Productos Del Curso "Recursos Y Estrategias Para La Enseñanza: Español E Historia, Un Aprendizaje Integral"

Primera sesión TEMA 1. LOS PROYECTOS DIDÁCTICOS

¿Cómo aprenden los niños?

Depende del contexto social en el que se desenvuelve e interactúa el individuo; los niños aunque tiene formas muy parecidas de aprender, no tienen las mismas experiencias, ni perciben las realidades con los mismos ojos. Como aprenden los niños esta en gran medida permeado por los valores culturales, morales y sociales que los adultos le heredamos, las experiencias que durante los años preceden al infante, limitan o motivan su educación, de igual modo las formas y los estilos de comunicación; así como los lenguajes empleados, facilitan o frenan la asimilación de nuevos saberes, sin menospreciar u olvidar que la autoestima de los niños caracteriza los procesos de formación del andamiaje y conexiones entre los que sabemos y lo que nos interesa que aprendan.

Como aprenden los niños es una interrogante que identifica los esfuerzos de la educación desde el siglo XIX hasta nuestros días por encontrar la respuesta, y que ha orientado la evolución de los conceptos de aprender y enseñar a la par de la vorágine de conocimientos que generan las investigaciones pedagógicas, por lo que no se mantiene estática, ni terminada, por el contrario, a la luz de este siglo y de las demandas sociales de cada nación, hoy sabemos que el pensamiento infantil no es un lienzo en blanco que habrá de ser llenado, sino que los niños construyen sus capacidades sensoriales, sociales, motoras y reflejas, para aprender y comprender del mundo, así como adaptarse a él. Aprendemos poniendo a prueba nuestras habilidades, hábitos y actitudes de aquello que nos rodea y de nuestro propio mundo.

Como lo sostiene Frederick Moffet:

“Un niño aprende más por el método de prueba y error, por medio del placer antes que del dolor, a través de la experiencia antes que de la sugerencia, y por la sugerencia antes que por la orientación.

Aprende también por medio del afecto, del amor, de la paciencia, de la comprensión, de la posibilidad de hacer y de ser...”

El aprendizaje es fundamentalmente una actividad social, que inicia en edades tempranas con la convivencia en el seno familiar, ahí adquirimos las conductas y los conocimientos comunicativos que nos permiten ser miembros efectivos de la sociedad. Para Lev Vygotsky, los niños aprenden haciendo suyas las actividades, hábitos, lenguajes, vocabulario e ideas de los miembros de la colectividad en la que crecen. La constitución de una atmósfera cooperativa, es una parte intrínseca del aprendizaje; está comprobado que la colaboración social puede mejorar el aprovechamiento de los quehaceres cotidianos, ya que estos son por si mismos interesantes y ayudan a mantener a los

infantes involucrados en su desarrollo cuando se sabe que serán compartidos con los demás, y para que éste ocurra es fundamental que participen en la vida social de la familia. En la escuela sucede lo mismo, las prácticas que realizan los alumnos son de mayor trascendencia e importancia cuando estas se socializan o se enfrentan al escrutinio público del ambiente grupal y escolar.

Como lo sostiene el enfoque comunicativo de los planes y programas de estudio vigentes, la apropiación de las prácticas del lenguaje necesita experiencias individuales y sociales que consideren los modos de leer, interpretar y analizar los textos que presentamos en la escuela, con tal intención para que provoquen la funcionalidad de la escritura de tal manera que les consienta la organización del pensamiento para resolver problemas habituales. Por lo tanto es necesario que los docentes proyectemos que los estudiantes trabajen en grupos y asumir el papel del coordinador, proveyendo guía y apoyo; construyamos un ambiente de clase que incluya lugares de trabajo grupal donde los recursos sean compartidos, que provoquemos de igual forma, circunstancias para expresar opiniones y evaluar los argumentos de los niños, vinculando a la escuela con la comunidad, con lo que dotaremos de oportunidades para que los alumnos participen activa y responsablemente en su sociedad.

Tales circunstancias nos recomiendan la implementación disciplinada y sistemática de activitatis permanentis, aunque en la praxis muchas de ellas no sean tan efectivas para los propósitos educativos ya que las diferencias culturales, de hábitos, roles, económicas, religiosas, etc., determinen su aprendizaje y su impacto real; por lo que, los alumnos deben conocer los propósitos y utilidad de tales tareas antes de realizarlas, de igual modo es importante que estas acciones se puedan usar en la vida común de los mismos, con lo que podremos habilitar su pertinencia.

Inherentemente, estas actividades deberán activar los conocimientos previos a modo de poder compararlos, analizarlos, discutirlos confrontarlos y reestructurarlos, aunque habrá que reconocer sin menospreciar, que estas actividades aunque no representa el proceso de como aprenden los niños, si son el espacio en el que:

“De manera formal y dirigida inician su reflexión sobre las características y

Funciones de la lengua oral y de la lengua escrita.”

Estas actividades permanentes son el vehículo para recuperar los usos sociales del lenguaje en cualquiera de sus expresiones y manifestaciones, ya que fortalecen el trabajo por proyectos didácticos, diseñados y organizados en cada uno de los bloques de los programas de estudio de cada grado en la asignatura de Español, dirigidas, orientadas y organizadas en tres ámbitos tendientes a desarrollar las competencias comunicativas de los alumnos pues:

• Recuperan la lengua (oral y escrita) muy próxima a como se desarrolla y emplea en la vida cotidiana, lo que supone darle un sentido más concreto y práctico a su enseñanza.

• Incrementan el conocimiento y uso del lenguaje para mediar las relaciones sociales.

• Permiten descubrir las convenciones propias de la lengua escrita a partir de situaciones

comunicativas.

• Enriquecen la manera de aprender en la escuela.

Con tal intención, la propuesta de enseñanza de los programas y planes de estudio actuales, resalta la trascendencia del aprender a hacer haciendo de los proyectos didácticos como la herramienta del docente y el alumno para tener experiencias directas con el aprendizaje que

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