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África En El Aula


Enviado por   •  31 de Octubre de 2012  •  3.945 Palabras (16 Páginas)  •  374 Visitas

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La música Africana en el Aula:

Un abordaje novedoso con múltiples implicancias

Prof.Augusto Perez Guarnieri (perezguarnieri@yahoo.com.ar)

Extractado y Sintetizado del libro próximo a publicarse

Síntesis/Introducción

En una sociedad donde se impone la uniformidad y el individualismo se afianza como característica cultural más saliente, observamos una pobreza de lenguaje, una pérdida paulatina de la creatividad y la expresividad.

Por otro lado, e increíblemente en nuestros días, el rol de la música en la escuela continúa siendo asociado o bien a calificativos tales como“tedioso”, “aburrido”, o bien con lo “complementario” o “supletorio”. Los alumnos quieren hacer música, tocar instrumentos. Las instituciones no están en condiciones de comprarlos, los padres tampoco.

No se ha logrado encontrar un vínculo entre aquello que los alumnos quieren y necesitan y aquello que los docentes pueden brindar.

¿Qué es lo que puede hacer un educador musical para atenuar esta problemática?

La cultura africana posee características que le son propias y que la hacen única, diferente, especial. Su música es comunitaria, funcional. Existe ya que es parte de la vida misma y por ello todos los integrantes de la comunidad la practican; es vital para el funcionamiento del núcleo social. Para hacer música no hace falta ser músico, ni subirse a un escenario, ni sobresalir en la ejecución de un sofisticado instrumento.

Familiarizar a los alumnos con esta música presenta innumerables ventajas, que en muchos aspectos superan lo estrictamente musical. El proyecto propone su implementación y describe sus consecuentes beneficios en un marco institucional interdisciplinario. No se limita a un planteo teórico de conocimientos acerca de otras culturas, sino que se traduce en la implementación de un método de percusión que solo requiere la utilización del pupitre en el aula. Se trata de un material de fácil transmisión y comprensión, que no solo permite a los alumnos un acceso a una variedad de ritmos, sino que aun más, incentiva sus potencialidades creativas tanto individuales como grupales, y fomenta la participación y la integración social.

Problemáticas que originan el proyecto

El proyecto se fundamenta en dos grandes problemáticas diagnosticadas correspondientes a dos grupos: musicales y sociales.

La desvalorización de la música en la Escuela

En cuanto a lo musical, estamos frente a una permanente y creciente desvalorización de la música en el ámbito escolar, que tiene su raíz en las concepciones artísticas vigentes en nuestro sistema educativo..

Existen estereotipos docentes muy instalados: el docente tradicional de música, rígido, exigente, cuyas clases se resumen en exposiciones verbales sobre aspectos históricos de la música y el docente moderno, que deja que sus alumnos se recreen, se diviertan, pasen el rato sin arribar a concepto alguno.

Estos son los extremos en los que deriva la práctica docente actual, en la que se observa una fragmentación total entre la teoría y la práctica, motivada por las propuestas pedagógicas mencionadas, que en algunos casos propician el desarrollo de contenidos conceptuales y/o técnicos y en otros, un hacer irreflexivo. En ambos casos, el alumno se enfrenta a contenidos con los cuales no puede establecer vínculos significativos. Resulta difícil encontrar propuestas que trabajen integralmente, que partan de producciones, de vivencias directas sobre las cuales se puedan entretejer redes conceptuales a partir de la reflexión.

Hacer Música: una demanda insatisfecha

El escenario nos presenta alumnos poco motivados para crear, para hacer, una desvalorización de la materia en crecimiento y una demanda insatisfecha: Los alumnos manifiestan la necesidad de hacer música, de tocar instrumentos.

Esto se debe principalmente a la práctica docente estereotipada descripta anteriormente, a lo cual podemos agregar y resumir las siguientes causas:

• Falta de instrumentos y recursos adecuados en cantidad y calidad.

• Falta de espacio físico apropiado para la práctica instrumental.

• Grupos numerosos (30 alumnos promedio).

• Baja carga horaria asignada a la especialidad.

• Grandes diferencias entre la música del entorno de los alumnos y la música propuesta por los docentes.

• Falta de capacitación docente en cuanto a metodologías que propicien la creación, la expresión, la reflexión y la dinámica de grupos.

Estamos frente a una problemática de relevancia, ya que la insatisfacción de las necesidades de los alumnos y la falta de propuestas motivantes vinculadas con el “hacer” musical, derivan inexorablemente en la ausencia de significatividad de los contenidos planteados.

La desvalorización de lo social

Por otro lado, no podemos dejar de observar como problemática social incidente en el sistema educativo, el afianzamiento de la uniformidad y el individualismo, característica cultural más saliente de nuestra sociedad, lo que se traduce en dificultades de aprendizaje de los alumnos, en los que se diagnostica pobreza de lenguaje y una pérdida paulatina de la creatividad y la expresividad.

A los alumnos les cuesta relacionarse con el otro, establecer vínculos fuertes y duraderos, compartir vivencias, comunicarse, cohesionarse. En el trato cotidiano entre ellos, encontramos burlas, discriminación e intolerancia. Estos, no sólo actúan como prejuicios en las relaciones interpersonales, sino que también obstaculizan la percepción de la música y de cualquier otra expresión ajena. Como educadores, debemos remover estos obstáculos, fomentando la tolerancia, el respeto y la comunicación.

Propuestas

Este trabajo propone la implementación de la música africana en el aula como respuesta a las problemáticas planteadas, basándose en sus características principales, sus posibilidades y luego de una análisis de los aspectos musicales y sociales, los cuales poseen múltiples implicancias educativas. Se trata de una propuesta dentro de una perspectiva “multicultural”.

Caracterización de la Música Africana: Un abordaje múltiple.

Desarrollado con mayor amplitud en la obra próxima a publicarse

Generales

Funcionalidad

Para introducirnos en el estudio de esta música, debemos comprender su concepción, su origen, su finalidad. Se trata de una música que forma parte de la vida misma, acompaña todos los actos de los hombres, está integrada a la sociedad y cumple un rol vital en los labores y quehaceres diarios. No es una música destinada al “disfrute estético” como en nuestra cultura occidental, en la cual la música se ejecuta en ámbitos especialmente preparados para ello.

En África, la música se hace en todo lugar y momento, en ella participa todo el grupo social, incluso el visitante. El africano no acude a escuchar música sino a hacerla y a disfrutarla.

No es un fenómeno estético, sino ético: importa más el cómo se participe. La música no constituye un fin en sí mismo. No existe el sentimiento de vergüenza por ser un músico malo o mediocre. Para hacer música no hace falta ser músico, ni subirse a un escenario, ni sobresalir en la ejecución de un sofisticado instrumento.

Socialidad

La socialidad es un rasgo distintivo, sobresaliente de esta cultura. El arte refleja la integración comunitaria del hombre africano. Todos los integrantes de la comunidad participan del hecho artístico. Lo construyen, lo viven cotidianamente. Las funciones que cumple cada actor social se reflejan en las producciones, en las que cada uno realiza su aporte musical a través de timbres, sonidos y ritmos distintivos. Cada tambor, cada instrumento se siente como una persona y posee su sonido y función individual .

La sociedad tradicional africana está hecha de intercambios que crean una corriente de simpatía, la solidaridad es un flujo vital que circula en todas las aldeas.

La música, necesidad vital del ser humano, naturalmente expresa esta unión de la comunidad. No es una expresión individual, aislada, “solista”. La práctica comunitaria de la música, la participación de la totalidad del grupo social, causa un gran efecto integrador entre quienes participan, creando lazos indefectibles y en ocasiones, utilizando a la música como disuasor de cualquier elemento negativo que altere el equilibrio vital de la sociedad, como sequías, guerras, enfermedades, etc.

Oralidad

La palabra posee para la cultura africana un significado mágico. Es el dominio sobre la palabra, lo que diferencia a las fuerzas pensantes (hombres vivos, difuntos, espíritus, deidades, dios creador) del resto de las fuerzas (cosas, lugar-tiempo, modalidad).

“La palabra es acto. Procede desde lo más profundo de uno mismo. Compromete, vale su peso en oro” En este poder de la palabra hablada se fundamenta la utilización de la tradición oral para la transmisión y conservación de la historias y conocimientos de cada grupo social. La palabra hablada posee un significado, un poder tal, que excede las posibilidades de cualquier tipo de notación en la que se utilice un medio “no-sonoro” -como un papel-, ya que éste es considerado simplemente como una “cosa” incapaz de transmitir y conservar el verdadero poder de la palabra. En cambio, el medio que sí es jerárquicamente equivalente a la palabra hablada, es el lenguaje del tambor, capaz de “hablar”. Los tambores y otros instrumentos, como la Kora y la marimba, se utilizan para transmitir la palabra, imitando la voz humana, en lo que constituye una función comunicativa esencial y efectiva. A estos instrumentos, dada su funcionalidad, la musicología los denomina “parlantes”.

La oralidad, entonces, se pone de manifiesto en cuanto a uno de los aspectos funcionales de la música: la comunicación. Y, por otro lado, a partir de estructuras que, respondiendo a una tradición cultural vinculada con lo socio/comunitario, conservan lo que se denomina canto antifonal o responsorial; es decir un líder que canta y un coro que le responde, estableciendo un diálogo entre voces, instrumentos y danzas, característica que se perpetúa en todos los estilos derivados de esta cultura. Este dialoguismo, no se limita a la voz cantada, sino que se observa en todos los instrumentos.

Naturalidad

La búsqueda sonora, originada en la relación orgánica hombre-naturaleza, se orienta hacia la expresividad de cada sonido y no hacia su pureza, abundando diferentes tipos de emisión de voces y sonidos.

El hombre no puede separarse de su entorno natural y social, existe en cuanto se relaciona con sus pares y con su medio ambiente. Esta comunión da como resultado una música cuyos sonidos se emparentan directamente con la naturaleza.

De la misma manera, esta relación genera una música que refleja la complejidad del entorno sonoro natural de la selva y la sabana africana: Vientos que mueven la espesa y diversa vegetación, animales que emiten todo tipo de sonidos, tierra, agua, piedras... todo ello funcionando en ciclos vitales de variada intensidad y duración. Todo un concierto de la naturaleza del cual cual el hombre forma parte y en el cual no puede participar aisladamente. Por ello, este punto sirve de análisis para la comprensión del carácter polirrítmico y polifónico de la música africana.

Sacralidad

La vida de la sociedad tradicional africana es esencialmente religiosa. Poseen una concepción del mundo en la que cada grupo social esta conformado por hombres vivos, hombres muertos, hombres divinizados, deidades y el Dios creador. Es decir, una concepción orgánica en la cual los vivos y los muertos constituyen un todo, una unidad.

La música, como ya hemos mencionado, es funcional a las prácticas religiosas en las que el hombre invoca dioses o antepasados divinizados. Los ritmos, los cantos y los movimientos, actúan como vehiculizadores de esta relación entre el hombre vivo y su complejo cosmogónico. La comunidad entera participa de estas prácticas en las que el poder místico-religioso (“ashé”) se transmite, se conserva, se desarrolla a través de la vivencia, de la experiencia directa y cotidiana.

Específicas

Todo este entorno funcional, natural y social descripto, origina una música con las siguientes particularidades:

Repetición

La funcionalidad de esta música determina su carácter cíclico-repetitivo ligado a los ciclos vitales de la naturaleza, al trabajo, al lenguaje y a todas las actividades diarias. La repetición se constituye en un medio para el logro del objetivo de esta música: la acción. Cuando se trabaja en la cosecha, cuando se invoca un Dios, cuando se intenta dormir a un niño, se hace música. No se obtienen grandes sinfonías con diversidad instrumental y actoral, simplemente se repiten frases, melodías y ritmos que le son imprescindibles al accionar del que se trate.

Su múltiple funcionalidad, su propósito, impide una cabal comprensión por quien esté acostumbrado a considerar la música solo en su aspecto artístico. La música es acción, no distracción. Es la repetición, la característica que lleva muchas veces al oyente a opinar peyorativamente sobre esta música, ya que la repetición es para el oído occidental un símbolo de “pobreza imaginativa”.

Polirritmia y Polifonía

A partir de la comprensión del carácter socio/comunitario de esta música, podremos enunciar como otra de las características más trascendentes la polirritmia y polifonía, ya que en su música el pueblo africano vuelca las funciones de todos los integrantes de la tribu. Existen diferentes voces, instrumentos, danzas y roles musicales para cada uno de ellos. Los ensambles de percusión son como una familia cuyas voces fusionadas reflejan, en una unidad, el tono de su lenguaje. Esto produce en el oyente lo que denominaremos una múltiple perspectiva rítmica, es decir que al existir numerosos ritmos y superposiciones de éstos, existe la posibilidad de ser escuchados en más de una forma, dependiendo exclusivamente de la percepción de los distintos puntos de inicio.

Implicancias educativas de la Música Africana

La inclusión de la música africana en el aula funciona como un múltiple generador de actividades. Su sentido comunitario en cuanto a la participación de la totalidad del grupo social, su concepción orgánica en cuanto a la integración de lo que nosotros occidentalmente consideramos disciplinas escindidas (música, plástica, expresión corporal, religión, historia, educación, etc) y la priorización del hacer musical, otorgan a esta música un potencial educativo que merece ser explorado y difundido desde diversas ópticas.

Implicancias Musicales

Hacer música africana en el aula permite trabajar una gran variedad de contenidos. La vivencia del material es concreta, directa e inclusiva. Todos los alumnos hacen música, participan del hacer. Esta capacidad de inclusión de la totalidad de los alumnos, que responde a su sentido comunitario, se relaciona también con la posibilidad de hacer música sin mayores requerimientos materiales y/o técnicos. No se requiere la adquisición de instrumentos ni el desarrollo inmediato de una técnica instrumental.

La vivencia, el hacer, la reflexión y la conceptualización constituyen la secuencia utilizada para el favorecimiento de los aprendizajes de los alumnos.

Durante las clases se plantea la sensibilización del grupo por medio de la metodología taller: Invitar a los alumnos a desestructurarse, a darse permiso, a jugar, a vivenciar la música, a corporizarla, a hacerla propia, crearla, luego expresarla mediante producciones grupales y subgrupales sobre las cuales se pueden trabajar diferentes aspectos conceptuales, de acuerdo a las necesidades de los alumnos y los contenidos planteados para el nivel del que se trate.

A partir de la exploración y la búsqueda, surgen necesidades de medios expresivos, las cuales serán satisfechas con los recursos del Proyecto que se detallan más adelante (percusivos, melódicos y corporales), resumidos en el “Metodo de Percusión Áulica” , que funciona como una guía práctica de estudio para alumnos y Profesores. El mismo contiene ejercicios para el desarrollo de diversas técnicas de percusión y un grupo de adaptaciones rítmicas con probada eficacia en el aula.

La concepción rítmica africana, permite un abordaje totalmente vivencial del ritmo, a partir del cual pueden nutrirse docentes y alumnos de todos los niveles, incluyendo los Profesorados y Tecnicaturas.

El nivel de complejidad de los ritmos y melodías que se presentan, puede adaptarse de acuerdo a las capacidades y necesidades de cada grupo. Los ritmos poseen diversas funciones (como ser: clave, base, solista) con diseños fijos y variables, de acuerdo al grupo, pueden profundizarse diferentes aspectos de la ejecución, en cuanto velocidades, volúmenes y cantidad de funciones puestas en juego .

Implicancias Sociales-psicopedagógicas

El planteo de las actividades se da en un marco de acción protagónica grupal e individual, en un espacio donde se combina el trabajo individual personalizado y la tarea grupal colectiva a través de la vivencia, la reflexión y la conceptualización. Mediante esta metodología de taller, se promueve la participación de la totalidad de los alumnos, fundamentada en el carácter colectivo de la música africana, que entre otras cosas, constituye un modelo para la transmisión de valores democráticos al requerir que cada persona explore sus propias posibilidades y realice una contribución especial y única. Cada uno debe aprender a dejar espacio a los demás y a definir su propia función dentro de la ejecución .

Esta función, este aporte individual, adquiere una importancia vital para la producción del grupo, siendo ésta una circunstancia que promueve la autoestima (lo que yo hago es importante), el compromiso (el grupo me necesita), y el sentido de pertenencia (pertenezco a él). Asimismo, requiere el de mucha concentración y del desarrollo de la capacidad de organización para el trabajo en equipo, la concertación grupal.

La interacción e integración grupal que se logra a través de las actividades que involucran esta música poseen un potencial inagotable que favorece en los alumnos la construcción de normas sociales. La tarea grupal genera efectos terapéuticos y educativos en tanto posibilita la superación de conflictos personales, facilita la comunicación y la apropiación del objeto de conocimiento, el transformar y transformarse, el aprender a pensar y aprender a aprender

La Globalización de los Aprendizajes

Como hemos visto, la concepción orgánica de la cultura Africana nos lleva a realizar un abordaje integral de la misma. No podemos comprender sus manifestaciones sin conocer e indagar el contexto que las origina. De esta manera, la transversalidad de los contenidos surge naturalmente y pueden plantearse, por ejemplo, entre el área de música, plástica, expresión corporal, antropología, sociología, historia, literatura, etc. El proyecto propicia el acercamiento a toda una cultura, por lo que puede enriquecerse desde diversas ópticas.

Recursos del Proyecto

El Banco de clase y otros materiales. Una propuesta concreta.

Como resultado de este trabajo, surge el primer método de percusión áulica© (forma parte de la obra a publicar) que propone utilizar el banco o pupitre del aula como instrumento. Se trata de un material de implementación directa, ágil, abierta, flexible, un disparador de múltiples actividades para docentes y alumnos, que incluye un sistema de notación no convencional que permite el acceso a diversos ejercicios técnicos y adaptaciones de rítmicas africanas. El método es dinámico y flexible, ya que no solo puede implementarse con la utilización del pupitre, sino que también puede llevarse adelante con tachos, baldes, la voz y el propio cuerpo, en lo constituye una característica que posibilita su adecuación a distintas realidades institucionales, sociales y geográficas. Desde ya, también puede trabajarse con instrumentos de percusión convencionales (congas, surdos, etc). No solo se trabaja la percusión, sino que además se propone un abordaje de melodías con botellas de vidrio de 200 cm3 de gaseosa, con las cuales se trabaja la técnica “hocket” , y un abordaje vocal mediante adaptaciones de cantos tribales.

Los recursos propuestos resultan sumamente eficaces en cuanto a que no implican inversión alguna y brindan a los alumnos la posibilidad de trabajar los ejercicios tanto en el aula como en sus casas.

El Docente

Se requiere de docentes creativos, con la capacidad de trabajar este material, por ello se desprende un subproyecto de capacitación docente, a partir del cual se propone la vivencia del material como disparador de estrategias didácticas vinculadas con la valorización del hacer.

CONCLUSIONES

La música africana posee un potencial educativo inmenso. Hemos intentado en este trabajo sintetizar los conceptos que le dan origen y que la hacen tan particular. Solo con este múltiple abordaje podemos conocer y comprender sus características, con el objeto de plantear sus implicancias educativas, las cuales se resumen en:

• Acceso inmediato al hacer musical sin mayores requerimientos técnicos y de equipamiento

• Participación de la totalidad del grupo, lo que favorece la interacción e integración grupal

• Adaptabilidad a distintas realidades institucionales (en cuanto a los materiales utilizables)

• Adaptabilidad a distintos niveles educativos (en cuanto a la complejidad de los contenidos planteados en los programas)

• Potencialidad en cuanto Integración de saberes con otras áreas (Música, antropología, sociología, religión, geografía, literatura)

• Potencialidad en cuanto solución de problemáticas psicopedagógicas (dinámica de grupos, autoestima, compromiso, etc)

• Potencialidad en cuanto tratamiento de los contenidos de educación musical (la vivencia directa de la música posibilita la conceptualización de los contenidos básicos).

Desde hace mucho tiempo que los educadores musicales sentimos la necesidad de llevar adelante un cambio en cuanto al desarrollo de nuestra actividad. Esta es una propuesta para allanar el camino hacia una educación musical innovadora, en la cual los docentes de una buena vez por todas podamos hacer música junto con nuestros alumnos, reflexionando, analizando y conceptualizando sobre las producciones. Esta es, creo yo, la forma de promover que cada alumno, cualquiera fuere su edad o nivel de estudios, descubra su potencial creativo. La creatividad le permitirá enfrentar el mundo, desenvolverse en él, adaptarse, innovar, existir. Creatividad que no es patrimonio exclusivo de la música ni de las artes, pero que nosotros desde nuestro ámbito debemos fomentar y construir. Se construye desde el hacer creativo, cotidiano y reflexivo. No desde un hacer esporádico, momentáneo ni desde un tratado de cultura musical o cualquier otro método estereotipado. Ser creativo significa animarse al cambio, romper con lo pensable.

Es por eso que se propone el proyecto a la comunidad educativa para su debate con la convicción de que el mismo no sólo resulta ser una alternativa novedosa e incentivante, sino de fácil y directa implementación en las aulas.

FIGURA 1. Los ritmos se presentan con un sistema de notación no convencional de fácil acceso. En este ejemplo, solo tienen que contar del 1 al 4 en cada subgrupo de casilleros y marcar los sonidos indicados en la referencia, comenzar lento y acelerar gradualmente. Tocar cada instrumento por separado, luego separar en grupos para que cada uno toque una línea. Comenzar de a un instrumento e ir sumando los demás gradualmente para establecer el pulso grupal y sincronizar la “respiración” del grupo También se incluye la notación convencional para los docentes. En las referencias se contempla la posibilidad de tocar el ritmo en el banco de clase, en un balde, en el propio cuerpo y de verbalizarlo para su internalización.

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