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Apuntes Historiográficos Sobre La Historia De La Cultura


Enviado por   •  17 de Septiembre de 2013  •  7.670 Palabras (31 Páginas)  •  269 Visitas

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Apuntes historiográficos sobre la historia de la cultura

Paula Bruno

I. Introducción

El objetivo del siguiente trabajo es revisar algunas cuestiones vinculadas con la historia cultural, para lo cual focalizamos la atención en su historicidad, en sus vertientes más destacadas y en sus rasgos particulares y distintivos.

El texto se abre con algunas consideraciones generales acerca del concepto de “cultura”, con la intención de evidenciar la pluralidad de significados que puede denotar el concepto en cuestión y tomar distancia de la naturalización de su significado.

Posteriormente, se realiza un recorrido cronológico de la historiografía de la historia de la cultura, poniendo el énfasis en algunas etapas de la misma. La concreción de este recorrido, que abarca más de un siglo, permite rastrear y evidenciar las rupturas y las continuidades existentes en lo que respecta a las formas de abordaje de la cultura concretadas por los historiadores profesionales. El seguimiento de este itinerario está dividido en tres bloques temporales que están relacionados estrechamente con las transformaciones de los contextos de producción y, simultáneamente, con las repercusiones de estos cambios en el interior del ámbito de la disciplina histórica.

La primera etapa que describimos –de comienzos del siglo XIX a 1930, aproximadamente- se caracteriza por el predominio de una concepción de la historia muy ligada a los ámbitos del poder, cuyos relatos ponen el acento en la historia de carácter excluyentemente político. La segunda etapa –desde la segunda posguerra hasta la década de 1980- tiene como rasgo característico la preponderancia de explicaciones históricas que apuntan a dar prioridad a lo sociocultural y lo económico. Por último, presentamos una tercera etapa -que llega hasta nuestros días-, cuyo rasgo central es la de presentar un gran abanico de perspectivas posibles a la hora de concretar y de difundir los estudios históricos referidos a la cultura.

Mientras realizamos esta exploración, procuramos evidenciar cómo las distintas acepciones del concepto de cultura y sus recepciones variadas en diferentes contextos de producción incidieron en el ámbito de la configuración de los conocimientos históricos.

II. Consideraciones previas acerca del concepto de “cultura”

El concepto de “cultura” presenta una polisemia prácticamente inabarcable, a lo cual debe sumarse la variación del término a lo largo de la historia y la variedad de definiciones que el mismo asume en diversos marcos geográficos. Intentando ilustrar esta polisemia, a continuación presentamos dos definiciones de este concepto que pueden polarizarse y que nos permiten intuir la gran variedad de matices potencialmente existentes entre ambas .

El significado más tradicional de la palabra “cultura” se refiere a un cierto nivel educativo, a atributos relacionados con el placer por escuchar clásicos musicales o concretar lecturas de obras cumbres de la literatura, o bien, a cierto estilo de consumo y pautas de comportamiento. Dentro de esta perspectiva, la cultura aparece como un elemento privativo de los grupos sociales privilegiados. Es decir, se entiende el término cultura como sinónimo de la expresión “cultura alta” o “cultura de elite”.

Asumir esta noción condujo, por mucho tiempo, a concretar una historia cultural que se traducía en una historia de elites o de grupos dirigentes. Todas las manifestaciones provenientes de los otros sectores de la población quedaban en un segundo plano siendo consideradas parte de un todo amorfo que no merecía ser abordado en forma sistemática ni analítica.

Este concepto tradicional de cultura comenzó a ser cuestionado desde distintos ángulos, en el contexto europeo, en el escenario de la segunda posguerra. Desde las diferentes disciplinas sociales se empezó a prestar mayor atención a las expresiones de carácter cultural de los múltiples y heterogéneos segmentos que configuran sociedades complejas.

Esta actitud de apertura se relacionó estrechamente con los avances que tuvieron lugar en el campo de la antropología, en tanto disciplina social , y también con la difusión de las producciones historiográficas de la corriente de historiadores marxistas ingleses –como Edward P. Thompson, Eric Hobsbawm y Christopher Hill-. Desde la perspectiva sostenida por estos últimos, se hacía necesario prestar atención a la historia de "los de abajo", a sus acciones, a sus representaciones y a sus prácticas. Por tanto, la cultura de estos sectores, anteriormente excluidos del escenario, se convirtió en un objeto de estudio privilegiado dentro del campo de sus análisis y de los de un número significativo de historiadores .

Estas transformaciones en el campo de las Humanidades, entre tantas otras, repercutieron fuertemente en lo concerniente al concepto que nos ocupa, y así se comenzó a modelar una ampliación de la definición de lo que significa “cultura”. De esta forma, se delineó una noción del término que en la actualidad cuenta con mayor aceptación y difusión; ésta hace referencia a la cultura como una especie de marco que contiene las formas de pensamiento, las creencias y las prácticas, las actividades cotidianas, los objetos realizados por distintos grupos sociales, las formas en que se establecen relaciones interpersonales, los hábitos, las costumbres, las tradiciones, entre otros elementos.

Asumiendo esta perspectiva, la cultura dejó de ser patrimonio exclusivo de un sector social y pasó a ser acervo de la sociedad toda, es decir, un elemento que configura las identidades colectivas. Así, se ha asumido que la cultura es constitutiva de la sociedad en su conjunto, pese a que cada uno de los sectores que la componen puede contar con sus propias lógicas culturales.

Complementariamente, debe considerarse que si bien el proceso de globalización abarca las diversas esferas de la vida humana, existe “por debajo” de este fenómeno una realidad cargada de heterogeneidad y de fragmentaciones que afloran en el intrincado conglomerado de diversidades sociales, económicas, étnicas y religiosas existentes y ponen en evidencia que el escenario mundial configurado a lo largo del siglo XX se complejizó en forma muy significativa.

Todos estos procesos socio-históricos repercutieron en la conformación y difusión del segundo concepto de cultura que elegimos presentar como concepto ampliado y diferenciado del primero. La adopción del mismo produjo como efecto un despliegue del abanico de objetos

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