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LA CONSTRUCCIÓN SOCIAL DE LA REALIDAD


Enviado por   •  22 de Mayo de 2022  •  Ensayos  •  2.790 Palabras (12 Páginas)  •  81 Visitas

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LA CONSTRUCCIÓN SOCIAL DE LA REALIDAD

Irama Ferrero Martínez

Sociología crítica del conocimiento

Grado en Filosofía

Universidad de Oviedo

La obra que trataré de analizar será La construcción social de la realidad. Esta es una obra escrita por Peter L. Berger y Thomas Luckmann, publicada por primera vez en el año 1966.

Esta obra es pensada como un tratado teórico sistemático en cuanto a la sociología del conocimiento y por ello no constituye un repaso por la historia de esta disciplina. El interés de los autores no es de carácter histórico, pero para poder explicar debidamente lo que ellos entenderán por sociología del conocimiento deberán contraponerlo a la visión que había de esta disciplina hasta el momento con la intención de reflejar en qué difieren ambos planteamientos. Esto se reflejará en la Introducción de la obra. Por otro lado, la argumentación de la obra propiamente dicha, se encontrará en las Secciones II y III. Estas secciones son “La sociedad como realidad objetiva” y “La sociedad como realidad subjetiva”. En la primera de ellas, lo que encontramos son unas nociones básicas en torno a los problemas internos de la sociología del conocimiento, lo que nos será de ayuda para comprender el resto de la obra. En la Sección III encontramos esas nociones aplicadas a la conciencia subjetiva.

Las ideas principales de los autores son la concepción de la realidad como un constructo social y la idea de que la sociología del conocimiento tendrá que analizar la forma en que se lleva a cabo esto mismo.

Tras explicar sus ideas principales, sostienen que las definiciones centrales para explicar su propia concepción de la disciplina serán “realidad” y “conocimiento”. Por un lado, la “realidad” es definida por Berger y Luckmann como “una cualidad propia de los fenómenos que reconocemos como independientes de nuestra propia volición”[1], es decir la realidad sería una propiedad de los fenómenos que es independiente de nuestra capacidad de eliminarlos. Por otro lado, el “conocimiento” sería la certeza de que estos fenómenos existen y son reales, así como las características propias que contienen.

Debemos ser conscientes de que existe una cierta relatividad entre las nociones de conocimiento y realidad, ya que el conocimiento será distinto entre un sujeto y otro, pertenecientes a sociedades distintas, al igual que la realidad que estos perciban. Por ello mismo, lo que tratarán de afirmar Berger y Luckmann es que la sociología del conocimiento debe ocuparse del análisis de la construcción social de la realidad, como el título de la obra indica.

Esta es una idea distinta de lo que se entendía por sociología hasta el momento y para tratar de explicar esto, a lo largo de la introducción de la obra se hace un repaso muy breve de la historia de la sociología del conocimiento, pero solamente para comprender por qué difieren ambas concepciones de la disciplina. Hacen un breve resumen a los inicios de la sociología de conocimiento explicando a Scheler y a Mannheim, así como las tres corrientes que conforman los antecedentes de la sociología del conocimiento, siendo estas: la historicista, la nietzscheana y la marxista.

De todas formas, hemos de reconocer que existió un acuerdo general en cuanto a la idea de qué debía ocuparse la sociología del conocimiento. Esta debía ocuparse de la relación entre el pensamiento y la sociedad en que este pensamiento tiene lugar o se origina. Esto les parecerá totalmente desafortunado a Berger y Luckhann, quienes creen que es mejor excluir todos los dilemas epistemológicos y metodológicos. Así, creerán que sebe ocuparse de la realidad que la gente conoce a lo largo de su vida cotidiana, y para ello se apoyarán en la fenomenología de Alfred Schutz, quien ya era consciente de que la sociología del conocimiento debía ser redefinida.

En el primer capítulo, Los fundamentos del conocimiento en la vida cotidiana, Berger y Luckmann se centran en el conocimiento empírico de la sociología del conocimiento y mantendrán que este se obtiene mediante el estudio de la vida cotidiana, siendo esta una realidad interpretada por los individuos contando con subjetividad. De este modo, le conceden cierta importancia a la conciencia, ya que entienden que este es un mundo que se origina en los pensamientos y acciones, lo que es una base sobre la que se construye lo real. Además, la conciencia siempre tiende a un fin, se dirige a un objeto y puede incluso moverse en distintas esferas de realidad, como el sueño o la vigilia.

En estas distintas realidades, habrá una que los autores definan como “la suprema realidad”[2]. Esta realidad sería la realidad de la vida cotidiana. Esto se debe a que en esta esfera de la realidad la conciencia se impone en su totalidad. La vida cotidiana se presenta con objetividad en la conciencia, ya que estas se presentan de forma anterior a la existencia de mi o de mi conciencia y se articulan mediante un lenguaje ya constituido.

Berger y Luckmann dividen la vida cotidiana en dos secciones distintas, los aspectos que se aprehenden por rutina y otros que conceden cierta serie de problemáticas. Los problemas a los que enfrentarse son aquellos conocimientos que aún no han sido incluidos en la rutina. De este modo, la vida cotidiana se ve enriquecida. Un ejemplo de esto mismo podría ser este ensayo. A través de este ensayo se cumple una de mis rutinas que sería estudiar las asignaturas del grado en Filosofía, pero para enfrentarme a la realización de este trabajo, me he topado con la necesidad de introducirme el mundo problemático de la teoría de Berger y Luckmann. De este modo, tras enfrentarme a la problemática, estos conocimientos serán incluidos en mi rutina y mi vida cotidiana se verá enriquecida, y cuando esto sucede “la realidad de la vida cotidiana busca integrar el sector problemático dentro de lo que ya no es problemático.”[3]

Otro factor importante de la conciencia es el hecho de que cuenta con espacio y temporalidad. Mi biografía no podría ser la que es sin espacio ni tiempo, ya que el espacio en que te relaciones, así como el tiempo, marcará tu conciencia y, de esta forma, la realidad.

Esta realidad puede ser compartida mediante el denominado “cara a cara”, es decir con la interacción social. Las subjetividades de ambos individuos son compartidas al otro mediante una serie de síntomas, pero debemos tener en cuenta que nunca podremos conocer completamente la subjetividad de otro, solamente aproximarnos a ella.  

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