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Reformas Borbonicas


Enviado por   •  20 de Octubre de 2013  •  2.759 Palabras (12 Páginas)  •  212 Visitas

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Las reformas borbónicas en la Nueva España fueron la serie de cambios administrativos aplicados por los monarcas españoles de la casa de Borbón a partir del siglo XVIII en el Virreinato de Nueva España. Estas reformas buscaban remodelar tanto la situación interna de la península como sus relaciones con las colonias. Ambos propósitos respondían a una nueva concepción del Estado, que consideraba como principal tarea reabsorber todos los atributos del poder que había delegado en grupos y corporaciones y asumir directamente la conducción política, administrativa y económica del reino.

Estas reformas de la dinastía borbónica estaban inspiradas en la Ilustración y pretendían alcanzar el control directo de la burocracia imperial sobre la vida económica. Las reformas intentaron redefinir la relación entre España y sus colonias en beneficio de la península. Aunque la tributación aumentó, el éxito de las reformas fue limitado; es más, el descontento generado entre las élites criollas locales aceleró el proceso de emancipación por el que España perdió la mayor parte de sus posesiones americanas en las primeras décadas del siglo XIX.

Índice [ocultar]

1 Las reformas

1.1 Reformas administrativas

1.2 Reforma militar

1.3 Reforma del clero y expulsión de los jesuitas

2 Efectos socioeconómicos de las reformas borbónicas

2.1 La "libertad de comercio"

2.2 La minería

2.3 La Real Cédula de 1804

3 Bibliografía

Las reformas[editar · editar código]

Las reformas borbónicas llegaron del exterior, concretamente de la corte imperial de Madrid; llegaron de fuera como llegó la conquista en el siglo XVI. Afectaron a todo el imperio, pues no eran sólo para la Nueva España. El objetivo último de los monarcas de Borbón era la sujeción de las colonias para beneficio económico de la metrópolis: corregir las fugas fiscales y promover la producción para aumentar así la recaudación de impuestos. Para lograrlo se necesitaba reformar instituciones y procedimientos viciados —a juicio de los reformadores— que se habían incrustado en las sociedades coloniales y con los que ciertos grupos de privilegiados medraban al amparo de la debilidad de los gobernantes de la casa de Habsburgo. El Consulado de Comerciantes, algunas corporaciones religiosas como la Compañía de Jesús y la misma institución del virreinato fueron el blanco de los golpes de los reformadores.

Reformas administrativas[editar · editar código]

Antes de tomar medidas para la Nueva España, el gobierno español decidió, primero que nada, organizar una inspección militar (1769) y una visita general a las oficinas virreinales (1765), aunque estas dos medidas provocaron una división entre las autoridades coloniales.

En 1765 fue designado José de Gálvez para realizar una visita a la Nueva España con la misión de mandar al rey un informe y plan de intendencias que convenía establecer en la Nueva España, donde decía que los alcaldes mayores eran un problema de raíz ya que eran corruptos, por lo que era necesario establecer un sistema de intendencias.

Antes de que el rey aceptara la propuesta de Gálvez, éste ya había establecido una en Sonora y Sinaloa, la intendencia de Arizpe. Llegó para ejercer las medidas españolas comenzando por revisar todas las cuentas; terminó por despedir a la mayoría de los administradores. Gálvez vio un gran potencial en la minería de la Nueva España. En su informe de 1768 Gálvez, aconsejaba la conveniencia de establecer el sistema de intendentes, a los cuales se conferiría autoridad administrativa, hacendaria, militar y de justicia. Aconsejaba asimismo la abolición de los alcaldes mayores, puestos que eran comprados para su explotación.

De la visita de Gálvez resultó la nueva división política del territorio en intendencias y comandancias de provincias internas, el aumento al triple de las rentas públicas, la reducción de restricciones al comercio, la fundación del obispado de Sonora y la Academia de Bellas Artes. El visitador inicia una segunda reorganización del ejército e intenta establecer una nueva modalidad en las milicias provinciales. Toma medidas intrascendentes que fracasan y sólo hacen perder dinero.

La economía de la Nueva España es cargada con los cuantiosos gastos que provocaban los preparativos militares para el conflicto en América del Norte. La recuperación de La Habana (1763) y las medidas para modernizar sus defensas se transformarían en la insaciable boca que engulle Nueva España no se basta para producir: dinero, hombres, pólvora, carne, maíz, arroz, habas y harina. En Veracruz enfermaban los cientos de reos que esperaban para ser llevados a trabajar en la isla. Se calcula que las obras de fortificación de la isla requirieron del envío de más de cinco mil trabajadores novohispanos. La quiebra del erario se fue agudizando debido al aumento de los gastos, provocados por el mantenimiento de las tropas y trabajadores en La Habana. Ante esto, las tensiones sociales aumentan y comienza a organizarse la oposición. El Gobierno de Carlos III recibe desde 1766 noticias, las que considera sin fundamento, sobre el supuesto espíritu de rebeldía, existente en la nueva España, y sobre un plan de insurgencia que contaba con el apoyo de Inglaterra.

La tarea de Gálvez era borrar el círculo vicioso que existía con los alcaldes mayores, pero lo único que hizo fue sustituirlo por otro. La incorporación de parientes de Gálvez en varias intendencias creó una red familiar.

El territorio de la Nueva España alcanzó su máxima extensión en este momento, cuando llegaba hasta San Francisco.

Reforma militar[editar · editar código]

La corona mandó al mariscal Juan de Villalba, acompañado de tropas peninsulares, con la misión de institucionalizar un ejército, que asombrosamente hasta entonces no había existido, y se comenzaron a reclutar nuevos miembros por medio de la leva forzada. Cabe mencionar que los dos enviados: Gálvez y Villalba, tuvieron conflictos con el virrey, marqués de Cruillas. Se nombró a un nuevo virrey, Carlos Francisco de Croix que apoyó a Villalba en sus tareas militares.

Al principio el ejército fue una institución desprestigiada que con el tiempo fue ganando adeptos gracias a que se fueron dando una serie de privilegios. Los fueros exentaban a los militares del pago de impuestos.

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