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Escuela Hipocrática


Enviado por   •  4 de Noviembre de 2012  •  1.896 Palabras (8 Páginas)  •  717 Visitas

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Las escuelas de Medicina de la Grecia Clásica estaban divididas en dos tendencias fundamentales respecto a cómo se tenían que tratar las enfermedades. Por una parte, la escuela de Cnido se concentraba en el diagnóstico, mientras que la de Cos se centraba en el cuidado del paciente y el pronóstico. En general, la medicina de la época de Hipócrates desconocía muchos aspectos de la anatomía y la fisiología humanas, a causa del tabú griego que prohibía la disección de cadáveres. Por lo tanto, las enseñanzas de la escuela cnidia, que tenían una gran valía en el tratamiento de enfermedades comunes, no eran capaces de determinar qué provocaba enfermedades con síntomas poco conocidos. Por su parte, la escuela hipocrática o de Cos tuvo más éxito aplicando diagnósticos generales y tratamientos pasivos y fue capaz de tratar enfermedades de manera eficaz, lo que permitió un gran desarrollo en la práctica clínica.

La medicina hipocrática y su filosofía se alejan bastante de la medicina actual, en la que el médico busca un diagnóstico específico y un tratamiento especializado, tal como lo promovía la escuela de Cnido. Este cambio en el pensamiento médico desde el tiempo de Hipócrates ha provocado que el médico de Cos recibiera duras críticas a lo largo de los últimos siglos, siendo la pasividad del tratamiento hipocrático el objeto de algunas denuncias especialmente críticas; por ejemplo, el médico francés M. S. Houdart se refirió al tratamiento hipocrático como una meditación sobre la muerte.

La medicina hipocrática ahora es considerada pasiva. El enfoque terapéutico se basaba en el poder curativo de la naturaleza. Según esta doctrina, el cuerpo contiene de forma natural el poder intrínseco de sanarse o physis y cuidarse. La terapia hipocrática se concentraba simplemente en facilitar este proceso natural. Para hacerlo, Hipócrates creía que “el reposo y la inmovilidad eran de gran importancia”. En general, la medicina hipocrática era muy cuidadosa con el paciente: el tratamiento era suave y destacaba la importancia de mantener al cliente limpio y estéril. Por ejemplo, sólo se utilizaba agua limpia o vino para las heridas, aunque los tratamientos secos eran preferibles. A veces se utilizaban linimentos balsámicos.

Hipócrates era reacio a administrar drogas o emprender tratamientos especializados, por lo que, tras el diagnóstico general, seguía una terapia generalizada. Sin embargo, en determinadas ocasiones utilizaba drogas potentes. Este enfoque pasivo tuvo mucho éxito a la hora de tratar trastornos relativamente simples, como los huesos rotos, que requerían tracción para estirar el sistema esquelético y aliviar la presión en la zona lesionada. Se utilizaban el banco hipocrático y otros ingenios similares con estos fines.

Uno de los puntos fuertes de la medicina hipocrática es la importancia que daba al pronóstico. En tiempo de Hipócrates, la terapia medicinal estaba poco desarrollada y a menudo lo mejor que podía hacer el médico era evaluar una enfermedad y deducir el curso más probable, basándose en las informaciones recogidas en historiales de casos similares

La escuela hipocrática sostenía que la enfermedad era el resultado de un desequilibrio en el cuerpo de los 4 humores, unos fluidos que en las personas sanas se encontraban naturalmente en una proporción semejante. Cuando los cuatro humores: sangre, bilis negra, bilis amarilla y flema, se desequilibraban (dyscrasia, mala mezcla), el individuo enfermaba y permanecía enfermo hasta que se recuperaba el equilibrio. La terapia hipocrática se concentraba al restaurar este equilibrio. Por ejemplo, se creía que tomar cítricos era beneficioso cuando había un exceso de flema.

Otro concepto importante en la medicina hipocrática es el de crisis, un momento en el curso de la enfermedad en que o bien la enfermedad se hacía paulatinamente más grave y el paciente sucumbía y moría, o bien pasaba todo lo contrario y los procesos naturales permitían la recuperación del paciente. Después de una crisis se podía producir una recaída y después una nueva crisis decisiva. Según esta doctrina, las crisis tienden a producirse en días críticos, que se suponía que eran un tiempo fijo después de contraer la enfermedad. Si la crisis se producía lejos de un día crítico, se podía esperar una recaída.

Una de las grandes aportaciones de este importante médico griego fue basar sus afirmaciones en la observación y descripción detallada de los hechos. Hipócrates se guiaba por la razón, observó los síntomas y los signos de las enfermedades con mucho detenimiento, y fue uno de los primeros en rechazar las supersticiones, leyendas y creencias populares que señalaban como causantes de las enfermedades a las fuerzas sobrenaturales o divinas y a pensar en que las enfermedades no tenían una explicación religiosa o sobrenatural.

Los discípulos de Pitágoras lo consideraban el hombre que unió la filosofía y la medicina. Separó la disciplina de la medicina de la religión, creyendo y argumentando que la enfermedad no era un castigo infligido por los dioses, sino la consecuencia de factores ambientales, la alimentación y los hábitos o estilos de vida, como medio para evitar la enfermedad.

Sus conocimientos sobre los huesos le llevaron a diseñar un banco de madera para tratar las fracturas y las luxaciones; es el llamado banco hipocrático. Todavía hoy en día son válidas algunas de las técnicas que él describió.

Hipócrates y sus seguidores fueron los primeros en describir muchas enfermedades y trastornos médicos. Se le atribuye la primera descripción de la acropaquia, un signo clínico importante en la enfermedad pulmonar obstructiva crónica, el cáncer de pulmón y la cardiopatía cianótica. También fue el primer médico que describió la cara hipocrática en su obra prognosis (El libro de los pronósticos).

Hipócrates empezó a clasificar las enfermedades en agudas, crónicas, endémicas y epidémicas, y a utilizar términos como exacerbación,

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