LA ASESORÍA EN EL AULA

LA ASESORÍA EN EL AULA

Carlos Moreno Zamora

El análisis de las tareas académicas y de la práctica docente en el mismo lugar en el que se realiza la acción y el hecho educativo, constituyen uno de los retos más importantes de instituciones educativas como el Instituto Mexicano de Estudios Pedagógicos (IMEP). En estas tareas académicas surgen los cursos posdoctorales como una alternativa de preparación y actualización de los docentes en servicio. La praxis educativa in situ es, sin duda, el campo de acción más directo e importante del análisis en la formación docente y en la especialización de la metodología de la enseñanza en la práctica. La asesoría y orientación didáctica en el mismo lugar de la acción educativa, es el reto de la pedagogía de frontera que enarbola el IMEP desde su fundación.

Los expertos en educación no deben conformarse con obtener el grado máximo de estudios y quedarse estancados, situarse al margen de las actualizaciones, fuera de las tareas académicas o con cumplir solamente con su trabajo actual. El nivel de doctorado ofrece una amplia cobertura de oportunidades de crecimiento a manera personal y profesional así como fuentes de trabajo, tanto en la docencia como la administración en instituciones privadas.

Los nuevos doctores tienen una alta preparación, un campo ilimitado y flexible de actividades de desarrollo académico. Entre las acciones que pueden abordar se destacan: el diseño de modalidades de investigación con un alto grado de innovación, la organización de encuentros científicos, foros, conferencias, talleres, la asesoría educativa y la publicación de artículos de investigación en revistas para la docencia, tanto nacionales como internacionales.

Al concluir el plan de estudios se abren varios caminos para realizar actividades educativas con el propósito de mejorar el desempeño del docente y hacer que ellos realicen investigaciones en el terreno educativo, con las cuales podrán producir textos, trabajar en instituciones de nivel superior, realizar proyectos propios y ofrecer asesorías institucionales. En estas circunstancias, los nuevos doctores tienen un panorama con grandes posibilidades en el nivel educativo así como en el ámbito de la administración de la educación pública y privada.

Por otra parte, como en todas las profesiones, ser maestro con grado de doctor exige un proceso de formación profesional continua, día con día se debe realizar, no está terminado ni acabado, la actualización es permanente. El doctorado es un escalón más dentro de la formación del magisterio. Los maestros deben continuar su especialización dentro de su preparación profesional.

La asesoría en el aula se constituye en un factor de apoyo didáctico a la tarea educativa de los docentes para responder a las amplias exigencias sociales y académicas del ámbito educativo. En este sentido, un doctor debe especializarse en una de ellas, por ejemplo: la metodología de la enseñanza de alguna asignatura, en la que debe investigar sus enfoques, el soporte filosófico que la sustentan, a fin de dominar esos contenidos y conocimientos, para ello tiene que buscar todo lo relacionado al tema.

Se propone incrementar el nivel de exigencia de la investigación de los profesionales con título de doctorado que requieren aumentar los conocimientos en sus áreas específicas, bien sea por razones institucionales o individuales con el claro objetivo de alta especialización posdoctoral, mediante avanzadas investigaciones independientes y prácticas que fomentan la plena realización en el desarrollo continuo de sus competencias, habilidades y destrezas en el progreso personal.

La creación de cursos posdoctorales como el de la dirección metodológica mediante la asesoría in situ, constituyen una respuesta a las necesidades del avance de los conocimientos de las diferentes ramas de la educación y su diseño requiere de la participación de un equipo interdisciplinario de expertos que tengan la visión de especializarse en una asignatura con el propósito de ofrecerlo a los maestros en servicio que lo requieran.

La repercusión positiva de la asesoría en la productividad académica de la institución educativa, especialmente en el campo de la educación preescolar, primaria, secundaria y nivel superior son vitales para la comprensión de los avances académicos en la formación educativa de las nuevas y futuras generaciones.

Por otra parte, los estudios posdoctorales pueden considerarse como una novedad en América Latina porque apenas comienzan a comprenderse en nuestros países como programas académicos necesarios para emplear y aprovechar estratégicamente la competitividad de los doctores recién egresados con el propósito de especializarlos en un área académica específica.

Los cursos posdoctorales son estudios de alto nivel de especialización, con duración de un año, que están destinados a aprovechar la formación y experiencia de los egresados como doctores en prácticas de desarrollo académico donde se tienen actividades como el diseño y aplicación de diferentes modalidades para investigación, así como la difusión de eventos educativos y publicaciones a nivel nacional e internacional. A partir de ellos se eleva el abanico de opciones y prácticas académicas dentro del magisterio. No cabe duda que los programas del doctorado, como máximo nivel en la formación académica no representan la frontera del aprendizaje y el conocimiento académico.

El Instituto Mexicano de Estudios Pedagógicos (IMEP) promueve los cursos posdoctorales con el propósito de desarrollar el proceso de profesionalización de los docentes en servicio que fortalezcan el cuerpo de especialistas en todos los niveles de la enseñanza: licenciatura, maestría y doctorado; así como en las funciones específicas como la docencia, la investigación y la extensión académica.

En su carácter de institución nacional, busca alcanzar la excelencia en todos los aspectos académicos y concibe el mejoramiento de la calidad de la educación en México a través de la actualización, selección, integración, organización y coordinación de profesores y personal de apoyo adecuado y eficiente. Las competencias docentes implícitas en los planes de estudio posdoctorales les permitirán participar en programas, foros, proyectos, cursos, seminarios y debates educativos en el país.

Asimismo, el IMEP promueve y fomenta diversos eventos académicos enfocados a la planeación, capacitación, superación profesional y la profesionalización de docentes por medio de su “Sistema de Postgrado Pedagógico para la Calidad Total de la Praxis Educativa”.

En su soporte filosófico, se ha caracterizado por la búsqueda de una pedagogía de primer nivel en las tareas educativas y de formación profesional de los docentes en México. El IMEP ve a la educación y sus problemas desde una perspectiva diferente a la que presenta el Sistema Educativo Nacional.

En este contexto académico, el curso posdoctoral sobre “La Dirección Metodológica de los Procesos Dentro del Aula: Asesoría in situ”, está íntimamente relacionado con “el paradigma de la cognición situada”. Sus conceptos didácticos representan una de las tendencias actuales más representativas y promisorias de la teoría y la actividad sociocultural (Daniels, 2003). En ella se toma como punto de referencia los escritos de Lev Vygotsky (1986; 1988) y de autores como Leontiev (1978) y Luria (1987) y más recientemente, los trabajos de Rogoff (1993), Lave (1997), Bereiter (1997), Engeström y Cole (1997), Wenger (2001), por citar sólo algunos de los más conocidos en el ámbito educativo.

De acuerdo con Hendricks (2001), la cognición situada asume diferentes formas y nombres, directamente vinculados con conceptos como aprendizaje situado, participación periférica legítima, aprendizaje cognitivo (cognitive apprenticeship) o aprendizaje artesanal. La profunda relación entre la didáctica de la enseñanza situada y el aprendizaje cognitivo in situ saltan a la vista y constituyen el antecedente de la asesoría mediante la dirección metodológica in situ.

Su desarrollo está en oposición directa a la visión de ciertos enfoques de la psicología cognitiva y a innumerables prácticas educativas escolares donde se asume, explícita e implícitamente, que el conocimiento puede abstraerse de las situaciones en que se aprende y se emplea. Por el contrario, los teóricos de la cognición situada parten de la premisa de que el conocimiento situado, forma parte y es producto de la actividad, el contexto y la cultura en que se desarrolla y utiliza.

“Esta visión, relativamente reciente, ha desembocado en un enfoque instruccional, la enseñanza situada, que destaca la importancia de la actividad y el contexto para el aprendizaje y reconoce que el aprendizaje escolar es, ante todo, un proceso en el cual los estudiantes se integran gradualmente a una comunidad o cultura de prácticas académicas y sociales. En esta misma dirección, se comparte la idea de que aprender y hacer son acciones inseparables; y en consecuencia, un principio nodal de este enfoque se plantea en la Revista Electrónica de Investigación Educativa”, (Díaz-Barriga, 2003).

Ante la circunstancia de un aprendizaje y una enseñanza situados en el mismo contexto, se plantea la necesidad de promover un tipo de asesoría que esté lo más cerca posible del fenómeno educativo, en este caso, de la enseñanza y su aplicación práctica. Por ello, en este curso posdoctoral se privilegia el acompañamiento del docente en las tareas académicas.

Díaz-Barriga, F. (2003). Cognición situada y estrategias para el aprendizaje significativo. Revista Electrónica de Investigación Educativa, 5 (2). Consultado el día 10 de noviembre de 2012 en: http://redie.ens.uabc.mx/vol5no2/contenido-arceo.html

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