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Clase Obrera Colombiana


Enviado por   •  23 de Septiembre de 2014  •  2.128 Palabras (9 Páginas)  •  246 Visitas

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El 13 de febrero de 1920 algo inusitado sucedía en la pequeña población de Bello, distante 10 km. de Medellín. Las trabajadoras de la fábrica de tejidos de Bello, en número aproximadode 350, estaban apostadas enlas puertas de la fábrica para impedir que el resto de los trabajadores, unos 150 (en su mayoría varones), ingresaran al sitio de trabajo. Encaramada en un taburete, Betsabé Espinosa, la conductora de tan sorprendente movimiento, dirigía un incendiario discurso a sus compañeras. No podemos soportar más la situación que vivimos, les decía: «Estamos trabajando once horas diarias y se nos, paga en promedio 1,50 pesos por semana, cuando cualquier peón de construcción gana entre 3 y 3,60 pesos semanales, o cualquier empleado de la industria textil gana 1,35 pesos diarios, eso para no hablar de los sueldos de los gerentes o de los gobernantes y como si esto fuera poco -agregaba la líder - se nos imponen multas constantes que a veces abarcan el total de nuestro salario semanal. Cuando no podemos trabajar por enfermedad, no se nos reconoce nada. Además, por absurdos motivos, no se nos deja entrar calzadas a la fábrica y para colmo de males los vigilantes nos dan un trato denigrante. Basta ya, esto no puede seguir así. ¡A la huelga!».

Efectivamente la actividad se paralizó totalmente en la fábrica de tejidos de Bello por más de veinticinco días. Era ésta una de las treinta y dos huelgas que el país presenció en el año 1920. Como la gran mayoría de ellas la huelga de Bello estalló sin gran preparación, de un día para otro.

Lo sorprendente del suceso radicaba no tanto en el estallido de una huelga -pues ésta, mal que bien, ya se conocía en Colombia desde 1910 o incluso antes - sino en lo que significaba la irrupción en el escenario nacional la clase obrera. Ella estaba formada por un pequeño porcentaje de población (no más del 5 %) que, sin embargo, estaba ubicado en las áreas estratégicas de la economía (vías comunicación, industria manufacturera, actividades extractivas y agricultura moderna). En estas páginas intentaremos, por tanto, describir la formación de esa nueva clase y señalar el impacto que ella tuvo en la vida del país en el período llamado de «Hegemonía Conservadora» (1886-1930).

Formación de la clase obrera (1886-1920)

A pesar de la sorpresa que causaba la irrupción de la clase obrera en los años veinte, en realidad su gestación se venía preparando desde muchos años antes. No sólo nos referimos a los procesos económicos que objetivamente la crean, o a los proyectos políticos de estabilización de la dominación. Estamos hablando también del conjunto de tradiciones y valores que van a contribuir a la formación de la nueva clase cuando los factores económicos y políticos hagan posible su existencia. Lo que se quiere mostrar es que la clase obrera no es el mero resultado de Ia combinación de técnicas y formas políticas externas, sino que también su «cultura» juega un papel destacado en su formación.

Con el desarrollo incipiente del modelo exportador a mediados del siglo pasado, los artesanos neogranadinos se vieron obligados a defender sus intereses en contra del librecambismo defendido por gran parte de las élites criollas. Surgieron así las primeras asociaciones de defensa de los trabajadores manuales: las sociedades democráticas. Aunque en un principio tenían un carácter marcadamente cultural, lentamente fueron asumiendo posiciones políticas proteccionistas, hasta desembocar en un apoyo militante a la corta dictadura del general José María Melo. El fracaso de esta revolución de 1854 significaría también la derrota política de los núcleos, artesanales militantes. Aunque muy golpeadas, las sociedades de defensa de artesanos y trabajadores manuales no desaparecieron del país, como lo atestigua la participación de artesanos en el levantamiento urbano contra los «ricos», principalmente comerciantes alemanes, sucedido en Bucaramanga en 1879. En otra revuelta, la del pueblo bogotano el 15 y 16 de enero de 1893, una organización, llamada Sociedad de Artesanos, estuvo al frente de la movilización. Los hechos en Bogotá se produjeron en protesta contra algunas acusaciones de inmoralidad de los artesanos. Según se dijo en el momento, el movimiento había sido inspirado por «ideales anarquistas», lo cual fue expresado por la multitud que enarboló banderas negras anarquistas y agitó la consigna de «¡Viva la comuna!». Sin embargo, estas expresiones políticas del artesanado no fueron lo predominante de su actividad a fines del siglo pasado. La actividad reivindicativa tendrá que esperar unos años más para poder resurgir con fuerza.

Los trabajadores manuales de fines del siglo pasado, sin embargo, buscarán mitigar sus condiciones de existencia a traves de la ayuda mutua. En ese sentido comienzan a desarrollarse en el país, a finales del siglo XIX, sociedades de mutuo auxilio. Los estatutos de la Sociedad de Socorros Mutuos de Manizales en 1889, por ejemplo, señalaban que ésta se había creado con el objetivo de dade ayuda a los trabajadores que enfrentaban calamidades como enfermedad, exilio, prisión o muerte. A través de una contribución semanal de 10 centavos se creaba un fondo para atender esos riesgos. Como esta sociedad surgieron otras similares en las principales ciudades del país.Aunque en ella podía participar cualquier persona, independientemente de su actividad económica, en realidad predominaron los artesanos en su composición. Muchas de ellas Fueron promovidas por la Iglesia, y cumplían además funciones de control moralsobrelos afiliados. Esto no obstaba para que el gobierno de regeneración mirara con recelo a algunas de ellas. Tal fue el caso de la Sociedad de MutuoAuxilio de Bucaramanga que seliquidó en 1890por sospecharse que Había sido convertida en un club político. En 1892 volvería a reconstruirse con la previa aprobación del gobernador y del cura párroco.

A raíz de la separación de Panamá, 3 de noviembre de 1903, se formó espontáneamente un movimiento de protesta contra la intervención norteamericana. Numerosas organizaciones mutuales, juntas de vecinos y personalidades exigieron del gobierno del presidente José Manuel Marroquín la adopción de medidas en defensa de la integridad nacional. Paralelamente se organizaron recolectas de dinero y movilizaciones de protesta. Sin embargo, fueron vanos estos esfuerzos pues ya el hecho estaba consumado y las élites colombianas, aunque molestas, buscaban acomodarse a la nueva situación.

La tradición anti imperialista siguió viva en los sectores populares urbanos que nuevamente se expresaron en marzo de 1909 en el rechazo al pacto trÍpartito firmado por representantes de Colombia, Panamá y los Estados Unidos. Colombia,

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