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Informe De Lectura: La Iliada.


Enviado por   •  31 de Agosto de 2012  •  2.562 Palabras (11 Páginas)  •  9.626 Visitas

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Informe de Lectura:

La Ilíada.

Introducción.

El objetivo de este trabajo es analizar la Ilíada, principalmente desde una mirada propuesta por la autora de este trabajo, a través del orden de los sucesos y la presentación de opiniones, propiamente. En este caso, lo que se destacará, será el concepto de la guerra presentado en la misma obra, que es descrita con características específicas muy distintas a las que se aceptarían como normales en esta época. Además del concepto de soberanía, que también será incluido en el análisis, entre pueblos y desde los dioses a los mortales, que juega un rol muy importante en aquel tiempo, siendo un factor de la mayoría de los hechos que son relatados, así como lo demuestra este poema épico (forma original) y en la mayoría de sus versiones adaptadas, mito universal, escrito por el reconocido Homero, autor también de la Odisea.

De esta forma, se desea indagar en el texto buscando otros detalles, en una explicación comparativa con la realidad actual, que se esperan den como finalización, entendimiento, además de los conceptos presentados anteriormente, de el aura sicológica que va ligada a ellos, y que se extiende a lo largo de todos sus componentes, muy importante en la literatura mundial, reconocida especialmente en su influencia en los años que la siguieron e incluso en el tiempo actual, en el que la historia en sí sigue intrigando a generaciones por su capacidad de descripción de emociones y espacios lo cual lleva este mito a una realidad increíble, a pesar de la renovación y modernización en las obras líricas de estos días. Aquiles, uno de los principales protagonistas de este mito, es aún uno de los héroes antiguos favoritos, como alguna vez lo fue, en la Grecia antigua.

Análisis.

Al comienzo de la obra en sí, se presenta el conflicto que se crea entre Aquiles y Agamenón, el rey de los aqueos, ocasionado por la obsesión, entablada por este último, inspirada en Briseida, la esclava favorita del héroe griego. Esto hace que él y su ejército, que en ese tiempo estaban involucrados en la Guerra con Troya, se abstuvieran de pelear en el campo de batalla, quedándose junto a los barcos de su país, atracados en el Estrecho de Dardanelos, muy cerca de Troya y por ende, el lugar de enfrentamiento.

Aquí, en una pequeña fracción de esta historia, se nota el fuerte poder del orgullo, que reinará a lo largo de toda la narración, lo que le dará a esta fracción de la guerra (ya que aquí solo se habla de un intervalo del enfrentamiento, y no como se puede llegar a creer, de su envergadura total), un significado mucho más profundo que el que se da en la actualidad, en el que el orgullo está opacado por el miedo, que se encubre en las armas de grueso calibre y las máquinas de gran envergadura. También se puede extraer el motivo lírico, que se centra en la cólera de Aquiles, primero por el interés de Agamenón y luego, por la muerte de Patroclo, su primo, a manos del héroe troyano Héctor.

En un principio, la Guerra de Troya había sido ocasionada por el rapto de la hermosa Helena, esposa de Menelao (hermano de Agamenón), por parte de Paris, un hermoso joven, hijo del Príamo, el rey de Troya y hermano de Héctor, el héroe, quien había sido ayudado por la diosa Afrodita, luego de ser elegida como la diosa más bella por este, en competencia con Hera y Atenea, quienes nunca lo perdonarían. Esto había provocado ira en la monarquía griega, lo que habría provocado la declaración de guerra, la cual se extendería por muchos años, debido a la retención de Helena en Troya, y por supuesto, a la ira entablada entre las dos naciones.

Esto llevó a la división de los Dioses entre los dos bandos, que desde el Olimpo eran comandados por Zeus, quien les ordenaba cuando ir y venir, y cuidar de que siempre la guerra se concentrara en los dos países y no en los roles de los dioses en ella, simulando un gran juego de mesa.

Ambos bandos estaban apoyados por ciertos dioses, que además de ayudar a los combatientes, protegían a los heridos, como lo hicieron Hera y Tetis (madre de Aquiles) con el cuerpo de Patroclo, que luego de ser asesinado en el campo de batalla, fue mantenido en tierras troyanas. Hera mantuvo el sol en el cielo para que el cadáver se mantuviera en buenas condiciones y Tetis rocío ambrosía, que era el manjar de los dioses, en sus ojos, para que el cuerpo estuviera fresco. Apolo también, fue un dios que protagonizó, por su parte, ayudando al ejército troyano, ya que se dice que él fue el que fundó Troya, en un principio. Además, aunque Zeus fuera solo el árbitro, también se encargaba de las muertes de muchos de los involucrados en ambos ejércitos, sobre todo si estos herían a algún hijo suyo, como lo hizo el desdichado Patroclo.

Los dioses, de alguna manera, controlaban la vida de todos los que estaban inmersos en la guerra, decidiendo sus sentimientos, o las cosas que decían, lo que en muchos casos, le quitaba la espontaneidad a la batalla y más bien creaba un guión sobre las acciones de todos los actores del conflicto.

En otro episodio de la historia, se puede apreciar a Aquiles, que, luego de enterarse de la defunción de su primo, rompe en lágrimas y deja de comer, mostrando un lado mucho menos soberbio que el que había dado a conocer en un principio, lo cual le da características humanas. Siendo este un héroe medio inmortal (debido a que su madre lo sumergió en un río que le daba esa cualidad, dejando afuera su talón), esto lo hace mucho más cercano a los componentes humanos de la historia, que se presenta como una generalidad incluso entre los dioses. Así, se puede apreciar el amor de Zeus y Hera, que tiene como objetivo final distraer a Zeus; el favoritismo de Zeus por los troyanos, en una de las primeras batallas presentadas, luego de que uno de ellos matara a uno de sus hijos; el enojo que sintieron las diosas perdedoras del Juicio de Paris, Hera y Atenea, al no ser nombradas las más hermosas. Incluso, en un momento, los dioses, inspirándose en la misma batalla, comienzan a pelear entre ellos. Eso les quita el sentimiento de divinidad y perfección absoluta, dándoles un realismo que pocas deidades tienen, al menos, las normalmente aceptadas en los tiempos de hoy.

El sufrimiento de Aquiles, que aunque no desaparece, encuentra su consuelo en su inclusión en la empresa bélica, luego de que Hefestos (a pedido de Tetis, la madre de Aquiles) le forjara una nueva armadura, que reemplazaría a la anterior, la cual había tomado prestada Patroclo antes de ir a la batalla. Así, al ver que al héroe en profundo pesar y rabia por justicia, Menelao se disculpa, devolviéndole a Briseida, ya que nadie se enfrenta a un personaje como Aquiles, con esos sentimientos. Los ejércitos salen de los barcos y acompañan a su líder, en una obra de orgullo, con aire caballeresco, como se creía que era la guerra en un principio, hasta que se notó que los tiempos actuales no tenían características tan orgullosas como los antiguos.

En otro punto, las reacciones por parte de inmortales tanto como de mortales, eran inmediatas. Como Aquiles reaccionó a la muerte de Patroclo, lo hicieron los dioses a la inclusión de Aquiles en la contienda, dividiendo equitativamente entre los dos contendores, para hacer una batalla justa.

Así, todos las acciones, por más humanas que fueran, siempre inclinaban a la igualdad en condiciones, ya que combatir con un enemigo en desventaja, siempre quita la importancia a la victoria. Esta es una característica común, si se puede mencionar, de muchos episodios de este poema épico: las acciones son justas, en juicio de los que las provocan como de las que los sufren, ya que ellos aceptan el destino “prefabricado” como lo que debe suceder, y nunca intentarán cambiarlo. Esto se ve muy representado en la muerte de Héctor, que es planeada por los mismos dioses, en cierta forma, que ponen las vidas de Aquiles y de Héctor en una balanza de oro, que decidirá su futuro, inclinándose esta por el troyano, quien, a pesar de los ruegos de sus padres, Príamo y Hécuba, y de su esposa, Andrómaca, se fue en un acto a la vista bastante heroico, a combatir cuerpo a cuerpo con el máximo héroe griego, luego de escapar de él durante algún tiempo.

También los mortales, en una acción más por buenas costumbres que por cariño mutuo, demuestran en sus acciones un justicia muy noble, la cual, según la creencia griega, los llevará a ser recompensados algún día. Esto se demuestra en el tratamiento de los caídos enemigos por parte de cada ejército, los cuales eran ungidos y tratados según la costumbre de la época que era la cremación de los cuerpos en una pira, con festividades según la importancia del muerto.

Muchos eran los adivinos en la época, que en varias ocasiones a lo largo de la historia, predicen los siguientes sucesos, en una suerte de adelanto de lo que próximamente vivirás. Siempre, los pronósticos se cumplen al pie de la letra, lo que les da a los componentes seguridad sobre lo que pasará. Actualmente, hay un segmento en la población que lee semanalmente o incluso diariamente, el horóscopo, que serían los adivinos del siglo XXI. A pesar de ello, en una mirada más personal, la lectura del futuro se ha dejado de valorar tanto, como en la época antigua, lo cual se da por la creencia de poder cambiar el destino, que como se dijo anteriormente, los griegos no creían. El saber lo que se avecina te quita autonomía o libertad de acción, lo que llevaría a creer que todo lo que se siente está pauteado.

De esta forma, la muerte de Héctor había sido declarada a sus padres al nacer el héroe, sin dejar de sorprenderlos el momento en que esta se materializó y sobre todo por el hecho de que su cuerpo fue atado al carro de uno de sus principales enemigos, siendo paseado y mostrado a lo largo de todo el lugar donde ocurría la guerra, que hasta ahí, tenía un ambiente de justicia y cólera, demostradas en Aquiles.

La muerte, según lo que se aprecia, se venga con otra muerte, generalmente del que dio muerte al primero. Así, el orgullo se involucra, y aunque anteriormente se nombre la cualidad caballeresca, le quita ese aire de superioridad, ya que los dos enemigos están en el mismo nivel, llenos de tristeza y congoja: uno por perder a su primo en una batalla en la que él no se involucro; y el otro por también perder en una batalla, a su hijo, pero además ver como su cuerpo es usado para señalar la victoria que fue llevada a cabo. Al ver esto, que por cierto no es justo, los dioses, en un acto muy noble por equilibrar el sentimiento de los dos bandos, desde al monte Ida (desde donde Zeus veía todo), es enviada Tetis a hablar con Aquiles, para que este entre en razón, y es motivado Príamo para ir a visitarlo, al campamento enemigo.

Los mismos dioses, en los que todos los antiguos creen, que infligen miedo en algunos, lo que hace que la devoción a ellos sea muy grande, hacen algunas acciones como esta, de nobleza, como se dijo anteriormente, bastante admiradas.

En un punto siguiente, se ve a Príamo dentro de la carpa de Aquiles, rogando por el cuerpo de su hijo, para que esta reciba el descanso que merece, y aunque en un principio Aquiles se niega, de un momento a otro rompe en lágrimas, pensando en su padre (rey Peleo) que en vez de tener un heredero al trono, tenía un jefe de ejército como hijo, y que, debido a la predicción de una muerte cercana (que sería llevada a cabo por Paris y Apolo) señalada por el mismo Héctor antes de morir, no lo vería más.

Esto demuestra el sentimiento profundo de Aquiles, de familia, la necesidad de grandeza del alma, al ver a Príamo en tal sufrimiento por causa suya. Además, esta es la primera vez del quiebre de la ira de Aquiles, luego de que esta fuera apoyada por la muerte de Patroclo y su venganza.

Todo esto produce que el cuerpo de Héctor sea entregado a su familia, siendo este ungido antes, y proclamados doce días de cese al fuego, para el correcto desarrollo de los funerales por parte de los troyanos.

En el final de esta reconocida obra, se nombra el funeral del héroe troyano, y el noble Aquiles, cada vez adquiere más nobleza en su figura. Ambos bandos, luego de producir entre ellos, muertes y desgracias, quedan en un punto neutro al finalizar, como si fueran “amigos momentáneos” aunque fuera en forma privada (nadie supo hasta la mañana siguiente, en el campamento aqueo, de la entrega del cuerpo de Héctor).

Así, en un corto espacio de la Guerra, se ve un conjunto de hechos decisivos para los dos bandos, la pérdida de uno de sus principales héroes, en manos del más fuerte de ambos, y predicciones de decesos próximos, que, aunque llevan a pensar en el término de la guerra, está aún se prolongó por mucho tiempo más.

Conclusiones.

Al finalizar este análisis, podemos decir que la Ilíada se centra, además de los sentimientos y vida de Aquiles durante este período de la guerra, en valores que son destacables para la sociedad griega de ese entonces, e incluso para nuestra sociedad actual: la justicia y la nobleza. Se engrandece la figura del héroe, presentada con orgullo, lo que hace que muchas personas de aquel entonces se inspiraran en él como modelo a seguir, que era la forma en la que se les enseñaba a las personas que conformaban estas primeras naciones, lo que era importante en la vida.

Comparándola la actualidad, la realidad que se vive hoy es decaimiento de lo caballeresco, no en el sentido de lo medieval, si no en el sentido importancia, del honor. Como conjunto, la población mundial debería tratar de mantener este orgullo, lo cual nos brindaría, sobre el sentido común, respeto entre todos los componentes.

Así como Aquiles fue el héroe de una generación pasada, esta generación actual aun busca a su representante, en figuras que unan a la masa, y ya no tanto en el aspecto bélico, si no que en muchos otros aspectos, como el ideológico, que juega un rol mucho más importante ahora.

También esta época difiere de nosotros en el sentido que, según nuestra creencia, nosotros sí podemos cambiar el destino, el cual no viene previsto y nadie lo sabe. Cada uno, según sus acciones lo decide, lo que da la sensación de decisión personal y autoridad sobre la vida propia, ya que no hay Dioses que intervengan tan evidentemente en ella.

De esta forma, la Ilíada denota su importancia con solo leerla, la cual página tras página, nos lleva a pensar en nuestra realidad actual, comparándola con, según el pensamiento del Renacimiento, “Los mejores tiempos”.

Bibliografía.

Cuerpo del trabajo:

http://resumendelibros.blogspot.com/2006/09/la-iliada.html

http://www.historiasimple.com/2009/03/resumen-de-la-iliada.html

http://www.profesorenlinea.cl/Biblioteca/Homero/La_Iliada/La_IliadaResumenTotal.htm

http://www.fomentofundacion.com/bacff/alumno/departamentos/griego/latin/LA%20ILIADA.pdf

http://www.iliada.com.mx/Resumen/Resumen_Iliada.html

Homero, La Ilíada. Adaptación de Manuel Rojas. Zig-Zag. Santiago, Chile. 2008 (original de 1973).

Léxico Contextual:

Homero, La Ilíada (obra original):

http://html.rincondelvago.com/iliada_homero_23.html

http://www.fomentofundacion.com/bacff/alumno/departamentos/griego/latin/LA%20ILIADA.pdf

http://www.rae.es/rae.html

Ghio, Armando. Diccionario Práctico de Sinónimos y Antónimos. Libertad S.A. Santiago, Chile. 2006

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