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El Niño Como Sujeto De Aprendizaje:


Enviado por   •  27 de Septiembre de 2014  •  2.206 Palabras (9 Páginas)  •  322 Visitas

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El niño como Sujeto de Aprendizaje:

Es un hecho inherente a la condición humana la existencia de diferencias individuales a la hora de aprender. Niños, jóvenes o adultos se diferencian notablemente en aspectos tales como las preferencias a la hora de aprender unos contenidos u otros; en cuanto a la dedicación, esfuerzo o atención que se pone en las tareas a aprender; en cuanto a la rapidez por transferir lo aprendido de un área a otra o a la cantidad de repeticiones necesarias para consolidar o retener un aprendizaje, por citar sólo algunas de las dimensiones en las que aparecen tales diferencias.

Tradicionalmente la escuela ha enfatizado algunas de estas diferencias, en especial la capacidad para aprender, y ha prestado muchísima menos atención a las diferencias de motivaciones e intereses, olvidando la interdependencia de los tres factores en los procesos de enseñanza y aprendizaje. Evidentemente es un hecho que los alumnos se diferencian progresivamente en cuanto a su capacidad para aprender. Las diferencias individuales en este sentido son considerables y frecuentes en esta etapa, pero también es cierto que existen amplios márgenes de tiempo para que se adquieran determinados aprendizajes.

También varían los niños y niñas en cuanto a su motivación e interés por aprender, un complejo proceso que condiciona en buena medida la capacidad de aprendizaje. Lo importante a resaltar es que esta motivación depende en gran medida de que las tareas que se les propongan sean atractivas y novedosas, que estén “ajustadas” a sus posibilidades ni muy fáciles ni muy difíciles, y que sirvan para reforzar poco a poco su autoestima. En definitiva, factores todos ellos dependientes de la acción educativa y controlables por el profesorado, que, por supuesto, debe acompañar el trabajo de los niños y niñas con la atención y el refuerzo social que todos le van a solicitar.

En definitiva, los niños poseen unos atributos que los diferencian de ser iguales y que, con vistas al aprendizaje, lo individualizan de los otros, ya que a su vez este aprendizaje se produce en cada niño de forma singular, en función de las interacciones particulares que establece con el entorno, los adultos y sus iguales. No cabe duda de que tales diferencias hacen difícil la tarea de enseñar, pues no es fácil alcanzar el equilibrio entro lo que debe ser igual para todos los alumnos (en términos de experiencias y contenidos de aprendizaje), para evitar discriminaciones de cualquier tipo, y lo que debe ser individual y diferente para cada cual (de acuerdo con sus particulares capacidades, intereses o motivaciones).

Pero, afortunadamente, los niños también poseen unos atributos que los asemejan a sus iguales (la regularidad en el desarrollo de las capacidades básicas y las leyes que rigen su aprendizaje y por tanto, su desarrollo; los mismos usos, costumbres y tradiciones sociales). Estas características comunes ofrecen al educador un marco general e indispensable para desarrollar una programación razonablemente común para todo el grupo (qué, cómo y cuándo enseñar y evaluar) y hacer factible, en último término, el proceso de enseñanza y aprendizaje del alumnado.

Así pues, se puede concluir que niños y niñas aparentemente iguales en edad cronológica, nivel de desarrollo y situación socio-familiar, tienen características individuales que los diferencian. En una misma situación educativa participarán según sus peculiaridades. Este hecho debe llevar al profesor a mostrarse atento a las indicaciones del niño, “adaptándose” a sus capacidades, preferencias, motivaciones y a planificar las adaptaciones más adecuadas para cada uno, partiendo de la programación que previamente ha establecido, en función de las características comunes de sus alumnos.

Etapas de la Construcción Espontanea de la Lengua Escrita:

.Períodos de construcción de la lengua escrita:

La escritura infantil sigue una línea de evolución regular en la cual se distinguen los niveles de concepción lingüística por los cuales pasan todos los niños en el transcurso del aprendizaje de la lecto escritura:

Pre Silábico:

Los niños al iniciar su proceso de lectura y de escritura tienden a dibuja sobre el papel libremente líneas o rayas que son llamadas grafismos o comúnmente inician su etapa de garabateo. Al escribir el niño empieza haciendo grafías las cuales no están de acuerdo a su contexto sino a su imaginación.

En el nivel pre silábico se reconocen tres etapas tales como : escritura con grafismos no convencionales donde el niño hace grafismos que no corresponden a las letras convencionales del alfabeto y aun al tiempo el niño descubre por medio de textos impresos que los grafismos con letras que hacen parte del alfabeto y es allí donde empieza a introducir en sus textos números y otros símbolos de uso social sin control alguno de su tipo o cantidad.

Escritura de control de cantidad aquí los niños empiezan a confiar sus grafías de acuerdo a la extensión de las palabras que están utilizando .

Silábico:

Se enseñan las vocales enfatizando en la escritura y la lectura. Las consonantes se enseñan respetando su fácil pronunciación, luego se pasa a la formulación de palabras, para que estimule el aprendizaje.

Cada consonantes se combina con las cinco vocales en sílabas directas así: ma, me, mi, mo, mu, etc. Cuando ya se cuenta con varios sílabas se forman palabras y luego se construyen oraciones. Después se combinan las consonantes con las vocales en sílabas inversas así: am, em, im, om, un y con ellas se forman nuevas palabras y oraciones. Después se pasa a las sílabas mixtas, a los diptongos, triptongos y finalmente a las de cuatro letras llamadas complejas.

Con el silabeo se pasa con facilidad a la lectura mecánica, la expresiva y la comprensiva.

Silábico Alfabético:

En esta etapa, en la que el niño suele detenerse por un período extenso, él le adjudica a cada letra el valor de una sílaba; siente que puede escribir con lógica. Puede contar los pedazos sonoros de cada palabra y así reconstruye su propio término, pero se enfrenta de nuevo con la frustración al notar que los otros no entienden lo que escribe. Este conflicto motiva su seguida evolución: descubre que algunas letras poseen valor silábico y otras no. En este momento, el pequeño se encuentra muy cerca de la escritura alfabética, aunque aún le corresponde trabajar un poco más en el análisis de la sonorización y segmentación de la escritura. Así, en tal etapa, puede por ejemplo escribir

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