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Sociologia Educativa


Enviado por   •  10 de Abril de 2014  •  2.779 Palabras (12 Páginas)  •  179 Visitas

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EDUCACION Y DESEDUCACION EN EL TRABAJO ESPECIALIZADO

En la lectura podemos encontrar que Gorz, no enfoca la escuela como agente de en su función de selección social. Considera que el control y la selección social se basan en la división del trabajo que separa el quehacer intelectual del quehacer manual, permitiendo que el primero sea monopolizado por una minoría formada por la grande y la pequeña burguesía. Estos pensamientos tienen a mi parecer mucha relación con descrito por Gramsci ya que menciona de nueva cuenta a los intelectuales, aunque Gorz menciona sobre los intelectuales, cuando estos son asalariados, obtienen de sus conocimientos una nueva función de control como intermediarios entre la burguesía y el proletariado, amortiguando el choque entre esas dos clases antagónicas, por lo tanto, los intelectuales, incluyendo en esta categoría a todos los profesionales y a los cuadros de dirección y mando, refuerzan y aseguran el control y la selección del sistema de dominación en la sociedad capitalista; por otra parte, la selección social está garantizada fundamentalmente por la escuela, que origina esta categoría de intelectuales. La función principal de la escuela, aunque disfrazada, es la de reservar “el acceso a la ciencia a quienes están socialmente calificados para ejercer la autoridad y, por lo tanto, a tener una cuota del poder”. Aquí existe una pequeña diferencia con el pensamiento de Gramsci y sobre manera con Durkheim, donde ya no es esa situación de transmisión de conceptos y modos de producción de una generación a otra, existe la intención explicita de los poderes hegemónicos sobre las clases trabajadoras, el de brindar esa ilusión de que estudio es igual a ascensión en las clases sociales, ya que podemos pensar que la escuela da una formación que se traduce en posiciones de prestigio, respetadas y bien remuneradas, los que logran esta formación científica tienen un sentimiento de superioridad y sienten pleno derecho a tener esos status sociales de privilegio, porque “el saber”, en la sociedad capitalista, es un privilegio de la clase dominante, y quienes lo poseen se atribuyen también el derecho de compartir el poder de dominación.

Gorz se pregunta cómo llegamos a participar de esta concepción y responde: “esto se debe a la sencilla razón de que esa es la ciencia que conocemos, ciencia de élite: sólo una ínfima minoría realiza estudios científicos y esto es lo que aprendemos en la escuela. Toda nuestra educación nos ha inculcado que la ciencia está reservada a unos cuantos, y que aquellos que son capaces de aprender son superiores a los demás. La repugnancia a considerarnos trabajadores comunes y corrientes se basa en este postulado: la ciencia es un tipo de habilidad superior, accesible solamente a unos cuantos”. Los métodos de enseñanza y el programa escolar reafirman constantemente la visualización de la ciencia como inaccesible para la mayoría de los alumnos.

Gorz afirma que la ciencia es para las minorías porque fue creada por las clases dominantes para su beneficio, para su desarrollo y para el reforzamiento de su dominación. Es por ello que nuestra sociedad sólo concede etiqueta de ciencia y de científico a los conocimientos y capacidades que son útiles al sistema, y que han sido adquiridos a través de instituciones creadas y reconocidas por la clase dominante, como menciona el mismo el imperativo de la ganancia financiera forjo el concepto de la dominación del hombre sobre la naturaleza, aunque a un costo muy alto.

La institucionalización del sistema de titulación se ha reforzado en el siglo XX, dentro del marco del desarrollo industrial, y la cultura académica considera como anticientíficos al saber que proviene de fuentes no institucionales, no reconocido y no avalado por el título de profesional; al poseedor de ese “saber exótico” porque no tiene un valor en el mercado, y tampoco puede encuadrarse dentro de la división jerárquica del trabajo en la sociedad capitalista, como lo menciona el mismo “Alto lo que ustedes hacen no rinde ganancia y por lo tanto no vale nada”.

Una consecuencia de este pensamiento capitalista, a originado una enseñanza, preocupada por adaptar al trabajador a su tarea en el mínimo de tiempo necesario, Ie ha dado la capacidad para una actividad autónoma mínima. Por temor a formar hombres que, debido al desarrollo "demasiado rico" de sus facultades, se negarían a Ia sumisión disciplinada, a una tarea demasiado estrecha y a Ia jerarquía industrial, se los ha querido amputar desde eI comienzo; se los ha querido competentes pero limitados, activos pero dóciles, inteligentes pero ignorantes de todo lo que desborde su función, incapaces de alzar la mirada de su tarea. En una palabra, se los ha creado especialistas. Se ha eliminado de su formación, y hasta del medio que los rodea, todo aquello que podía permitirles buscar fuera del trabajo la realización de sí mismos que, en su trabajo, les esta prohibido.

En lugar de hacer comprender la praxis creadora que está en el origen de lo que se ha convertido en un saber; en lugar de dar al alumno los medios de dominar sintéticamente un sector del conocimiento, de ubicarlo en sus articulaciones y sus -conexiones con los otros sectores; en lugar de enseñar impulsando a la auto iniciación y al trabajo autónomo de asimilación y de investigación, se obliga a memorizar los resultados terminados de la praxis pasada, separados de su contexto.

LA EDUCACIÓN COMO APARATO IDEOLÓGICO DEL ESTADO: REPRODUCCIÓN DE LAS RELACIONES DE PRODUCCIÓN

Althusser da una interpretación del lugar que ocupa la escuela en la superestructura social., introduce la distinción entre “poder del estado” y “aparatos del estado”.

Los aparatos del estado son de dos categorías: por una parte, los represivos, que funcionan con “violencia” (aunque no necesariamente con violencia física), y por otra, los aparatos ideológicos, que funcionan a base de ideología. Empíricamente los aparatos represivos del estado comprenden al gobierno, la administración, el ejército, la policía, los tribunales, etc., y los aparatos ideológicos son instituciones especializadas como, por ejemplo, el sistema religioso, familiar, escolar, jurídico, político, cultural, informativo, etc.

Todo aparato del estado, ya sea represivo o ideológico, funciona al mismo tiempo con violencia e ideología, pero los aparatos se distinguen por el papel preponderante que adquiere una u otra de estas formas.

Para Althusser, la acción educativa, encarnada en la escuela, viene a ser uno de tantos aparatos ideológicos del estado, porque más que por la coerción (aparatos represivos del

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