Alternativas De Metodología De Intervención
26 de Octubre de 2013
3.743 Palabras (15 Páginas)334 Visitas
Boletín Electrónico Surá # 57, Abril 2001
Escuela de Trabajo Social - Universidad de Costa Rica
www.ts.ucr.ac.cr
Derechos Reservados a favor de la autora del artículo
ALTERNATIVAS METODOLÓGICAS DE INTERVENCIÓN
Ángela María Quintero Velásquez
Presentación.
La época que nos corresponde es propicia para reflexionar e incursionar en transformaciones de diversa naturaleza, asumiendo el reto de la creatividad, la innovación y la novedad para adecuar el conocimiento, la tecnología y la informática a las nuevas exigencias. Esto es propio del correr de los tiempos y da la oportunidad de ser audaces y asumir cambios estructurales en las diferentes áreas del saber y en la misma condición humana.
Los profesionales de las Ciencias Sociales en general y en particular l@s Trabajad@ Sociales, recogen la herencia del siglo XX, para asumir el paradigma contemporáneo de la Convergencia, del holismo, de la complejidad y situarse al nivel que exige este período de transición, de incertidumbres y construcciones alternativas.
El presente material retoma algunos de los planteamientos teóricos y metodológicos que sustentan opciones novedosas, vitales, refrescantes, tolerantes, aplicables tanto en el ámbito universitario, como en el trabajo de campo. Dentro del universo científico, este proceso permitirá un posicionamiento proactivo, propositivo respecto a la sociedad en general y a las otras ciencias/disciplinas que laboran por y para el Desarrollo Humano.
En la primera parte invito al lector a escuchar, algunas reflexiones sobre la Formación universitaria de los estudiantes, haciendo referencia explícita a los niveles de pregrado de Trabajo Social, pero de manera implícita al posgrado o formación avanzada en todas los programas académicos de su competencia. Ello permite una base conceptual sólida para proponer más adelante, no fórmulas o posiciones mesiánicas, sino Alternativas de acción, que son aplicables, según el contexto y con otros elementos, pero que en esencia integran lo bio-psico-social-jurídico-espiritual.
Es decisión de los convocados aceptar el reto profesional y personal del milenio para transformar la cosmovisión del mundo, o continuar con procedimientos y concepciones tradicionales que niegan la complejidad y dinamismo de los dilemas humanos.
1. Reflexionando sobre la formación universitaria en Trabajo Social.
En la era de la Globalización, del Enfoque de Convergencia, de la Acreditación, el contenido de las asignaturas universitarias no dependen del interés o buena voluntad del docente, ni del reconocimiento y/o solicitud de colaboración desde y hacia otras áreas. Ningún asunto es periférico por si solo y la concepción lineal y reduccionista que divide los denominados cursos profesionales de los electivos-complementarios o de los prácticos, esta replanteada en la modernidad. El mandato es intentar una articulación teórica-metodológica del Trabjad@r Social, en su formación básica.
Se requieren definiciones estratégicas y tácticas que integren los diferentes niveles cognitivos, en todas las modalidades de educación: pregrado (profesional o tecnológico), posgraduado o formación avanzada (especialización, diplomaturas, maestrías, doctorados), educación no formal, actualización o formación continua (no conducente a título). Integrando la información que puede ser manejada por otros procedimientos no presenciales, interactivos y electrónicos, con la adquisición de habilidades y destrezas específicas, para intervenir la realidad en toda su complejidad. Ello es la conexión teoría-práctica como maniobra operativa que requiere asesorías y supervisiones directas, recogidas de los enunciados constructivistas y sistémicos.
Esto va más allá de servir unos contenidos conceptuales e impartir información metodológica sobre los nuevos paradigmas, es asumir una visión diferente del mundo, superar el modelo positivista-funcionalista y adquirir la certeza de que el conocimiento no es de dominio personal o individual, exclusivo o privado, sino de que el docente es apenas un facilitador del proceso de cocreación y como tal está comprometido emocional y cognitivamente.
Las bases estarían en los contenidos de unas asignaturas esenciales y consecutivas en los primeros semestres, que brindarían conocimientos y reflexión sobre las teorías o enfoques que sustentan los nuevos paradigmas: sistémica, pensamiento complejo, cibernética, desarrollo sostenible, constructivismo, perspectiva de género, hermenéutica, procesos de exclusión/inclusión, derechos humanos, educación ambiental. Estableciendo varios niveles en el aprendizaje, que orienten al/la estudiante en el análisis y comprensión de los fundamentos epistemológicos, teóricos y metodológicos que posibilitan el abordaje contemporáneo de los dilemas humanos en su pluralidad.
El proceso de formación básica impartido desde el inicio, debe incluir contenidos contemporáneos e inherentes a la naturaleza de la profesión en una perspectiva inter/transdisciplinaria. Asumiendo el paradigma moderno, es un imperativo integrar esas temáticas a la Metodología de TS: existe una fragmentación del conocimiento y de los procesos de enseñanza-aprendizaje, las Metodologías o cursos profesionales (mas importantes), tienen una posición jerárquica en los planes de estudio y en el currículum. Estos deben conjugar asuntos de orden universal e ineludibles en la formación científica, pero al mismo tiempo fortalecer y relevar los desarrollos empíricos de Trabajo Social.
L@s estudiantes que acceden a los llamados cursos complementarios o electivos, deben tener ya elementos conceptuales-metodológicos generales que les permita asumir una cosmovisión del mundo holista, integradora, ello posibilitaría el análisis de contexto en los procesos de abordaje e intervención en los diferentes niveles.
Para y desde Trabajo Social, reivindicar metodologías universales, interdisciplinarias, donde la profesión no es solamente "prestadora" de teoría-técnicas, sino que ha aportado al conocimiento, como está corroborado por varios estudios e investigadores. En el continente y a raíz del movimiento de Reconceptualización que marco el desarrollo profesional en la década de los setenta y las recientes tendencias que rechazan el neoliberalismo , varias áreas del saber fueron marginadas de la formación universitaria. La esencia de la profesión apunta explícita e implícitamente, a procesos de atención y gestión con individuos, familias, grupos y/o comunidades, sin privilegiar uno sólo, como tradicionalmente se ha hecho.
La propuesta es que el/la estudiante asuma una visión holística del mundo, una cosmovisión diferente del mundo, que le permita aprehender la realidad en toda su complejidad y le proporcione recursos para ser competitivo y asertivo en el ejercicio profesional. Ello sería un soporte cognitivo para toda su formación, independiente del plan de estudio específico, del énfasis temático o la especialización de cada currículum y lo proveería de una estructura adecuada para que introyecte procedimientos innovadores, cocreadores, autogestionarios y rompa esquemas del modelo clásico del conocimiento e incursione con propiedad en el paradigma moderno.
Para el/la Trabajador/a Social el tener una perspectiva sistémica del mundo, le permite conocer e intervenir en procesos individuales, familiares, grupales y comunitarios de manera más precisa, involucrando toda la gama de relaciones internas y externas, para que cada miembro asuma sus responsabilidades y se considera parte del sistema.
2. Construyendo una propuesta integradora.
Los elementos básicos del holismo y la sistémica, conectan lo biológico, lo psicológico y lo social, en primera instancia y luego lo jurídico, aludiendo también al soporte legal, constitucional, normativo, regulador de las relaciones del ciudadan@ con el Estado. En años recientes los modelos educativos espiritualistas se constituyen en el nuevo enfoque que caracteriza la década de los noventa.
“Hay una lenta revolución tomando espacio entre muchas profesiones, incluida Trabajo Social, la cual está retando la usual relevancia de las bases científicas tradicionales para la construcción de teorías relacionadas a la condición humana y a la enseñanza de intervenciones con poblaciones clientes. Esta revolución dirigida hacia una mirada mas inclusiva de la condición humana sugiere que el paradigma del Trabajo Social bio-psico-social debe ser enfocado y expandido hacia una realidad mayor (Wilber, 1995), una mayor inclusión de la diversidad y mas apertura a las intervenciones complementarias, quizás un paradigma bio-psico-social-espiritual-cósmico”. (Schwartz y McGenhee, 1996)
La Espiritualidad es un modo de pensar, una filosofía de la vida, son los valores y creencias que incorpora todo ser humano de su familia y sociedad. Cada persona posee su propia identidad y estructura que le confiere un sello específico en la relación de ayuda. Somos espirituales como fragmento esencial del ser. La Espiritualidad es parte del recurso que tiene la humanidad para existir: articula el desarrollo moral y el desarrollo emocional.
La Espiritualidad es el sentimiento de bienestar intrapsíquico, es el encuentro con nuestra identidad, con la esencia del ser, nace de un trabajo interior, de un desarrollo interior. Es el reencuentro con lo no material: la capacidad
...