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La Formacion de la Clase Obrera Francesa


Enviado por   •  15 de Noviembre de 2015  •  Resúmenes  •  2.976 Palabras (12 Páginas)  •  232 Visitas

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La formación de la clase obrera francesa

Desde el punto de vista británico, la historia de la formación de la clase obrera francesa resulta paradójica. Gran Bretaña fue la cuna de la Revolución Industrial; la economía francesa siguió siendo predominantemente rural y artesanal hasta el siglo XX. Y sin embargo los franceses fueron los líderes indiscutibles del desarrollo del socialismo y la conciencia de clase obrera. También fue Francia el primer lugar donde el socialismo llegó a ser un movimiento de masas, en la revolución de 1848. Aunque este país no experimentó una RI al estilo británico, la sociedad francesa fue transformada por el capitalismo industrial en el siglo XIX.

La industrialización francesa.

Las características fundamentales de la industrialización francesa fueron las siguientes: un comienzo gradual y temprano, un predominio de la producción artesanal, un crecimiento relativamente lento de la industria en las fábricas y unos índices bajos de crecimiento demográfico. Esta peculiar pauta dejó sus huellas en el movimiento obrero francés.

Francia nunca experimentó un “despegue”, el súbito impulso de la producción que inicia el crecimiento industrial. La producción industrial francesa ya había comenzado su movimiento ascendente en la década de 1750, antes de la RI británica, y aumentó gradual pero constantemente a partir de entonces. Esta expansión tuvo lugar tanto en las industrias rurales, especialmente las textiles de algodón, lino y lana, como en la industria urbana, donde los artículos de lujo eran de gran importancia. La productividad creciente que resultó de la mecanización y el uso de la energía de vapor no fue, por tanto, el origen del crecimiento industrial moderno en Francia, sino que fue añadido a una base en expansión constituida por la producción industrial artesana.

Gran parte del crecimiento industrial del siglo XIX siguió centrándose en la artesanía. Aunque los británicos captaron la mayor parte del mercado mundial del acero y los textiles baratos de algodón y lana, los franceses siguieron dominando el mercado en cuanto a ciertos artículos de lujo. En vez de competir directamente con los productos de fábrica británicos, Francia seguía explotando su ventaja comparativa en productos de alta calidad que requerían un trabajo altamente especializado.

Las innovaciones clásicas de la RI británica fueron adoptadas más tarde y a mucha menor escala que en Gran Bretaña. En el caso de los textiles, la ventaja británica en todos los productos, excepto los de mayor calidad, era tan pronunciada que la mayor parte de los mercados franceses se limitaba a producir principalmente para el mercado interior francés.

Una de las razones por las que la industrialización francesa era diferente a la británica fue el bajo índice de crecimiento demográfico de la población francesa. Los índices de natalidad franceses ya habían empezado a caer a finales del siglo XIX y sólo aumentó en un 50%; mientras que en Gran Bretaña la población aumentó un 350% en el mismo siglo. Gracias a este crecimiento demográfico moderado, en Francia era posible mantener índices de crecimiento impresionantes en la renta per cápita sin el extraordinario desarrollo de la industria de las fábricas que ocurrió en Gran Bretaña.

En Francia una proporción mucho mayor de la población se componía de campesinos que sólo participaban parcialmente en los intercambios monetarios y el territorio nacional quedaba dividido en varios mercados regionales parcialmente integrados, tanto para los artículos como para el trabajo. Estas circunstancias limitaron las posibilidades de la producción en fábricas en Francia e hicieron que fuera racional desde el punto de vista económico la inversión de gran parte del capital nacional en agricultura e industria artesanal.

Este modelo francés de industrialización tuvo dos importantes consecuencias para la formación de la clase obrera francesa:

  1. Una continuidad relativa en la experiencia urbana de los obreros. Debido a los bajos índices globales del aumento de la población, las ciudades francesas crecieron mucho menos rápidamente durante las primeras etapas de  la industrialización que las ciudades británicas, alemanas o americanas.
  2. Los artesanos, y no los trabajadores de las fábricas, siguieron siendo durante mucho tiempo la gran mayoría de los trabajadores industriales franceses.

Los artesanos, los obreros de la industria textil y la dinámica del capitalismo industrial.

El hecho de que la industria artesanal sobreviviera en Francia bien entrando el siglo XX, no quiere decir que no se viera afectada por el desarrollo del capitalismo industrial. De hecho, el capitalismo empezó a transformar la artesanía mucho antes de la introducción de las innovaciones tecnológicas inglesas a finales del siglo XVIII y principios del XIX. Las primeras artesanías que sintieron sus efectos fueron las textiles de la lana y el lino. Como elemento esencial del comercio regional e interregional, las industrias textiles quedaron sujetas a la dinámica del desarrollo capitalista muy pronto. En los siglos XVI y XVII los comerciantes capitalistas que dominaban la industria textil empezaron a instalar máquinas de hilar y tejer en las familias rurales que trabajaban en sus propias casas y que normalmente combinaban estas actividades industriales con el cultivo de una parcela. Los tejedores rurales no sólo aceptaban salarios más bajos que los tejedores de los gremios urbanos, sino que además estaban dispuestos a fabricar los tejidos más ligeros, de calidad más baja y más baratos, los cuales constituían el principal sector de crecimiento de la industria textil.

La industria textil en el cual la fabricación era rural y doméstica, pero coordinada y controlada por capitalistas urbanos que operaban un mercado interregional o internacional, era el sector más avanzado de la economía capitalista en los siglos XVII y XVIII.

Generalmente, los investigadores han considerado que la artesanía urbana del siglo XIX era “tradicional”, sobre todo porque pocas ramas de esta artesanía fueron afectadas por cambios tecnológicos importantes hasta casi el final del siglo. Sin embargo, investigaciones más recientes han revelado la existencia de gran número de nuevas prácticas de explotación que transformaron muchas industrias tan diversas como la fabricación de ropa, la joyería, los muebles, la construcción y el calzado que respondieron a la creciente demanda de sus productos mediante el abandono de la antigua práctica de fabricar artículos encargados por sus clientes y, en su lugar, el empleo de la especialización en artículos estándar confeccionados que podían producirse en masa y venderse a un precio más bajo. Dichos propietarios reorganizaron totalmente los modelos de producción existentes, aumentando la división del trabajo y diluyendo las especialidades de los obreros.

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