Consultoria

Introducción.

Actualmente en el mundo de los negocios, donde la oferta y demanda de productos y servicios es interminable y los consumidores cada día más exigentes, la comunicación se ha vuelto imperante. A tal punto que la falta de comunicación atenta contra la propia existencia de las organizaciones; como menciona Joan Costa, en su libro La comunicación en acción ésta debe ser fluida, implacable, motivante, eficaz en sí misma, el desafío es convertir a los integrantes de la organización en comunicantes eficientes para ser consultores internos, ya que al encontrarse inmersos dentro de la organización se dan cuenta de las oportunidades de mejora de la misma.

Fritz Steele señala por proceso de consultoría “cualquier forma de proporcionar ayuda sobre el contenido, proceso o estructura de tarea o conjunto de tareas, en que el consultor no es efectivamente responsable de la ejecución de la tarea misma sino que ayuda a los que lo son”. Peter Block sugiere incluso que “se actúa como consultor siempre que se trata de modificar o mejorar una situación, pero sin tener un control directo de la ejecución”; en consecuencia podemos decir que cada integrante de la organización es un consultor aunque ellos no se refieran a sí mismos como tales.

La eficiencia empresarial es el factor diferencial que puede llevar a la compañía al liderazgo, de ahí que el mejoramiento del proceso administrativo dentro de los diferentes departamentos de la organización sea una de las actividades a la que mayor tiempo y esfuerzo intervienen. La consultoría, en este sentido, es la herramienta que muestra el camino para alcanzar la excelencia.

… “la consultoría de empresas es un servicio de asesoramiento profesional independiente que ayuda a los gerentes y a las organizaciones a alcanzar los objetivos y fines de la organización mediante la solución de problemas gerenciales y empresariales, el descubrimiento y la evolución de nuevas oportunidades, el mejoramiento del aprendizaje y la puesta en práctica de cambios.” (Kubr, 2010)

Según Larry Greiner y Robert Metzger, “la consultoría de empresas es un servicio de asesoramiento contratado por y proporcionado a organizaciones por personas especialmente capacitadas y calificadas que prestan asistencia, de manera objetiva e independiente, a la organización cliente para poner al descubierto los problemas de gestión, analizarlos, recomendar soluciones a esos problemas y coadyuvar si se les solicita, en la aplicación de soluciones”. Recurriendo al Diccionario de la Real Academia de la Lengua Española se puede mencionar que “la consultoría resulta ser una ayuda, inspiración o influencia externa a fin de contribuir al éxito de un negocio. Oral o escrita, supone la emisión de un juicio previa deliberación sobre datos y documentación de un asunto dudoso”.

Con base en lo anterior y para efectos de este trabajo, podemos definir a la consultoría como: De todo lo anterior se puede definir y para efectos de este trabajo a la Consultoría como: Un servicio de asesoramiento profesional de ayuda, para las organizaciones en lo referente a sus problemas empresariales; identificación y solución de los mismos.

Una vez entendida la definición de consultoría podemos enlistar las ventajas de hacer uso de la consultoría.

• Alcanzar los fines y objetivos de la organización.

• Resolver los problemas gerenciales y empresariales.

• Descubrir y evaluar nuevas oportunidades.

• Mejorar el aprendizaje.

• Poner en práctica los cambios.

De la misma manera se pueden desglosar las actividades que desempeña un consultor en una organización:

• Facilitación de información.

• Facilitación de especialistas.

• Establecimiento de contactos y vínculos comerciales.

• Facilitación de dictámenes de expertos.

• Realización de un diagnóstico.

• Elaboración de propuestas de posibles soluciones.

• Mejoramiento de sistemas y métodos.

• Planificación y gestión de los cambios de organización.

• Capacitación y perfeccionamiento de los directivos y del personal en general.

• Asesoramiento personalizado.

La consultoría de empresas no es una actividad reciente tiene su origen en la revolución industrial con la aparición de la fábrica moderna, la estandarización de los procesos y las transformaciones institucionales y sociales. Sus inicios son idénticos a los de la dirección y administración de empresas como actividad independiente del campo de la humanidad y el aprendizaje. La consultoría en las empresas se hizo posible cuando estas alcanzaron su etapa de maduración más avanzada. Entonces, fue preciso determinar y describir los métodos y los principios aplicables a diversas organizaciones y los empresarios se vieron obligados a buscar una mejor forma de dirigir y controlar su negocio. Estas condiciones no se cumplieron hasta la segunda mitad del siglo XIX, periodo en que se origino el movimiento de la organización científica del trabajo. Los pioneros de la organización científica de trabajo, entre ellos Frederick W. Taylor, Frank y Lillian Gilbreth, Henry L. Gantt, Harrington y Emerson, fueron grandes impulsores del desarrollo de la consultoría. Ellos realizaron diversas actividades para que los líderes de las organizaciones se dieran cuenta de las múltiples ventajas que representaba la consultaría para el alcance de la eficiencia de las empresas y la mejora continua.

En ésta etapa la de la organización científica del trabajo, la consultoría se concentro principalmente en la productividad y la eficiencia en las fábricas y los talleres, la organización racional del trabajo, el estudio de tiempos y movimientos, la eliminación de los desperdicios y la reducción de los costos de producción.

El conceptualización de la consultoría como se conoce actualmente, encontró su génesis en 1914 cuando Edwin Booz creó en Chicago una de las primeras empresas de consultoría de nombre “Business Research Services” (servicios de investigación comercial), básicamente se dedicaba a investigar los factores que afectaban a las empresas para que éstas fueran asesoradas en sus deficiencias.

Entre los años de 1917 a 1920 gracias a trabajos como

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