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La mujer en Grecia y Roma antigua


Enviado por   •  29 de Junio de 2022  •  Ensayos  •  2.461 Palabras (10 Páginas)  •  63 Visitas

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Nadia Pérez Barrueto.

 

La mujer en Grecia y Roma antigua.

Primero que nada, conceptualicemos el término “género” y “equidad”, la primera nos dice que el genero se define como como “un grupo de ideas, creencias y atribuciones sociales, construidas en cada cultura e instante histórico, tomando como base la diferencia sexual; desde ello se elaboran los conceptos de “masculinidad y “feminidad “y estas nos dicen que determinan las conductas que se adoptaran, las oportunidades, sus funciones entre otros.

Por otro lado, tenemos la igualdad esta es de carácter social y trata de la constante averiguación de la justicia social, con el objeto de afirmar que toda la gente tenga las mismas condiciones de vida y de trabajo, dignas e igualitarias, sin que exista una diferencia debido al estrato social, sexo o género al que pertenezcan.

Tomando en cuenta las definiciones anteriores podemos afirmar con tremenda certeza que desde tiempos inmemorables la figura y el rol de la mujer se ha visto disminuido, se han visto sometida a diferentes tipos de injusticias y encasilladas a ciertos tipos de funciones o roles que deben de cumplir, además de ser estereotipadas en que deben ser femeninas, frágiles, sumisas, he inocentes.

En este trabajo el objetivo es acercarse a la figura de la mujer en la cultura griega y romana, en los principales ámbitos de su vida, los caminos que tuvieron que recorrer dichas mujeres que nos permiten percibir cual es la situación de las mujeres en la actualidad vinculando el pasado con las inquietudes que nos aquejan hoy en día. Reconociendo que los derechos humanos que tenían eran casi nulos.

«La esposa no debe tener sentimientos propios, sino que debe acompañar al marido en los estados de ánimo de éste, ya sean serios ya alegres, pensativos o bromistas». En la cita anterior Plutarco refleja de forma precisa la visión que se tenía de la mujer. Esto es la de acompañar al hombre, ser su soporte, estar definida por él y a través de él.

En la antigua sociedad de Roma, las mujeres emplazaban una posición de inferioridad comparada con la que poseían los hombres. Fiel muestra de esto es que el nacimiento de una niña no era algo para celebrar, inclusive el progenitor de esta por medio de lo denominado “ius exponendi”, podía no reconocer a su hija y poder exponerla de igual forma que exponían a los pequeños que nacían con alguna deformidad. Pero en el segundo caso expuesto dicho padre necesitaba testigos para dar crédito a la deformidad que presentaba su hijo, en cambio con una niña era diferente, ya que el padre podía actuar directamente sin necesidad de contar con algún testigo.

La mujer, durante toda su vida, como lo establecía la ley debía estar bajo la tutela de un hombre, dicho hombre podía ser desde su padre, esposo he inclusive su propio hijo adulto.

Es aquí donde comenzamos a apreciar las primeras semejanzas con la vida de las mujeres griegas que desde el día de su nacimiento hasta su muerte ellas vivían también bajo el control del hombre, al igual que la mujer romana las mujeres de Grecia también debían vivir bajo el control de su padre, hermanos, hijos, los cuales tomaban las decisiones que inclusive involucraban su vida.  Dice Cicerón:

«Nuestros antepasados decidieron que todas las mujeres, en razón de su debilidad de espíritu, estuvieran bajo la potestad de tutores». Y Gayo manifiesta: «Los hombres antiguos determinaron que las mujeres, aunque fueran de edad

adulta, debido a su ligereza de espíritu, estuviesen bajo tutela».

Ya cumplida la precoz edad de 12 años la mujer podía contraer nupcias, por otra parte, a la edad de 20 años era considerado como inapropiado e indecoroso el no haber contraído matrimonio aún. Inclusive se llego a tal punto de que existió la promulgación de una ley que establecía el castigo para aquellas mujeres que seguían solteras después de los 20 años. Aquí podemos apreciar un estigma que perdura hasta los días de hoy, una mujer adulta en muchos lugares es mal vista que permanezca soltera, podemos ver que con el pasar de los años muchos prejuicios aun siguen arraigados en nuestra sociedad.

Con el matrimonio la situación podría mejorar dependiendo del marido que pudiera concederle más o menos libertad y una vez embarazada, la esposa no podía por ningún motivo abortar sin primero tener el consentimiento de su esposo, quien por otro lado si lo quisiese podía obligar a la mujer a interrumpir el embarazo cuando se le antojase.

Una vez trascurrido el parto la mujer perdía todo derecho sobre sus hijos, quienes tras dado un divorcio quedaban bajo la tutela de la familia del padre, por otro lado la mujer de Grecia no podía si quiera pensar en el divorcio, debían permanecer fiel al lado de sus maridos hasta el termino de sus días

Ambas se vieron limitadas al ámbito del hogar, en algunos casos las afortunadas podían contar con personal domestico y ya la mujer, por su parte, podía supervisar las labores y funciones de estas y ejercer un rol de administradora, pero siempre estaba reducida al ámbito privado del hogar, en algunas ocasiones existían excepciones , en las cuales podían asistir a entierros, matrimonios, las reuniones femeninas más comunes eran cuando se reunían en los pozos de agua ya que la mayoría eran comunitarios y solo las personas muy ricas poseían pozos privados.  

En cuanto a la educación para las mujeres de estatus social mas elevado esta era de suma relevancia, ya que por medio de esta adquirían las habilidades que eran requeridas para la administración del hogar y así poder ser de mas utilidad para sus maridos, desde muy jóvenes se les enseñaba a ser buenas madres y esposa. El propósito de su vida era tener hijos y servir lo mejor posible a su esposo. Algunas mujeres no se limitaron al mínimo de conocimientos exigido por la moral común, convirtiéndose en intelectuales destacadas, pero ateniéndose a los costos de esto, que eran ser señaladas por la sociedad y consideradas indecorosas.

En cuanto a la educación de las mujeres griegas no eran tan diferente se preparaban solamente para atender el hogar y a sus esposos. Por cuanto la enseñanza se centraba en aprender a leer y redactar, hacer los cálculos exclusivamente necesarios para llevar el hogar. Luego de la infancia no recibían más enseñanza, por otro lado, las mujeres de las localidades rurales recibían solo indicaciones para tareas netamente agrícolas

«Tenemos a las hetairas para el placer, a las concubinas para que se hagan cargo de nuestras necesidades corporales diarias y a las esposas para que nos traigan hijos legítimos y para que sean fieles guardianes de nuestros hogares» (Demóstenes, 2011, p. 1160.)

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