Escuelas De Administracion

Escuelas de la Administración y su aplicación en las empresas

La Administración ha sido muy importante para la coordinación de esfuerzos individuales desde que el hombre comenzó a formar grupos para alcanzar las metas que no habría podido lograr de manera particular, o desde que el hombre toma conciencia de su existencia e intenta controlar una serie de variables para hacer de su vida algo más “seguro”.

Las tareas desempeñadas por administradores han incrementado en importancia, en la misma medida en que la sociedad ha ido confiando la satisfacción de sus metas en el esfuerzo del grupo. Cada vez es mayor la conciencia de los administradores acerca de la condición de pasivos que tienen los recursos físicos, financieros y los mismos recursos humanos, si no se sabe combinar y coordinar en un sólido proceso administrativo.

La administración aprece como una actividad crítica en relación con el progreso. Señalan los autores Koontz y O'Donnell: "Un país puede tener abundantes recursos naturales o humanos, incluyendo la mano de obra calificada y recursos de capital substanciales, y sin embargo, ser relativamente pobre porque hay muy pocos administradores competentes disponibles para conjugar con eficacia estos recursos en la producción y distribución de bienes y servicios útiles".

Existen escritos y otros datos relacionados con la administración que datan desde la antigüedad; se puede citar preocupaciones de los antiguos pueblos, como los egipcios, griegos y romanos, de la iglesia católica, de las organizaciones militares, de economistas, políticos y mercantilistas. Todas estas preocupaciones podrían ser tomadas en cuenta como intentos empíricos, filosóficos o científicos para mejorar la administración en estas épocas.

Existen hechos que han contribuido para poder destacar la importancia de una administración científica en el último medio siglo. La Gran Depresión Mundial que siguió al año 1929, mostró que había existido una deficiente manipulación de los recursos humanos y no humanos. La Segunda Guerra Mundial y los subsecuentes programas espaciales y de defensa, destacaron la importancia del administrador y de las funciones administrativas para obtener resultados a bajo costo. El crecimiento de las empresas y el aumento de la competencia, ha obligado a considerar la relación costo-precios. Las empresas que no aplican técnicas modernas de administración, ven aumentar sus costos y quedan en manos de aquellos competidores que sí lo hacen.

Esta rivalidad no es sólo aplicable a las empresas de negocios. Los servicios públicos, la educación, la salud, etc. se ven enfrentados a una búsqueda de eficiencia. Normalmente las necesidades superan por mucho a los recursos disponibles, situación que obliga a una óptima utilización de estos últimos para el logro eficaz de los objetivos, materia que es justamente la preocupación central de la administración moderna.

Escuela Tradicional

El surgimiento de la administración científica, se remonta al del siglo XX y va unido, como se reconoce, a F. W. Taylor, H. R. Town, H. Fayol, etc.

La administración científica, se desarrolló de la observación sistemática de los hechos de la producción, investigación y análisis de la operación de un taller. Aunque interesada en técnicas específicas como: los estudios de tiempo y movimientos, la planeación y el control de la producción, la distribución del equipo en planta, los incentivos de salarios, la administración del personal e ingeniería humana, todas ellas están concentradas en la teoría. Siendo esta la primer estructura de conceptos administrativos, ha servido bien a los administradores y ha dejado una base sobre la cual los estudios se pueden construir y mejorar.

Frederick W. Taylor.

En el desarrollo de “su tipo” de administración, su enfoque era estudiar las operaciones, determinar los hechos relativos a la situación de trabajo, y de estas observaciones, derivar principios. Su enfoque al problema administrativo era directo y sencillo: definir el problema, analizar la situación de trabajo en todos sus aspectos, aplicar técnicas cuantitativas a todos los aspectos capaces de ser medidos, experimentar mantenimiento, desarrollar una guía o principio administrativo derivado de las observaciones y los estudios.

F. Taylor insistía en la idea de que los problemas de la productividad del trabajo no pueden resolverse en forma eficiente, si los dirigentes de la producción sólo toman en cuenta los factores estimulantes más comunes, y si se basan, en realidad, en la iniciativa estimulada de los operativos. Únicamente la propia dirección puede y debe responder de la aplicación del sistema científico, capaz de asegurar un crecimiento permanente de la productividad del trabajo.

Sólo por vía de la estandarización de los métodos de la utilización de las mejores condiciones de trabajo y la cooperación forzosa, se puede asegurar esta aceleración general del ritmo de trabajo. Lograra la adopción de normas y asegurar la cooperación que recae exclusivamente sobre la administración de la empresa.

En término generales, el taylorismo consiste en:

Creación de una base científica capaz de sustituir los métodos de trabajo tradicionales. Investigaciones científicas de cada componente del mismo.

Selección de los trabajadores con base en criterios científicos, entrenamiento y aprendizaje.

Colaboración entre la administración y los trabajos en la aplicación práctica del sistema científico de la organización del trabajo.

Distribución equitativa del trabajo y de la responsabilidad, entre la administración y los trabajadores.

Principios de la administración según Taylor y Fayol.

En su obra "Principios de la Administración Científica" Taylor (1911) plantea básicamente seis postulados:

Principio del estudio del tiempo: Cada operación, cada proceso debe medirse en el tiempo. De esta manera se puede asignar tareas y rendimientos específicos y así establecer lo que cada cual puede producir.

Principio de estimulación: Se debe lograr la cooperación del individuo. La remuneración debe ser proporcional a la producción.

Principio de separación entre dirección y ejecución: Los directivos son los responsables de preparar los procesos y programas de trabajo.

Principio del método científico del trabajo: No es el trabajador el que crea o elige el método

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