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La transformacion de la practica docente En las cartas de San Pablo


Enviado por   •  1 de Diciembre de 2015  •  Ensayos  •  1.454 Palabras (6 Páginas)  •  180 Visitas

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Te retroalimento a esté respecto primero atendiendo al título del taller: TRANSFORMACIÓN DE LA PRÁCTICA DOCENTE.
1.- ¿Qué se entiende por TRANSFORMACIÓN? En las cartas de San Pablo, el santo refiere algo de su vida que le impactó muchísimo: el momento en que iba a liquidar a unos cristianos y se le manifiesta Jesucristo. La palabra en griego que ilustra perfectamente el verbo de lo que le ocurrió a San Pablo es "metanoia", que sería el concepto cristiano de "conversión". ¿Qué es un "convertido"? ¿Qué es una "conversión"? La palabra "metanoia" quiere decir, literalmente, ir más allá de la opinión, cambiar la opinión por la verdad, convertirse es transformarse en otra cosa, cambiar por completo por haber descubierto la verdad. En Platón, como podrás recordar en el Diálogo (Eutidemo) que trabajamos, una persona que tiene opción por la verdad se transforma, hace de su vida una luz, ayuda a los demás, mejora a los demás. San Pablo quiere decir eso en el concepto de "metanoia": cambiar por completo de opinión a través de la verdad.
¿Qué es TRANSFORMARSE? Es cambiar de opinión, de forma, de gustos, de vida. Pero, ¿por qué cambiar? Y más aún, ¿PARA QUÉ CAMBIAR?
El cambio nace de una necesidad o de una complacencia. Por ejemplo, hay quienes son solteros y cuando son solteros, son delgados, atrevidos, simpáticos y abiertos. Pero cuando se casan, se vuelven viejos, gordos, cínicos y necios. Hay cambios por complacencia, es decir, cambios que no son para crecer, sino para retroceder. Podemos cambiar para peor.
Cuando nace de una necesidad, es para mejorar nuestra vida en todos los sentidos. Es cambiar para crecer, para destacarse. Pero el que cambia por necesidad, no sólo cambia de cuerpo, sino de espíritu, es decir, cambia sus opiniones, cambia su manera de ver la vida, su manera de entender el mundo, su forma de comprender la verdad. Dice Santa Teresa de Jesús, en "Las Moradas", que la humildad es andar en verdad. O sea, que cuando sabemos quiénes somos, de dónde venimos, a dónde vamos y cuáles son nuestros límites, podemos entender mejor cómo crecer en la verdad.
Quiere decir que cuando cambiamos, cuando encontramos un sentido, un PARA QUÉ, podemos cambiar. La necesidad nos ayuda a movernos. Muchas veces, las mismas circunstancias nos ayudan a cambiar. Pero cuando las circunstancias nos rebasan, mucha gente no entiende que es una oportunidad de cambio. Por eso el PARA QUÉ de un cambio se vuelve fundamental. No sólo es cambiar, sino QUÉ SENTIDO TIENE UN CAMBIO. Las experiencias de desamor, por ejemplo, pueden ser una oportunidad de cambio y de crecimiento. Pero hay gente que no las supera, que se queda atrapado en los sentimientos negativos y no es capaz de entender que toda separación puede ser una oportunidad de crecimiento.

2.- Para que tenga sentido el curso, entonces podemos seguir tres líneas de la TRANSFORMACIÓN: a) ¿qué oportunidades distingo en un cambio?, b) ¿qué opción de cambio pienso como una necesidad? y c) ¿qué sentido tiene el cambio?, ¿para qué cambiar?
Empecemos con la "c". Los autores que más estudian este tipo de cosas, son en la vida religiosa, porque los verdaderos cambios, las verdaderas transformaciones, son más notorias en gente que antes tenía una vida disoluta o desordenada, y cuando encuentran un sentido a su vida, cambian por completo, se transforman en todos los sentidos. Empieza por ahí, hablando de los ejemplos de cambio. Puedes decir de una persona drogadicta que encuentra a Dios. O de alguien que entra a terapia en Alcohólicos Anónimos, que su vida poco a poco va encontrando un sentido. La transformación puede empezar en el sentido o también en las oportunidades de cambio. Generalmente, las transformaciones más radicales se viven cuando la vida se llena de vacío, cuando la persona no tiene nada en su vida, nada que tenga sentido. Es cuando la persona está más necesitada de un "para qué". Recuerda lo que dice Nietzsche, "el que tiene un para qué es capaz de enfrentar todos los cómos". Esto quiere decir que alguien que tiene un sentido, que ha encontrado el "para qué" en su vida (lease Dios, la familia, los hijos, el dinero, el trabajo, la vocación, lo que sea) es capaz de hacer lo que sea, es decir, de enfrentar todas las adversidades, todos los "cómos". Siempre que tengamos un sentido, seremos capaces de afrontar todas las adversidades. El sentido lo es todo en los seres humanos. Una de las crisis actuales en nuestra sociedad moderna, es que el sentido de la vida cada vez es menor. Sin trabajo, en crisis, con familias disueltas, con estructuras sociales corrompidas, con esquemas sociales degradados, los jóvenes y los adultos se ven cada vez más desesperados, porque algo que nos permite seguir luchando es la Esperanza. Con este apunte paso al inciso "a".
A veces los cambios ocurren en situaciones desesperadas o desafortunadas. Muchas veces la gente se resiste a cambiar, porque no quiere deshacerse de la comodidad, pero no se dan cuenta que un cambio los beneficiará. Muchas veces dejamos ir buenas oportunidades porque no nos damos cuenta que el cambio puede beneficiarnos, puede hacer nuestra vida mejor. Puedes preguntarles, ¿cuántas veces no se resistieron a un cambio y a largo plazo, cuando el cambio se dio, las cosas fueron mejores para ustedes?
Paso al último inciso, el "b".
Creo que la última posibilidad de transformación es la más difícil y si la sabes tratar, puedes tocar muchas fibras sensibles, así que debes hacerlo con cuidado.
¿Cuándo necesito hacer un cambio? Muchos no reconocen la "necesidad" de un cambio, porque se necesita, como dice Santa Teresa Martíneza, andar en verdad, decirse a uno mismo la verdad.
Casi todos los maestros están llenos de vicios: adicciones, tic's, repetición, frustración, enojo, inconformidad, complacencia, estancamiento, mediocridad. La primera parte que debemos estudiar es ¿cómo me siento y me veo como docente? ¿A qué otros niveles educativos me he dirigido? ¿Cuántos años llevo dando el mismo nivel y no he leído nada que me ayude a actualizar mi saber sobre las materias que imparto? ¿Cuánto ha cambiado mi clase de dos meses a la fecha? ¿Cuánto ha cambiado mi clase de dos años a la fecha? ¿Cuánto ha cambiado mi clase desde que comencé a dar clases a la fecha? ¿Cuántas veces he dado el mismo nivel? ¿Cuántas veces me he enfrentado a un público diferente? ¿Cuántas veces he escuchado una retroalimentación de mis alumnos acerca de mi como profesor? ¿Quién puede, como especialista, mirar mi clase y decirme en qué puedo mejorar? ¿Hace cuánto que no estudio algo nuevo? ¿Qué grado tengo?
Cuando las respuestas son honestas y el maestro descubre que muchas cosas no han cambiado, y no reconoce que puede ser que en su materia se haya estancado, que su nivel de desarrollo profesional, humano y personal no han cambiado nada, es momento de hacer "algo". Es cuando el cambio se impone como una "necesidad".

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