PROBLEMAS DEL LENGUAJE DEL DERECHO
romiro9128 de Abril de 2013
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Unidad 9: La interpretación en el derecho: El lenguaje.
A)-
Los seres humanos, organismos biosocioculturales, nos diferenciamos del resto de los seres vivos, por la cultura, que nos permite transmitirnos creencias y costumbres, por medio del lenguaje.
Para abordar la problemática entre el derecho y el lenguaje, debemos abocarnos en la formulación lingüística del fenómeno jurídico. Las palabras que lo constituyen, son susceptibles de ser interpretadas. Las normas jurídicas, por ejemplo, están formuladas en un lenguaje natural, que tiende a ser conocido por todos.
La comunicación, se caracteriza por ciertos elementos que configuran dicho proceso:
• El emisor: Quien emite el mensaje.
• Receptor: Hacia quien va dirigido el mensaje.
• Mensaje: Aquello que se quiere transmitir.
• Canal: Medio por el cual se emite dicho mensaje (aire, lápiz, teléfono, tv)
• Código: Sistema de signos a través del cual, se transmite la información, debe ser común entre los participantes de la comunicación. (Señales de humo, gestos, ingles).
Se encuentra fragmentado en dos partes, por un lado, la codificación realizada por el emisor acerca de las formas lingüísticas en que se presenta el lenguaje. Y la decodificación, que es el proceso realizado por el receptor para captar el mensaje del referente.
• Referente: Es el tema del que se está hablando.
Son consideradas competencias de un sujeto, a la sumatoria de todas sus posibilidades lingüísticas, ya sean para producir un discurso o interpretarlo.
Todos los hombres tienen competencias lingüísticas o paralingüísticas. A su vez, existen competencias culturales e ideológicas, las primeras son todos aquellos conocimientos adquiridos por los sujetos que forman parte del circuito comunicativo. Y las siguientes, contribuyen a crear sistemas de interpretación sobre el universo al que van a referirse.
Una vez en la comunicación, estas últimas, suelen opacar a las competencias lingüísticas, ya que suelen crear confusiones por ser interpretados de manera divergente. Dentro del lenguaje existen ciertos problemas que van a causar discrepancia entre lo que quiere decirse y lo entendido.
Esto, es importante en el mundo jurídico, dado que desde la creación de las normas podemos observar que se va construyendo el modelo de producción jurídica, que se relaciona con los modelos de interpretación.
En la producción jurídica, existen problemas de redacción normativa, las imprecisiones semánticas y sintácticas, que generan inconvenientes en la interpretación.
El proceso de decodificar lo codificado por el legislador, está en una primera instancia, a cargo de los abogados. Interactúan de tal forma que, el que impulsa el proceso judicial, interpreta lo normado por el legislador, esto para poder en una segunda instancia, producir un discurso que por medio de argumentación dialéctica, tienda a persuadir al juez.
Por su parte, otro abogado debe interpretar lo producido por el anterior abogado y el legislador. Una vez logrado esto, hace su propio modelo de producción jurídica. El juez, como último interprete, tendrá en cuenta lo dicho por el derecho y lo producido por las partes, para que, al momento de argumentar, pueda darle solidez a su decisión. Más allá de que resulte justo o no, pero si por lo menos razonable.
Aftalión dice que puede denominarse signo a todo acontecimiento u objeto, que logra que la mente del sujeto perceptor, se dirija a dicho objeto o acontecimiento.
Estos fenómenos, tienen la particularidad de remitirnos a otros objetos. Estableciéndose así una relación bimembre entre un término que nos representa y otro que es representado. En cuanto al representado, la representación puede ser natural o arbitraria.
La representación es natural, cuando ante la relación de dos fenómenos, el termino representante se denomina signo y la representación se produce por una relación de causalidad con el termino representado.
Podríamos así decir que, el signo es un objeto físico, pero que asociamos con otra cosa. Ejemplo: Humo y fuego, el humo es una representación del fugo, y se denomina signo.
El símbolo, por su parte es una relación creada convencionalmente. La decisión de que fenómeno sea representado por otro fenómeno, posee cierto carácter relevante. Luego esto, va a ser aceptado por la comunidad lingüística. Ejemplo, semáforo en luz roja, indica que está prohibido avanzar, que profundizando la intencionalidad del hombre podría haberse seleccionado, otro color y no el rojo.
En un inicio, existían ruidos que hacían referencia a objetos, que servían para la comunicación. Pero con el tiempo, se convirtieron en palabras por la intervención del hombre, asignándoles significado a dichos ruidos, transformándolos en símbolos.
El más complejo sistema de símbolos es el lenguaje, integrado por palabras. De acuerdo a Hospers, estas últimas son “la menor unidad de significado”. Esto implica que el hombre para comunicarse, debe aprender a usarlas. Así pues, diferencia una palabra “es un sonido oral o un conjunto de marcas con significado” y un lenguaje es, “un sistema de palabras, un sistema de signos convencionales cuyos significados hemos de aprender si queremos conocer el lenguaje, y cuyos ingredientes serias sonidos sin significado, pero adquirieron significado”. Las palabras son signos arbitrarios, se dice esto porque podría haberse usado otro sonido, que luego, se convierten en signos convencionales al ser adoptados por los usuarios del lenguaje.
Generalmente las palabras representan algo, pero hay algunas que tienen funciones dentro del lenguaje. Como conectar palabras entre sí (y, o, porque, por tanto).
Las preposiciones, establecen la relación existente entre dos palabras. Así por ejemplo: “La opinión de Juan”. Aquí la proposición “de” indica la relación entre Juan y su opinión.
Las conjugaciones, integran la parte invariable de la oración. Cumplen también una función de enlace entre dos o más palabras u oraciones. Pueden ser simples, cuando constan de una sola palabra (y, aunque, porque) “La Plata y Santa Rosa son dos ciudades argentinas”, o compuestas cuando constan de dos o más palabras (así pues, aun cuando) “Juan robó, aun cuando no debía”. Estas últimas son a su vez:
• Copulativas: Indican unión (y, e, ni, que) “Samuel y María, comieron hamburguesas y se descompusieron”.
• Disyuntivas: Implican una opción, indican diferencias, separación. (o, u, ya, bien, sea, que, etc) “Sale o con su perro o con su sobrino”.
• Condicionales: Para que se cumpla el consecuente, debe cumplirse el antecedente. (Si, entonces, como, cuando, siempre que, con tal que) “Te presto el libro, si me prometes estudiar”.
• Causales: Indican que la causa de una proposición, se encuentra en otra. (porque, pues que, para que, puesto que) “Caminó poco, porque le dolía la rodilla”.
• Comparativas: Denotan comparaciones. (Así, como, como tal) “Era tan malo, como un león”.
• Concesivas: Indican una concesión condicional. Expresan una objeción o dificultad a lo que se dice en la oración principal (Si, aunque, aun cuando, siquiera) “Legisladores, sancionen una ley justa, siquiera por una vez” O “Debes cumplir tu compromiso, aunque no lo desees”.
• Consecutivas: Establecen relación de consecuencia. (Luego, pues, por consiguiente, así que) “Hoy no tenemos que estudiar, así que podemos reunirnos en casa”.
• Adversativas: Indican oposición o contrariedad. (aunque, pero, sino, siquiera) “Cobré en patacones, pero contra mi deseo “o “Tenía mucho dinero, pero no era feliz”.
• Continuativas: Hacen referencia a la idea de continuación. (pues, además, así pues, así que) “Está claro, pues ese fue el motivo del peculado”.
• Dubitativas: Implican duda. “¿Estaré equivocado?”, “¿Lloverá mañana?”.
• Finales: expresan un fin o intención de lo dicho en la oración principal. (A fin de que, para que, con objeto de que) “Estoy aquí para pagar lo que debo” o “Llévalo a la habitación, para que deje sus cosas”.
• Temporales: Son las que al unir dos oraciones, expresan una idea de tiempo. (Cuando, cuanto, como que, antes que, después que) “Me llamó tan pronto como llegó a casa” o “Nos enteramos de el recital, cuando ya era tarde”.
• Los subordinantes: El uso de ellos hace depender una cosa de la otra. (Que, cual, como, cuando, donde, cuanto). “La opinión que Juan expuso en la reunión, fue interesante”. La palabra “que” subordina, hace depender una cosa de la otra, la frase “Juan emitió una opinión en la reunión” a “la opinión fue interesante”.
El idioma, está conformado por el conjunto de palabras que emplean las comunidades lingüísticas, varía de nación en nación.
La semiótica, se ocupa del estudio de los signos o de los lenguajes en cuanto sistema de signos. Se divide en sintaxis, semántica y pragmática.
La sintaxis es el estudio de las relaciones de los signos lingüísticos entre sí, se refiere a la construcción de una oración, teniendo en cuenta las reglas para que pueda estar bien formada. Además nos enseña a enlazar palabras para la formación de oraciones gramaticales (expresión de un juicio ejemplificado “la ventana está abierta”).
La sintaxis está formada por signos primitivos. Contiene a su vez, las reglas de formación que van a indicarnos como combinar las palabras de un idioma de acuerdo a ciertas reglas, para que la expresión sea aceptables
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