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LA PRÁCTICA DOCENTE: ¿REESTRUCTURAR O ENCULTURIZAR?


Enviado por   •  4 de Noviembre de 2016  •  Resúmenes  •  1.156 Palabras (5 Páginas)  •  431 Visitas

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LA PRÁCTICA DOCENTE: ¿REESTRUCTURAR O ENCULTURIZAR?

Nos encontramos hoy ante un cruce de caminos: un mundo cambiante, inserto en lo que muchos llaman posmodernidad frente a una escuela producto de otra realidad histórica, la modernidad. A la escuela se le impone entonces re-fundarse y re-significarse a partir de este nuevo escenario cultural.

Desde la perspectiva de un reconstruccionismo social, Liston y Zeichner (1993), plantean que: "La formación del profesorado desempeña un importante papel en relación con la actual crisis de nuestras escuelas y de la sociedad. En contra del punto de vista popular de que los formadores de profesores deberían mantener un tipo de neutralidad política, creemos que todo plan de formación de profesores adopta una postura, implícita al menos, respecto a la forma institucional y al contexto social de la escolarización vigente. Los programas de formación del profesorado pueden servir para introducir a los futuros docentes en la lógica del orden social actual o para promover una situación en la que los futuros profesores sean capaces de ocuparse de la realidad con sentido crítico con el in de mejorarla."

Situándonos desde una perspectiva cultural, todo cambio educativo requiere una consonancia indispensable con la cultura escolar existente, que apunte a intentar apropiarse de significados que promuevan una correcta articulación en vistas a generar condiciones favorables a la nueva cultura de la innovación.

La cultura del centro y del aula es un poderoso actor de socialización que cuenta con muchos agentes: profesores, alumnos, padres, organización del espacio y del tiempo, materiales curriculares, expectativas sociales generales. Todas ellas actúan reforzando la tendencia a la imitación y reproducción del statu quo, para mantener el difícil equilibrio que la institución ha consolidado a lo largo de su existencia.

Es tan fuerte entonces la cultura de la institución de formación docente, transmitida principalmente por los formadores de formadores y los tutores o profesores adscriptores, que algunos futuros docentes se ponen a la defensiva ante posibles sugerencias de análisis o perspectivas críticas.

Aquí se nos plantea una cuestión básica: los cambios se producen más a nivel de los significados para los agentes educativos que en la gestión o implantación propia de los mismos.

El grado de reacción organizativa a un cambio dependerá de la cultura escolar existente, que determinará el grado de éxito o fracaso del mismo. Si pensamos la mejora escolar desde un punto de vista cultural y no gerencialista, el cambio cultural tendrá lugar si se facilitan condiciones y contextos para que puedan desarrollarse las nuevas modalidades de trabajo acordes con los cambios buscados.

La presencia ineluctable de la gramática de la escuela

La gramática de la escuela o cultura organizativa implica un sistema articulador de las prácticas que oficiaría a modo de ADN o código genético de la institución. ¿Qué ha sucedido con las reformas que pretendieron cambiar las regularidades de la gramática de la escuela? No han sido exitosas. Las escuelas cambiaron las reformas y no a la inversa. La escuela adapta, lejos de adoptar los cambios y dado que la cultura de la escuela es eminentemente conservadora, tiende por ende a reproducir una tradición que la torna inerme a toda innovación: docentes del siglo XX, educando a alumnos del siglo XXI con metodologías del siglo XIX.

Las reformas educativas en clave histórica

Las propuestas de "reestructuración escolar" (Elmore y ot.),1990)12 , apuntan a la manera cómo se enseña y cómo se aprende en las instituciones educativas, situando el foco del cambio en un nuevo diseño organizativo de los centros, comprendiendo con esto tanto la estructura interna como los roles.

La "reestructuración" es un término polisémico, que encierra diversos supuestos, muchas veces de naturaleza progresista y otras conservadoras. La reestructuración puede significar tanto descentralización y autonomía como cambios estructurales (liderazgo, nuevos roles de los profesores), planes de gestión basados en el centro, capacitación del profesorado y formación continua en el propio centro, propuestas de trabajo colaborativo o propuestas neoliberales de elección por los clientes. El núcleo de la reestructuración puede estar tanto en el lado estructural (descentralización) como en el desarrollo curricular que promueva un mayor profesionalismo en los profesores.

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