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Edad Media - Temprana y Alta


Enviado por   •  24 de Mayo de 2021  •  Tareas  •  3.570 Palabras (15 Páginas)  •  97 Visitas

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TP N.º 1

SINTESIS DE LA EDAD MEDIA

TEMPRANA EDAD MEDIA (Siglos V al IX)

Los reinos romanos germánicos

Durante el siglo V el Imperio Romano de Occidente sufrió el ataque de numerosos pueblos germanos: los visigodos, los ostrogodos, los francos, los anglos, los sajones y los jutos, los vándalos, los alanos, los suevos, los burgundios y los alamanes.

Poco a poco los pueblos germanos y los antiguos habitantes del Imperio se fusionaron y dieron origen a nuevas unidades políticas: los reinos romanos germánicos. Estos reinos combinaban parte de la cultura y la organización romana, con elementos de la tradición germana.

Las sociedades germanas eran fundamentalmente guerreras; los distintos jefes militares elegían a uno de ellos como rey y la aristocracia guerrera, así como entre los jefes y sus soldados, existían lazos de dependencia personal. Los germanos no tenían leyes escritas ya que se regían por costumbres (derecho consuetudinario).

La mayoría de los pueblos germanos eran paganos. Rendían culto a las fuerzas de la naturaleza y a los fenómenos atmosféricos. Tenían dioses como Wotan, señor del cielo y de la guerra, Thor, dios del trueno, Loky, dios del engaño. Creían en la vida después de la muerte.

Con el tiempo, todos estos pueblos se convirtieron al cristianismo. Así, poco a poco, se fueron fusionando los elementos romanos con los germanos y los cristianos dando origen a una nueva cultura.

Las monarquías, en sus comienzos electivas, pasaron a ser monarquías hereditarias. Además, incorporaron a algunos funcionarios romanos como parte del grupo de asesores, aprovechando la experiencia de aquellos en la administración.

En cuanto al derecho germano, al ponerse en contacto con la cultura romana, tomó la forma escrita y se enriqueció con el aporte romano. Así, nació un nuevo derecho. Además, en algunos casos, y debido a la influencia del cristianismo, algunas costumbres se suavizaron.

El idioma, por su parte, siguió siendo el de los germanos, pero, como lengua escrita, la mayoría de los reinos romano-germánicos adoptaron el idioma de los romanos, el latín.

A causa de la sucesión de guerras entre romanos y germanos, y luego entre los distintos grupos germanos, se propagó la inseguridad en los territorios del antiguo Imperio. Algunas ciudades fueron saqueadas y la población se trasladó al campo, donde buscó la protección de los ricos propietarios. Se dice que se produjo una ruralización de la vida, ya que al despoblarse las ciudades, la economía pasó a basarse casi exclusivamente en la agricultura y la ganadería. Los productos obtenidos por estas actividades estaban destinados al consumo. Así, el comercio prácticamente desapareció y, en consecuencia, también se perdió el uso de la moneda. Si se necesitaban productos que no se elaboraban, se recurría al trueque. Además, se abandonó el mantenimiento de las obras públicas relacionadas con el transporte, como los caminos, los puentes y los puertos, y esto contribuyó a que se disminuyera aún más el intercambio comercial.

Si bien durante el siglo V, el Occidente europeo se fragmentó en distintos reinos, la idea de unidad que había sostenido el Imperio Romano, fue continuada por la Iglesia, que trató de establecer lazos religiosos entre todos los habitantes de la región.

En primer lugar, fomentó la conversión al catolicismo de toda la población, incluidos los reyes germanos. Esto se logra porque al estar asentados en territorio con religión católica hacía difícil la lealtad al rey si no compartía su religión. Por eso, los Estados romano-germánicos que lograron afianzarse adoptaron la religión cristiana.

En segundo término, la Iglesia mantuvo el latín como lengua de culto. De este modo, aunque las personas hablaran distintas lenguas, podían entender las ceremonias religiosas.

Entre los reinos romano-germánicos pronto se destacó el de los francos, que a principio del siglo CI logró vencer a los visigodos y burgundios, y dominó así toda la antigua Galia romana. El monarca más importante de esta época fue Clodoveo, quien extendió los límites del reino, se convirtió al catolicismo (507) y se transformó en el gobernante más influyente de Europa occidental. A su muerte (511), el reino de los francos se repartió ente sus cuatro hijos y entró en decadencia. Luego de un período de crisis, Pipino el breve se hizo proclamar rey de los francos en el año 751, iniciando una nueva dinastía, la carolingia. El nuevo monarca contó con el apoyo del Papa Esteban II, quien lo coronó y le otorgó el derecho a la sucesión hereditaria. Su hijo Carlomango (Carlos el grande) fue reconocido rey de los francos y conformó un Imperio que comprendía los actuales territorios de Francia, Bélgica, los Países Bajos y parte de Alemania e Italia. Hábil estratega y militar, defendió sus territorios de los ataques de los germanos y los musulmanes. En el año 800 fue coronado emperador por el Papa León III. Para poder controlar sus extensos dominios, Carlomagno dividió el territorio de su imperio en unas trescientas provincias, a las que llamó condados y ducados. Estas provincias estaban gobernadas por condes y duques, que eran reclutados entre los integrantes de las familias más poderosas de cada región. En las regiones fronterizas, Carlomagno estableció las llamadas marcas, que estaban a cargo de un marqués.

Dos veces al año, Carlomagno convocaba a condes, duques y marqueses a participar de las asambleas nacionales. En esas reuniones el emperador hacía públicas las capitulares, ordenanzas que contenían normas, preceptos y leyes que poco a poco fueron reemplazando las antiguas costumbres germanas. En el plano religioso, Carlomagno creó varios obispados y obligó a la población a pagar el diezmo, un impuesto que servía para contribuir al mantenimiento de la Iglesia.

Carlomagno falleció en 814. Fue sucedido por su hijo Ludovico Pio, quien no tuvo la misma autoridad que su padre, y a su muerte en el año 843 el imperio se dividió en tres estados: Germania, Francia y Lotaringia. Los condes, duques y marqueses reclamaron cada vez más poder y autonomía.

Actividad:

  1. ¿Cuál era la organización política de los reinos romano-germánicos?
  2. ¿Cuál era la economía de los reinos romano-germánicos?
  3. ¿Cuál fue el cambio que se produjo en los pueblos germanos con la fusión con los pueblos romanos?
  4. ¿Qué religión tenían los reinos romano-germánicos? ¿Cambió con la fusión?
  5. Nombre las medidas más importantes que tomó Carlomagno.

El Imperio Bizantino

Mientras la parte occidental del Imperio Romano fue ocupada por distintos pueblos germánicos, el Imperio Romano de Oriente, con el tiempo llamado Imperio Bizantino, logró resistir los ataques de germanos, persas y eslavos, y sobrevivió mil años más.

Su capital, Constantinopla (fundada sobre las ruinas de la antigua ciudad griega de Bizancio), fue un rico centro comercial en el que se cruzaban las rutas marítimas y terrestres que provenían de Europa, Asia y África. De ese comercio, el Imperio Bizantino obtuvo una abundante riqueza, de la cual extrajo los recursos necesarios para sobrevivir durante tantos siglos. Otras actividades económicas importantes fueron la agricultura y la artesanía, de la que se destacaron la cerámica, la orfebrería y la construcción de mosaicos, en la que los bizantinos fueron grandes maestros.

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