MODELOS DE TERAPIA FAMILIAR SISTÉMICA, TERAPIA ESTRUCTURAL SISTÉMICA
arazasuResumen25 de Junio de 2020
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MODELOS DE TERAPIA FAMILIAR SISTÉMICA TERAPIA ESTRUCTURAL SISTÉMICA.
1. MODELOS DE TERAPIA FAMILIAR SISTÉMICA
TERAPIA ESTRUCTURAL SISTÉMICA.
La terapia estructural centra su intervención en el contexto relacional, puesto que éste genera y explica el significado de los comportamientos, ya sean funcionales o disfuncionales. Dirige la intervención terapéutica no al individuo, portador del síntoma, sino a la modificación de la estructura o marco relacional. En este enfoque, caracterizado más por "el hacer que por el hablar" (Colapinto, 2007) el terapeuta tiene una participación activa y directa. Esta directividad persigue movilizar a la familia para que interactúe en sesión y experimente formas alternativas de relación y comunicación.
El concepto de estructura.
Minuchin (1977) la define como "el conjunto invisible de demandas y expectativas funcionales que organizan el modo en que interactúan los miembros de una familia". Esta interacción viene determinada por unas reglas de carácter universal como son la necesidad de la existencia de una diferencia jerárquica entre padres e hijos y la adopción de roles complementarios entre los miembros de la familia, pero también por otras reglas específicas de cada familia que se han ido negociando de forma explícita o implícita a lo largo de los años y que van a generar estructuras diferentes, según la singularidad de cada sistema familiar.
Los Subsistemas familiares
Dentro de cada sistema familiar se distinguen los subsistemas conyugal, parental y filial (Minuchin y Fishman, 1981).
Los límites y fronteras.
Otro concepto fundamental es el de límites o fronteras, que regulan la cantidad y las características de la comunicación y de las transacciones que se van intercambiando, ya sea entre miembros de la familia, entre subsistemas, o en la relación con otros sistemas.
Alianzas y coaliciones.
Dentro del análisis estructural del sistema, se tienen en cuenta también las posibles alianzas(relaciones de especial cercanía entre dos o más miembros) y coaliciones(uniones de dos personas en contra de un tercero, siendo especialmente problemáticas las coaliciones intergeneracionales).
2. El ciclo vital familiar.
Se abordan los problemas que son motivo de consulta en el marco del ciclo vital familiar, que nos ayuda a entender cómo se producen las transiciones y crisis que requieren una reorganización del sistema. La Jerarquía. Y como último concepto básico de este modelo se menciona la jerarquía: la falta de una organización jerárquica clara y eficaz (reflejada, por ejemplo, en un hijo parentalizado que ejerce un poder y asume responsabilidades que no le corresponden) genera frecuentemente disfunciones en las relaciones o en alguno de sus miembros.
La disfunión familiar y el síntoma.
La disfunción familiar para el enfoque estructural se debe a que ante una necesidad de cambio, la familia no es capaz de modificar su organización dinámica y estructural para adaptarse a estas nuevas exigencias. Los síntomas son una manifestación de esta dificultad de adaptación. El objetivo de la intervención terapéutica será, por tanto, modificar la actual organización estructural del sistema, que está manteniendo el problema presentado.
El proceso terapéutico
Enfoque terapéutico: "pensar en los problemas humanos desde una perspectiva interaccional y tratar a la familia como una unidad".
En el proceso terapéutico del modelo estructural se cuida especialmente el establecimiento de una alianza o joining con la familia, generando una relación de confianza que les permita una mayor receptividad con las intervenciones del terapeuta.
Sigue a continuación un diagnóstico estructural, que explora las áreas mencionadas anteriormente (subsistemas, límites, jerarquía, alianzas, fase del ciclo vital, contexto social y sistemas de apoyo) para construir un mapa estructural. Se conecta así el problema presentado por el paciente identificado con la estructura familiar y pautas de transacción habituales.
La fase siguiente en el proceso terapéutico conlleva un cuestionamiento de la visión lineal del problema y una reformulación que permita a la familia ver cómo el problema se relaciona con la interacción familiar. Con este fin, se ha incorporado recientemente en el terapia estructural una breve exploración del pasado con el fin de ayudar a la familia a comprender cómo han llegado a la actual visión de sí mismos (Minuchin, Nichols y Lee, 2007).
3. Por último, en la fase de reestructuración se interviene para modificar la estructura familiar, actuando principalmente sobre los límites, jerarquía y alianzas.
Principales técnicas de intervención estructurales. La más representativa es la escenificación (enactments) mediante la cual se pide a la familia que interactúe según su estilo habitual, para observar y modificar bajo la dirección del terapeuta su manera de relacionarse y conseguir así una experiencia más funcional. El terapeuta interviene dirigiendo las interacciones o modificando la posición espacial dentro de la sesión, contribuyendo al trazado de límites.
La inducción de crisis es otra de las técnicas utilizadas especialmente con "familias que evitan afrontar el problema y están presas en patrones rígidos de conducta. Es una forma de generar inestabilidad para provocar un cambio".
Se utiliza también la técnica del desequilibrio mediante el cual el terapeuta rompe temporalmente la neutralidad para apoyar más la posición de uno de los miembros de la familia y modificar así la jerarquía. Esta alianza tiene como objeto provocar un cambio y no es producto de la sintonía o relación privilegiada del terapeuta con alguno de sus miembros.
También se utilizan con frecuencia metáforas, que describen los roles o las relaciones (“¿Cuándo se divorció de su marido y se casó con su hijo?”) y a través de los comentarios y acciones del terapeuta se potencian los recursos y la competencia familiar.
Ref. Gómez de Agüero, E. (2015). Manual de Terapia Sistémica. Principios y herramientas de intervención (II). Lecturas psicoanalísticas. Revista internacional de psicoanálisis. Nº 50. 2015.
Ignacio González Sarrió. Doctor en Psicología Jurídica. Perito judicial y forense. Miembro del Turno de Peritos Forenses del Ilustre Colegio Oficial de Psicólogos. Coordinador Grupos de Trabajo en Psicología Jurídica. http://psicolegalyforense.blogspot.com NºCol.cv06179. 696102043 Valencia.
Terapia sistémica: ¿qué es y en qué principios se basa?
El enfoque sistémico es la aplicación de la teoría general de los sistemas en cualquier disciplina: educación, organizaciones, psicoterapia, etc.
Este enfoque se presenta como una forma sistemática y científica de aproximación y representación de la realidad vista desde una perspectiva holística e integradora, donde lo importante son las relaciones y los componentes que a partir de ellas emergen. De ahí emerge la terapia sistémica.
Por tanto, su estudio y práctica pone especial importancia en la relación y comunicación en cualquier grupo que interaccione, entendido como un sistema. Este enfoque se extiende también a las personas individuales, teniendo en cuenta los distintos sistemas que componen su contexto.
Terapia sistémica: otra manera de hacer terapia
La terapia sistémica entiende los problemas desde marco contextual y se focaliza en comprender y cambiar las dinámicas de las relaciones (familiares, laborales, etc.).
Los roles y los comportamientos de las personas en estos contextos se entiende que están determinados por las reglas tácitas de ese sistema y la interacción entre sus miembros.
Comprendiendo los trastornos de forma multicausal
Hasta entonces, en el campo de la psicoterapia, se entendía la enfermedad mental en términos lineales, con explicaciones históricas y causales del padecimiento. Primero se busca la causa para después pasar al tratamiento. El modelo de terapia sistémica (ampliamente utilizado en la terapia familiar), observa los fenómenos de manera circular y multicausal, por tanto, no se pueden establecer marcadores lineales. Por poner un ejemplo, dentro de una familia, los miembros se comportan y reaccionan de maneras impredecibles porque cada acción y reacción cambia continuamente de la naturaleza del contexto.
Paúl Watzlawick fue pionero en distinguir la causalidad lineal y causalidad circular, para explicar con ello las diversas pautas repetitivas de interacción posibles y marcando un antes y un después en la interpretación de las dificultades en las relaciones personales. La visión circular de los problemas está marcada por cómo el comportamiento de un individuo influencia las acciones de otro, que por su parte influye también sobre el primero.
Por tanto, la terapia sistémica ofrece una visión circular, interactiva, en el interior del sistema o grupo que tiene sus reglas de transformación y se autocontrola a través de fenómenos de retroalimentación para mantener un estado de equilibrio. Los componentes del sistema entran en relación mediante la comunicación, una de las claves de esta terapia.
Los inicios de la terapia sistémica
La terapia sistémica surge durante la década de los treinta como un apoyo a profesiones de distintos ámbitos: la psiquiatría, psicología, pedagogía y sexología. A pesar de que el movimiento se inicia en Alemania gracias a Hirschfeld, Popenoe es el primero en aplicarlo en Estados Unidos. Más adelante, Emily Mudd desarrolló el primer programa de evaluación en terapia familiar en Filadelfia.
John Bell, su referente más popular
Muchos afirman que el padre de la terapia familiar moderna es John Bell, un profesor de psicología de la Universidad de Clark en Worcester, Massachussets, pues en 1951 realizó terapia conjunta con toda la familia de un joven muy agresivo y obtuvo excelentes resultados. Es por eso que en muchas citas bibliográficas marcan este momento como el inicio de la terapia sistémica.
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