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DIAGNÓSTICO DE NIÑOS

Malena.080794Resumen8 de Diciembre de 2019

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U1

Aberastury- Teoría y técnica en psicoanálisis de niños

-Entrevista inicial con los padres: cuando los padres piden la consulta, no es conveniente que el niño esté presente, pero sí informado; y en caso de que acudan ambos padres, no mostrar preferencia por alguno de ellos.

Los datos que los padres proporcionan, por lo general son inexactos, deformados o muy superficiales, por eso debemos indagar en ello, y no se debe finalizar la entrevista sin antes haber conseguido: motivo de consulta, historia del niño, el desarrollo de vida del niño y sus relaciones familiares.

Aquello que no anda bien, es lo más difícil de hablar, hay una resistencia a hacerlo, por lo que es necesario ayudar a los padres a disminuir la angustia inicial. Durante la entrevista hay que registrar: inicio del síntoma, su desarrollo, agravación o mejoría, y luego hay que comparar aquello que se obtiene durante el análisis del niño y lo dicho por los padres para evaluar con profundidad la relación padres-hijo.  

Otros temas a indagar son, el embarazo, por ejemplo si fue o no deseado; la latencia, si hubo o no reflejo de succión, el ritmo y frecuencia de la alimentación, por ejemplo permite indagar acerca de la conducta dependiente de la madre. Por otro lado, la relación madre-hijo, las frustraciones; otro tema es el cambio de alimentación, cómo fue tolerado por el niño el hecho de pasar del pecho a la mamadera, y de líquido a alimentos sólidos, con la exigencia de masticar, ya que por este pasaje se dará la pauta de cómo en su vida enfrentará las pérdidas sucesivas que le exigen las adaptaciones a la realidad, como una elaboración similar al duelo en el adulto. Además es importante saber la fecha del destete, evaluando el grado de adaptación, al igual que el control de esfínteres, a qué edad ocurrió, el modo en que se logró, y la actitud materna hacia ello; finalmente, otro tema es el juego que realiza el niño, sirve para saber si elabora o no situaciones difíciles de la vida o canaliza patológicamente en síntomas e inhibiciones.

           Además, es útil orientar a situaciones de dependencia independencia, inestabilidad o estabilidad de normas educativas, de dar y recibir, así evaluamos si las exigencias son o no adecuadas a la edad del niño, cómo viene su desarrollo (precario, retrasado, normal), sus fuentes de goce y reacciones frente a la prohibición.

-Consultorio, material de juego, cajón individual: en cuanto al tamaño de la sala, no es de importancia; lo que es necesario es un pequeño diván en el que el niño pueda recostarse en caso de que su edad esté más cercana a la pubertad. En caso de los niños más pequeños, durante la primer sesión se colocará arriba de una mesa, diferentes juguetes y objetos que el niño pueda tener al alcance de su vista, para una mejor comunicación (previamente, en la entrevista inicial a los padres se suele preguntar con qué tipo de juegos suele jugar el niño en su casa, para incluirlo en el cajón de ser posible). A ese cajón de juguetes, solo tendrán acceso el niño y el terapeuta, por lo que es símbolo de secreto profesional entre ellos. Durante el juego se observa qué tipo de trato tiene el niño con los objetos, si los usa inadecuadamente, los maltrata, puede ser indicador de maltrato a sí mismo, al terapeuta, y a su relación.

-Primera hora de juego: durante este proceso aparece la fantasía inconsciente de enfermedad o curación, si surgen inmediatamente es por la presión del temor a que el terapeuta repita la conducta negativa de los objetos originarios que provocaron dicha enfermedad o conflicto, junto a su dolor, evidencia el deseo de que el terapeuta no sea como ellos.

CASO DICK

Melanie Klein- Amor, culpa y reparación

La importancia de la formación de símbolos en el desarrollo del yo (1930)

El planteo de este artículo se basa en la suposición de que hay una etapa temprana del desarrollo mental en que se activa el sadismo en cada una de las fuentes de placer libidinal, y el sadismo alcanza su punto culminante en esa fase, que comienza con el deseo oral sádico de devorar el pecho de la madre y desaparece cuando adviene la etapa anal.  En esta fase, al mismo tiempo, se introduce el Complejo de Edipo, donde las tendencias genitales comienzan a ejercer influencia aunque todavía no es evidente porque lo que domina son los impulsos 1qpregenitales, pero lo que planteo es que el conflicto edípico comienza en un periodo donde predomina el sadismo.

En el interior del cuerpo de la madre, el niño cree que encontrará, el pene del padre, excrementos, niños y homologa todas estas cosas con sustancias comestibles. Los ataques sádicos entonces se dirigen a ambos padres a la vez, a quienes muerde, despedaza, o tritura en sus fantasías, y esto despierta angustia porque teme ser castigado por los padres unidos y esta angustia es internalizada a consecuencia de la introyección oral-sádica de los objetos y así se dirige ya hacia el superyó temprano.

En sus fantasías, juega lo sádico oral y anal, los excrementos son armas peligrosas, orinar es lastimar, herir, la materia fecal son armas y proyectiles. El exceso de sadismo despierta angustia y así se movilizan los mecanismos de defensa más primitivos del yo, contra dos peligros que son el propio sadismo y el objeto atacado. Con su propio sadismo, la defensa es expulsión, contra el objeto la defensa es destrucción. Así el sadismo se vuelve peligroso porque libera angustia, y porque el sujeto siente que las armas con las que destruye al objeto apuntan a su propio yo, y teme del objeto ataques de castigo (retaliatorios), así el yo se encuentra en una tarea fuera de su alcance, la de dominar la angustia.

Como ya he planteado en otra ocasión, vuelvo a afirmar que la angustia pone en marcha la identificación, porque el niño desea destruir los órganos (pene-vagina-pecho) que representan los objetos, comienza a temer los últimos, esta angustia contribuye a que equipare esos órganos con otras cosas y así se ve impulsado todo el tiempo a hacer nuevas ecuaciones que contribuyen a su interés por nuevos objetos y del simbolismo. Por el simbolismo se constituye la relación con el mundo exterior.  Con las fantasías sádicas dirigidas contra el interior del cuerpo materno, se da la primera relación con el mundo exterior, y según con qué éxito el sujeto atraviesa esta fase, dependerá que pueda adquirir después un mundo externo que corresponda con la realidad. Su primera realidad es totalmente fantástica, y la realidad real se establece gradualmente a medida que el yo evoluciona, por eso, el desarrollo del yo y la relación con la realidad dependerán del grado de capacidad del yo para tolerar la presión de las primeras situaciones de angustia. 

El caso Dick contribuye a confirmar esta teoría, se trata de un niño de 4 años que presentaba vocabulario y desarrollo intelectual pobre, una capacidad que era de un niño de 15 o 18 meses. Faltaba su adaptación a la realidad y relaciones emocionales con su ambiente. Carecía de afecto era indiferente a la ausencia o presencia de la madre o niñera, rara vez había manifestado angustia, no tenía interés ni contacto con su medio, como si no quisiese comunicarse, además tampoco presentaba el deseo de ser consolado y mimado. También se notaba torpeza física, no podía utilizar cuchillos ni tijeras pero sí manipulaba bien la cuchara.

La primera sesión dejó que su niñera se fuera sin demostrar ningún tipo de emoción,  corrió de un lado a otro por la sala, y correteó alrededor mío, sin coordinación, con sus ojos y rostro sin expresión, ausente, con falta de interés, su comportamiento carecía de sentido y propósito y no tenía relación con ningún afecto o angustia.

Historia de Dick: su lactancia había insatisfactoria y perturbada porque la madre había insistido en amamantarlo y Dick estuvo a punto de morir por inanición, por eso habían recurrido a una alimentación artificial. Tuvo una nodriza a las 7 semanas pero no pudo mejorar sus mamadas. Se negaba a tomar biberón y tampoco comió nada sólido, se negaba a morderlos y rechazaba todo lo que no era papilla. Tuvo trastornos digestivos, prolapso anal, hemorroides. Probablemente su desarrollo quedo afectado por el hecho de que, aunque fue cuidado, nunca se le dio verdadero amor, la actitud de la madre había sido de excesiva angustia, y tampoco su padre o niñera le demostraban afecto entonces creció con poco amor. A os dos años tuvo una niñera afectuosa y al tiempo pasó tiempo con su abuela, que era cariñosa con él, y esas influencias produjeron cambios en su desarrollo, aprendió a caminar, pero tuvo dificultad en el control de esfínteres, pero con la nueva niñera adquirió hábitos de limpieza más rápidamente. A los tres años ya se controlaba. Su niñera había descubierto que se masturbaba, y le había dicho que eso era malvado y no debía hacerlo, lo que dio a sentimientos de culpa y temores. A los cuatro años había hecho un intento a adaptarse y los cambios con la nueva niñera eran favorables, pero subsistían las dificultades principales, aún no había logrado poner en marcha la relación objetal ausente.

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