INFORME DE LECTURA: MADAME BOVARY
silgamaxInforme8 de Noviembre de 2017
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INSTITUTO SUPERIOR DE FORMACIÓN DOCENTE
“DR. JUAN PUJOL”
PROFESORADO DE EDUCACIÓN SECUNDARIA
EN LENGUA Y LITERATURA
MATERIA: LITERATURAS EUROPEAS
INFORME DE LECTURA: MADAME BOVARY
PROFESORA: LIC. LETICIA ORTIZ
ALUMNA: SILVIA E. PAREDES
CURSO: 4 “B”
AÑO: 2016
Índice:
Contenido
Índice: 1
Introducción: 2
Biografía de Gustave Flaubert 2
Románticas ensoñaciones: 3
Una nueva vida en Yonville: 4
Valoración final: 8
BIBLIOGRAFÍA 9
La novela francesa, Madame Bovary, de Gustave Flaubert fue publicada por entregas en La Revue de París desde el 1 de octubre de 1856 hasta el 15 de diciembre del mismo año, recién en 1857 fue publicada por primera vez en forma de libro. La novela contiene tres secciones, cada una dividida en capítulos.
Los objetivos son identificar la forma de vida y los intereses de la burguesía del siglo XIX. Se buscará evidenciar en los personajes los rasgos característicos de la sociedad francesa de ese siglo, y determinar la corriente literaria en la que se ubica el autor.
Para desarrollar y ejemplificar los diferentes objetivos mencionados se utilizará como fuente: Friedrich, H. “Tres clásicos de la novela francesa: Stendhal, Balzac y Flaubert y el ensayo de Mario Vargas Llosa “Orgia Perpetua”.
Biografía de Gustave Flaubert
Gustave Flaubert era el segundo hijo de Achille Flaubert y de Anne Justine, de soltera Fleuriot El padre de Flaubert, cirujano jefe del Hospital de Ruan, sirvió como modelo para el personaje del doctor Lariviēre en Madame Bovary. Su madre estaba emparentada con algunas de las más antiguas familias de Normandía.
Se convirtió en escritor y entre 1835 y 1842 ensayó varios géneros literarios. En 1843 fallece su padre y dos meses después su hermana al dar a luz. En abril de ese año se recluyen en Crouset, con su madre y su sobrina pequeña. El retiro es dedicado a la escritura. Sin embargo, se ve interrumpido por su viaje a Oriente. Al regresar en junio de 1851, comienza su novela consagratoria Madame Bovary.
Románticas ensoñaciones:
Emma es la hija de un hombre de campo que al verse privado de su esposa coloca a su hija en un convento para que sea educada, en un primer momento Emma es una excelente estudiante y las monjas ven en ella su futura vocación. Sin embargo, la jovencita tenía una condición especial “Acostumbrada a los aspectos calmos, se inclinaba, por el contrario, hacia los accidentados. No le gustaba el mar sino por sus tempestades y el verdor sólo cuando aparecía salpicado entre ruinas…rechazaba como inútil todo lo que no contribuía al consuelo inmediato de su corazón, porque siendo de temperamento más sentimental que artístico, buscaba emociones y no paisajes”[1].
Muy pronto, se acercó a una mujer, que en el convento se ocupaba de las ropas, y ella les proveía novelas, que las novicias leían con avidez. Emma se apasionó con aquellos libros y no dejaba de soñar con príncipes y temas históricos “hubiera querido vivir en alguna vieja mansión, como aquellas castellanas de largos corpiños…”[2] Las monjas se dieron cuenta que la señorita Rouault ya no era la de antes, se volvió indisciplinada y se sublevaba ante los misterios de la fe. Su padre tuvo que retirarla del convento y llevarla a la granja, al principio le agradó esta vida a Emma, pero muy pronto comenzó a sentirse desilusionada, ansiaba su convento, soñaba con la libertad, creía que la felicidad se encontraría en algunos lugares de la tierra.
Cuando el padre de Emma se fractura la pierna aparece en su vida el doctor Carlos Bovary, quien los visitaba continuamente, aun después de que sanara la pierna del señor Rouault. Luego de enviudar, Carlos Bovary se arma de valor y pide la mano de Emma quien acepta casarse con él.
Después del casamiento, Emma llega a la casa que pertenecía a la anterior esposa de Carlos, se imagina una vida llena de ilusiones, de lujos, cree que se harán realidad todos sus sueños de novelas, y aunque en un principio pertenece a la clase trabajadora y vive con su padre en el campo, tras su boda anhela vivir entre la más alta burguesía. Su sueño se hará realidad vagamente cuando el matrimonio es invitado a la mansión Vaubyessard para una fiesta; a partir de allí las ilusiones de Emma se acrecientan y no deja de vivir en sueño, compra revistas, mapas en los que se imagina paseando por París. Lejos de imaginarse siquiera lo que pasa por la cabeza de su esposa Carlos vive más tiempo fuera de su casa atendiendo sus pacientes para poder tener dinero necesario y cumplir los deseos de su esposa.
En Emma se observa un fuerte rasgo propio del romanticismo, “la evasión” prefiere soñar con los personajes de novelas que leía, antes que enfrentarse a la realidad “La fuga hacia la utopía, hacia lo inconsciente, y lo fantástico (…) era una mera forma encubierta del mismo sentimiento, del mismo anhelo de irresponsabilidad”. Y está característica es el reflejo de la sociedad burguesa, “Hacia 1857, la situación interna de Francia había evolucionado en dirección a una creciente aburguesamiento de la mentalidad…El país no era feliz a pesar del auge de la vida pública gracias a la modernización de París y de las ciudades de provincia, a pesar del aumento del bienestar, a pesar de las reformas sociales de Napoleón III y a pesar de las ideas de progreso y fiestas oficiales”.[3]
La vida de Tostes comienza a enfermar a Emma, no porque fuera mala sino porque ella no estaba conforme, ansiaba otra vida, una que Carlos no podía darle, una que tal vez no existía pues era solo parte de su sueño, aquella felicidad que leía en las novelas, donde la heroína habitaba castillos majestuosos. En busca de la mejoría de su esposa Carlos y Emma deciden mudarse a un pueblo vecino en el que le habían dicho que el último médico se había marchado. En el mes de marzo salieron con rumbo a Yonville.
Una nueva vida en Yonville:
La vida en Yonville está rodeada de vecinos y conocidos que ni bien llegó el matrimonio los integró a su comunidad, en este pueblo está el farmacéutico, petulante e ignorante, se siente con derecho a opinar sobre todo. Es el típico burgués del pueblo. Homais es padre de tres hijos a los que quiere convertir en genios científicos. Los niños, en verdad, son sucios y maleducados. Este es un hombre sediento de poder y de fama, que en ciertas oportunidades será responsable de los errores de los Bovary como en el caso en que instó a Carlos a que hiciera una difícil operación en el pie de Hipólito que padecía patizambos. “Homais había leído recientemente el elogio de un nuevo método para curar a los patizambos y como era partidario del progreso, concibió esta idea patriótica de que Yonville, para ponerse a nivel, debía hacer operaciones de estrefopodia…Carlos, solicitado por el farmacéutico y por ella, se dejó convencer” [4]
También en el farmacéutico observamos otro rasgo del romanticismo “el nacionalismo” pues vemos su interés en que su pueblo progrese y sea reconocido. “Homais, boticario tiene una validez de tipo como tartufo o Don Juan: ese ilustrado provinciano del S. XIX, con el lema tan de su gusto, “hay que ir con un siglo”, limitado emprendedor, inconsolablemente desencantado, lleno de inmeditada admiración por todo cuanto su revista lo elogia como progreso, lleno de celo, para implantar en su nido provincial lo más moderno de la farmacia, la medicina y la agricultura, sin tener una idea de los más hondos destinos de la existencia, el hombre que sale vencedor de todas las tragedias de Bovary, como capacitado que recibe el premio de su hazaña…”[5]
Otros de los personajes de Yonville es el sacerdote, a quien en un momento de desesperación y necesidad de paz Emma lo buscó, sin embargo, este no supo ver la necesidad de la mujer y solo se dedicó a hablar de sí mismo. El mercader Lheureux, codicioso, antisemita y rapaz es quien se aprovecha de la ambición de Emma “Fue el señor Lherureux, el comerciante, quien se encargó del pedido; eso le dio ocasión de trata con Emma. Hablaba con ella de las nuevas mercancías de París, de mil curiosidades femeninas, se mostraba muy complaciente y nunca reclamaba dinero. Emma se entregaba a esa facilidad de satisfacer todos sus caprichos…”[6]
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