Evaluacion Educativa
dulcedelarosa3 de Enero de 2015
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CENTRO DE INVESTIGACIONES
PSIQUIATRICAS, PSICOLÓGICAS Y
SEXOLÓGICAS DE VENEZUELA
Reconocido por CONICIT (1981)
Autorizado por C.N.U. (1991)
Gaceta Oficial Nº. 34678
Programa: Especialización en planificación y Evaluación de la Educación.
Evaluación institucional en Venezuela
Participantes:
Grupo 5
Clarines, Estado Anzoátegui
Introducción
La evaluación constituye una parte consustancial de toda actividad humana y es en sí misma una actividad que se manifiesta como proceso. Es el proceso y resultado de juzgar la valía de un objeto o fenómeno de la realidad (sus características esenciales, sus manifestaciones particulares, su devenir, su desarrollo actual y previsible), de acuerdo con criterios de referencia pertinentes a la naturaleza del propio objeto y a los propósitos que se persigan.
Por otra parte siendo la educación un proceso de transformación, es indispensable que los sistemas educativos estén orientados hacia los mejores patrones de calidad, en cuyo espacio la institución escolar tiene un papel preponderante. Entonces, la revisión de sus procesos internos deberá generar propuestas factibles que permitan alcanzar óptimos resultados educativos, para ello, es necesario que las instituciones educativas promuevan la evaluación permanente de todos sus procesos.
De ahí que, se plantee dentro de la evaluación educativa, la evaluación Institucional como sistema de control para retroalimentar la gestión escolar y por ende, optimizar la calidad educativa.
Así pues la mejora significativa de los sistemas escolares con lleva al conocimiento de su estructura, interrelaciones, procesos, potencialidades, limitaciones, actores y gestores, por tal razón, la evaluación institucional cobra gran importancia al evaluar los resultados de la educación en el aula, escuela, sistema e incluso en el país, haciendo más efectivo el logro de los objetivos que se pretenden alcanzar en relación a la calidad.
Evaluación institucional en Venezuela
La Evaluación Educativa es un proceso, científico, integral, humanístico. Es una forma muy singular de conocer la realidad y vincularse con ella para propugnar y favorecer cambios y transformaciones que optimicen el sistema educativo. Así pues la evaluación educativa es, ciertamente, un proceso complejo que amerita la recopilación de información relevante y significativa, la determinación del grado de congruencia entre necesidades, realizaciones y objetivos; de igual modo implica la elaboración de juicios de valor, la toma de decisiones, aplicación de la alternativa más adecuada en el seguimiento y control del proceso educativo que se evalúa.
Ahora bien para Cruz (1999), “la evaluación institucional se asume como el proceso que da cuenta del estado de desarrollo del objeto de evaluación, de sus aciertos, carencias y deficiencias”. Lo que permite entenderse como base para formular propuestas de intervención que permita mejorar, la calidad de los componentes.
Por otra parte Romero Díaz (1989), “define evaluación institucional como un proceso permanente que cubre todas y cada una de las fases del proceso administrativo, de modo que los resultados y experiencias obtenidas en cada fase, sirvan para introducir modificaciones y reorientaciones parciales y aplicada al final del proceso total, aporten información acerca de la calidad de los resultados logrados durante todo el proceso, en comparación de los objetivos propuestos”.
En tal sentido es importante señalar que la finalidad de la evaluación institucional es contar con un diagnóstico científico, confiable y válido de cómo una institución educativa realiza sus funciones y actividades, cómo emplea sus recursos y cómo logra sus objetivos.
De esta manera Cronbach (1980, citado por Rosales, 1990) señala que los objetivos de la evaluación institucional son los siguientes:
• Evaluar el comportamiento de las actividades académicas y la enseñanza con el propósito de definir nuevas políticas respecto al uso de recursos presupuestarios,, adecuación de cursos a la realidad social, etc.
• Viabilizar la organización de bases de datos que pueden nutrir el perfeccionamiento o redireccionamiento del proyecto académico, asegurando medidas correctivas y de superación de los problemas diagnosticados.
• Propiciar una postura crítica entre la institución y la sociedad y organizar un sistema de información que posibilite juicios con bases objetivas, identificando deficiencias a superar y aciertos a expandir.
• Estructurar el proceso continuo de evaluación incrementado el desarrollo administrativo, académicos.
• Promover sensibilización, recogida de datos, diagnósticos, evaluación interna, acciones de reorganización curricular y retroalimentación.
• Contribuir a la redefinición de identidad y actualización de recursos, teniendo como base principios conceptuales claros y definidos en la conciencia colectiva de su necesidad y en la voluntad política de la comunidad.
• Reflexionar el papel de la institución hacia sí misma y hacia la sociedad, evaluando y redimensionado sus acciones educativas, de investigación y de extensión.
De esta manera en la institución debe haber una instancia para evaluar el currículo, los programas y todo el quehacer institucional. Es la que debe llevar un seguimiento Institucional así como su respectivo registro.
Es por ello que la evaluación de los sistemas educativos, de los programas, de las escuelas, de los docentes y de los alumnos es una condición necesaria para mejorar la calidad de la educación.
No obstante Tiana A (2012) indica que las evaluaciones institucionales se diseñan desde una perspectiva ideológica y educativa determinada, y los datos que se obtienen en ellas no permiten obtener conclusiones inmediatas y directas.
Por lo anterior es importante señalar que no puede olvidarse en la labor interpretativa la influencia del contexto y de la situación de partida de los sistemas educativos, de los programas y de las escuelas evaluadas; el impacto de la organización y del funcionamiento de las escuelas; el efecto del proceso de enseñanza y de aprendizaje en el aula y de los factores que inciden en el desarrollo del currículo, incluso el propio diseño de currículo y las intenciones educativas contenidas en él; y la influencia, finalmente, de las políticas educativas en marcha y de la propia gestión de las administraciones educativas. Lo que se muestra de forma cada vez más clara es que cualquier evaluación, por limitado que sea su alcance, no debe prescindir de un enfoque sistémico de la realidad educativa, inmersa además en un contexto social determinado.
Ahora en el ámbito de los programas sociales, tal como señala Mokate (2000, p. 2), la evaluación requiere de la especificación y concertación de expectativas, criterios o estándares y su aplicación a la valoración de las iniciativas. Se trata entonces de procesos que, si bien están situados en el campo del conocimiento científico y técnico, exigen ser puestos en diálogo con aquel que se constituye desde la subjetividad de los actores, sus expectativas, necesidades, criterios y valoraciones.
En este mismo orden de idea (Chiara y Di Virgilio, 2008). Señalan que la relación de los “programas educativos” con la “política educativa” en los distintos niveles (nacional, provincial, departamental o del establecimiento) depende de las características que asumen los procesos de gestión, las condiciones del contexto, las acciones derivadas de otros programas e intervenciones y las capacidades estatales. Este último aspecto resulta clave en tanto las capacidades disponibles colaborarán con el “modelado” del “programa” como “respuesta” a las cuestiones problematizadas en cada nivel. La gestión permite establecer esta conexión entre la “política educativa” y la ingeniería del “programa” ya que, cuando se habla de gestión de la política educativa, se está hablando (también) de “programas en acto”.
Por otra parte en los países desarrollados y en América Latina la praxis de evaluación institucional se ha desarrollado a partir de diferentes concepciones y pluralidad metodológica. El desarrollo de las actividades de evaluación en el campo educativo depende de las nuevas concepciones y de los avances de la investigación socio-educativa. En el marco de cualquier enfoque, modelo o paradigma de evaluación, la esencia
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