno habla "con otros" más que

exclusivamente "a otros". La pedagogía de frontera necesita refigurar las fronteras del modernismo y

del postmodernismo como divisiones rígidas u oposiciones binarias; en vez de eso, apunta hacia una 2

tierra fronteriza que sirve para combinar los mejores alcances de ambas. De acuerdo con eso, los

educadores y trabajadores de la cultura necesitan combinar el énfasis modernista sobre la capacidad de

los individuos para usar la razón crítica a fin de dirigir la problemática de la vida pública, con un

interés postmodernista sobre cómo podemos experimentar la acción en un mundo constituido en

diferencias

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