Herramienta de Evaluacion del Desempeño Agroecologico

Herramienta de Evaluación del
Desempeño Agroecológico

Unidad 1 Construcción del sistema agroecológico y su evaluación

1. Las grandes dimensiones en las que opera la propuesta agroecológica

Existe un amplio consenso entre las comunidades científicas y de prácticas vinculadas a la agroecológica en reconocer que la misma posee una triple naturaleza: científica, sociopolítica y práctica.

Evolución del concepto de agroecológica

Unidad 1 Construcción del sistema agroecológico y su evaluación

En lo que respecta a la cientificidad de la agroecología, o lo que podríamos denominar como el “descubrimiento académico” de la misma, ya que muchos de sus supuestos y prácticas tienen la misma antigüedad que la propia agricultura, nos interesa resaltar la diferencia con las ciencias convencionales. Aquí lo más relevante es que ésta no se expresa dentro de un supuesto de objetividad y exclusión de valores. Por el contrario, la agroecología reivindica valores y un planteamiento ético tanto de la agricultura como de los sistemas alimentarios. Este posicionamiento no invalida a la agroecología ni al conocimiento que genera, sino que lo dota de un marco contextual, un planteamiento ético y una finalidad explícita.

A contracorriente de la ciencia convencional, la agroecología revaloriza los conocimientos y prácticas tradicionales al indagar en los sistemas y el conocimiento agrícola tradicional de los distintos pueblos y culturas humanas. Lo anterior no se refiere a la caída en reduccionismos ni de buscar una utópica unificación de la ciencia, sino de aceptar un pluralismo metodológico (Norgaard y Sikor, 1999), donde los límites de los juicios de autoridad de cualquier experto sean aceptados. En este sentido, el conocimiento práctico de las poblaciones indígenas y campesinos es, a menudo, considerado igual o superior al conocimiento experto (Altieri et al., 1999; Jacobi et al., 2018).

Definición desde la academia

Una perspectiva teórico-metodológica pluralista y ciencia pluriepistemológica (que se origina desde y reconoce como válidas diversas formas de generación de conocimiento), que coordina y orquesta los aportes de diversas disciplinas científicas críticas y formas de conocimiento tradicional con la finalidad de desarrollar y promover sistemas alimentarios sustentables, resilientes y con gobernanza de base local (Altieri et al., 1999; Guzmán et al., 2000; Gliessman, 2016).

(Para un recorrido completo sobre el surgimiento de la agroecología y su marco epistemológico y contextual, se recomienda visitar el curso  “Agroecología: Transición hacia sistemas alimentarios sostenibles”) disponible en la plataforma de capacitación de la FAO.

En referencia al conjunto de prácticas para proteger el ambiente de las actividades antrópicas degradantes y mejorar la calidad alimentaria de los producciones, la agroecología propone a nivel finca, tratar de construir un sistema inmunitario basado en un diseño adecuado para la proliferación de la biodiversidad, cuyo manejo está centrado en el desarrollo de tecnologías de proceso más que en tecnologías de insumos externos al agroecosistema. Se busca pasar de un modelo productivo basado en insumos externos, a uno basado en la intensificación de procesos tendientes a sinergizar elementos del propio agroecosistema, teniendo como base el uso de las teorías ecológicas desarrolladas anteriormente.

Más adelante profundizaremos en estos conceptos.

La agroecología como movimiento social portador de una noción política en referencia a las formas de producir, intercambiar y consumir, se integra decididamente con la propuesta de la “soberanía alimentaria” extendiendo así su área de interés del análisis, crítica y la acción sobre los sistemas alimentarios.

Hacia los años 80 son incorporados los desarrollos teóricos y metodológicos de la ecología, como ciencia de integración de los estudios críticos del desarrollo rural, y los planteamientos del movimiento ambientalista de esta misma década (Guzmán et al., 2000).

Posterior a los 80, se incorporan también cuestionamientos desde la ecología política, la economía feminista y los ecofeminismos, entre otras nuevas aportaciones.

En el ámbito de América Latina y el Caribe, la agroecología aparece también reivindicada como una de las principales estrategias para enfrentar el Cambio Climático debido a su potencialidad para hacer más resilientes los sistemas productivos y de consumo.

Para ampliar en los temas de género, se recomienda el documento «Prácticas innovadoras de género para la transformación rural: lecciones de Brasil y Uruguay». Este estudio presenta algunas de las mejores prácticas en desarrollo rural lideradas por mujeres en el contexto de proyectos apoyados por el Fondo Internacional de Desarrollo Agrícola (FIDA) en Brasil y Uruguay. Éste y otros documentos de experiencias y estudios pueden encontrarse en El Centro de Conocimiento de Agroecología de la FAO. También puede visitarse un ejemplo de eco-feminismo en Argentina: Granja La Verdecita.

En lo referente a su institucionalización o como “Elemento de Políticas”, la agroecología, gracias a su potencial transformador, está desbordando decididamente el ámbito de las organizaciones de la sociedad civil y aparece como una demanda cada vez más potente que permea las instituciones gubernamentales de distintos niveles, pasando así de la “agenda social” a la “agenda gubernamental” con un fuerte contenido “de abajo hacia arriba”, lo que rescata su fuerte carácter abierto y participativo.

En este nivel institucional, se propone como una acción articulada con instituciones y organizaciones estatales y de la sociedad civil para impulsar procesos de democratización y des mercantilización del conocimiento. A partir de ello, se busca construir participativamente, con un amplio consenso social, políticas públicas que permitan su promoción y fortalecimiento

El movimiento agroecológico se concibe como parte de las nuevas luchas por la profundización de la democracia, de fuerte carácter participativo, apuesta por la generación de procesos de democracia directa a nivel local/regional y por la defensa de los territorios ante el avance de procesos concentradores y expulsores de población, en este inicio de siglo, aparece como elemento para la conquista y  ampliación de derechos ciudadanos. 

En los últimos años, ha aparecido un sin número de propuestas tecnológicas que tienden a reforzar las prácticas de intensificación ecológica que proponen la agroecología. Dichas tecnologías son de variado orden y combinan desarrollos de punta con re-adaptaciones y adecuaciones en base a elementos conocidos. Se pueden identificar como las más extendidas a aquellas que proponen la utilización de “biopreparados” o “bioinsumos” tanto de autoproducción como de fabricación industrial que reemplazan a los de origen sintético y, asociado a ello, nuevas maquinarias centradas en el manejo de la vegetación espontánea y la protección del suelo que permiten trabajar mayores superficies de modo sostenible.

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