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DERECHO COMERCIAL


Enviado por   •  19 de Julio de 2014  •  1.995 Palabras (8 Páginas)  •  177 Visitas

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1. EXPLIQUE Y SEÑALE EL REGIMEN LABORAL DE LAS MYPES SEGÚN EL DECRETO SUPREMO Nº 007 – 2008 – TR 008 – 2008 TR.

Derechos laborales fundamentales

En toda empresa, cualquiera sea su dimensión, ubicación geográfi ca o actividad, se deben respetar los derechos laborales fundamentales. Por tanto, deben cumplir lo siguiente:

1. No utilizar, ni apoyar el uso de trabajo infantil, entendido como aquel trabajo brindado por personas cuya edad es inferior a las mínimas autorizadas por el Código de los Niños y Adolescentes.

2. Garantizar que los salarios y beneficios percibidos por los trabajadores cumplan, como mínimo, con la normatividad legal.

3. No utilizar ni auspiciar el uso de trabajo forzado, ni apoyar o encubrir el uso de castigos corporales.

4. Garantizar que los trabajadores no podrán ser discriminados en base a raza, credo, género, origen y, en general, en base a cualquier otra característica personal, creencia o afi liación. Igualmente, no podrá efectuar o auspiciar ningún tipo de discriminación al remunerar, capacitar, entrenar, promocionar, despedir o jubilar a su personal.

5. Respetar el derecho de los trabajadores a formar sindicatos y no interferir con el derecho de los trabajadores a elegir, o no elegir, y a afi liarse o no a organizaciones legalmente establecidas.

2. SEÑALE Y EXPLIQUE LOS ANTECEDENTES HISTORICOS DE LAS EMPRESAS BANCARIAS FINANCIERAS Y DE SEGUROS , SU IMPORTANCIA EN LA ACTIVIDAD EMPRESARIAL.

• ANTECEDENTES HISTORICOS:

Las continuas guerras de religión que atravesaron y fragmentaron la Europa del siglo XVI marcaron e impulsaron el paso de la Edad Media a la modernidad. Aunque los antecedentes más remotos de las instituciones financieras y de la banca puedan remontarse a la antigüedad, con las primeras operaciones comerciales ligadas a los templos de Mesopotamia o al código babilónico sobre préstamos y depósitos del año 1800 a.C., el origen de los bancos tal como los conocemos hoy en día data, precisamente, de esa Europa del siglo XVI caracterizada por la guerra. Guerra y comercio caminan de la mano en la historia.

Muchas de la funciones de los bancos, como la de guardar fondos, prestar dinero y garantizar préstamos, así como el cambio de monedas, pueden rastrearse hasta la antigüedad. Durante la edad media, los caballeros templarios, miembros de una orden militar y religiosa, no sólo almacenaban bienes de gran valor sino que también se encargaban de transportar dinero de un país a otro. Las grandes familias de banqueros del renacimiento, como los Medici de Florencia prestaban dinero y financiaban parte del comercio internacional. Los primeros bancos modernos aparecieron durante el siglo XVII: el Riksbank en Suecia (1656), y el Banco de Inglaterra (1694).

Los orfebres ingleses del siglo XVII constituyeron el modelo de partida de la banca contemporánea. Guardaban oro para otras personas, a quienes tenían que devolvérselo si así les era requerido. Pronto descubrieron que la parte de oro que los depositantes querían recuperar era sólo una pequeña parte del total depositado. Así, podían prestar parte de este oro a otras personas, a cambio de un instrumento negociable o pagaré y de la devolución del principal y de un interés. Con el tiempo, estos instrumentos financieros que podían intercambiarse por oro pasaron a reemplazar a éste. Resulta evidente que el valor total de estos instrumentos financieros excedía el valor de oro que los respaldaba.

En la actualidad, el sistema bancario conserva dos características del sistema utilizado por los orfebres. En primer lugar, los pasivos monetarios del sistema bancario exceden las reservas; esta característica permitió, en parte, el proceso de industrialización occidental y sigue siendo un aspecto muy importante del actual crecimiento económico. Sin embargo, la excesiva creación de dinero puede acarrear un crecimiento de la inflación. En segundo lugar, los pasivos de los bancos (depósitos y dinero prestado) son más líquidos, —es decir, se pueden convertir con mayor facilidad que el oro en dinero en efectivo— que los activos (préstamos a terceros e inversiones) que aparecen en su balance. Esta característica permite que los consumidores, los empresarios y los gobiernos financien actividades que, de lo contrario, serían canceladas o diferidas; sin embargo, ello suele provocar crisis de liquidez recurrentes. Cuando los depositantes exigen en masa la devolución de sus depósitos (como ocurrió en España tras la intervención por parte del Banco de España del Banco Español de Crédito (Banesto) el 28 de diciembre de 1993) el sistema bancario puede ser incapaz de responder a esta petición, por lo que se deberá declarar la suspensión de pagos o la quiebra. Uno de los principales cometidos de los bancos centrales es regular el sector de la banca comercial para minimizar la posibilidad de que un banco entre en esta situación y pueda arrastrar tras él a todo el resto del sistema bancario. El banco central tiene que estar preparado para actuar como prestamista del sistema bancario, proporcionando la liquidez necesaria si se generaliza la retirada de depósitos. Esto no implica la obligatoriedad de salvar a cualquier banco de la quiebra, como se demostró en 1995 cuando el Banco de Inglaterra se negó a ayudar al quebrado Banco de inversiones Barings.

• IMPORTANCIA EN LA ACTIVIDAD EMPRESARIAL:

La mayoría de los casos las empresas no se hallan en condiciones de financiar por sí mismas su desarrollo, o simplemente de hacer frente a las exigencias puntuales de liquidez con el cash-flow que generan. En condiciones normales tampoco sería conveniente que financiaran la totalidad de sus activos fijos y circulantes exclusivamente con fondos propios y con la financiación obtenida de sus proveedores.

En muchas ocasiones la situación de tesorería de las empresas es excedentaria, y son ellas las que canalizan y "prestan" el dinero a las entidades financieras para rentabilizarlo, obteniendo los bancos su rentabilidad, fundamentalmente, junto con los ingresos vía comisiones por prestación de servicios, gracias al diferencial entre lo que obtienen en los mercados de sus inversiones y lo que pagan a sus clientes por esa "cesión" de fondos.

Tal y como indica Valls (1996, p. 52), "el banco ofrece a la empresa financiación y recibe de ésta unos saldos como compensación. La empresa retribuye al banco las operaciones que éste le financia, y recibe a su vez una retribución por los saldos que mantiene. La empresa acude al banco en

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