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La Publicidad En La Televisión Limeña Y La Imagen De La Mujer Estereotipada Según Sus Roles

lavy132919 de Abril de 2015

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1. Tema: “La publicidad en la televisión limeña y la imagen de la mujer estereotipada según sus roles

2. Problema:

El meollo en la publicidad en la televisión Limeña de la imagen estereotipada de la mujer según sus roles radica en un fuerte trasfondo patriarcal en nuestra sociedad, ya que el hombre tiene que mostrar su masculinidad, mientras que la mujer no, en la mujer está todo implícito y es por esto que al hacer ver a la mujer de forma inferior es como ellos refuerzan su superioridad, su dominio, mientras que la mujer queda relegada a los roles menos empoderados de la sociedad, ya sea como objeto decorativo, rol doméstico, etc. Esto no ocurre en todos los casos, no es una generalidad, pero si hay un predominio en el tema, que hasta las propias mujeres han adoptado esta mentalidad patriarcal y la cadena se sigue dando, porque ellas crían a sus hijos con esa misma mentalidad, aunque cabe decir, cada vez menos.

1. ¿Por qué se utiliza a la mujer para estos distintos roles y no al hombre?

2. ¿Por qué a pesar que existen grupos de feministas se sigue dando este tema?

3. Hipótesis

“La publicidad peruana fomenta la idea de que el propósito de la mujer es la de satisfacer las necesidades del hombre”

4. Marco teórico:

A. Consideraciones básicas del texto de Marfil Francke Ballvé.

Según Marfil Francke, a pesar de los organismos que existen para la mujer, las leyes en contra de la violencia de esta misma, así como los esfuerzos que se han realizado para obtener la igualdad de ambos géneros y si bien han habido notables avances con respecto al tema, al parecer se ha llegado a tocar techo. Ha crecido considerablemente el número de mujeres que ocupan un espacio en lo político tanto como en lo público, sin embargo no ha sido suficiente, ya que aún no están presentes de la misma manera que los hombres, “ Se ha abierto un lugar que antes no había, sí, pero sigue siendo eso: “el lugar de las mujeres ” ” (Francke, p. 173).

Los medios de comunicación como la radio y la televisión son responsables en varios casos de reforzar la idea de roles o estereotipos que tenemos y además llegan a muchos lugares de nuestro país, incluídos los más pobres. Las mujeres en un 80% son protagonistas de avisos publicitarios, no tanto así figuran con un 20% en noticias, en las que solo son mencionadas cuando se trata de crímenes pasionales o el mundo del espectáculo, en el caso del Perú, la publicidad muestra el cuerpo de la mujer como objeto de deseo y símbolo sexual, mientras que para las labores de reproducción y cuidado doméstico se le muestra como más apta que el hombre. La publicidad en el Perú no solamente es sexista, sino también racista y discriminatoria, al igual que en nuestra música popular, mientras que en el cine y el teatro cada vez más se ven los intentos por no mostrar estos estereotipos, pero estos medios no tienen la misma llegada al público que la radio y la televisión. “ Las consecuencias son de trascendencia. Puesto que las identidades de género no se construyen independientemente de las identidades étnicas y de clase, estos mensajes e imágenes alimentan y refuerzan las diferencias y distancias que separan a las mujeres de una y otra condición socioeconómica y origen étnico e influyen en el repertorio de relaciones que los diversos grupos que integran la población peruana pueden imaginarse estableciendo entre sí “ (Francke, p. 176).

Las mujeres acceden cada vez más a la educación formal, tanto es así que en algunos casos ya se ha alcanzando la paridad en el porcentaje de niñas y adolescentes que asisten a la escuela primaria y secundaria respectivamente, aún así esta paridad no se ha alcanzado todavía en las universidades, no obstante el porcentaje mayor en graduados y titulados le corresponde a las mujeres. A pesar de los avances educativos, esta brecha entre hombres y mujeres se mantiene en lo que respecta a la alfabetización, doblando el porcentaje en el área rural, ya que en estos lugares le dan prioridad a otras actividades en el caso de las mujeres.

En el ámbito de la salud reproductiva se han violado los derechos de las mujeres con menos recursos, ya que en muchos casos cuando han acudido al centro de salud más cercano, se les ha practicado la esterilización sin su consentimiento, dejándolas incompletas como ellas mismas dicen sentirse. Esta medida fue tomada para evitar que las mujeres tengan demasiados hijos y porque al dar a luz muchas de ellas morían como consecuencia de la poca asistencia que se les presta en esta área. En las escuelas no se enseña educación sexual, ni los docentes están capacitados para hacerlo y muchos de los nacimientos no deseados se da en adolescentes que se han iniciado sexualmente antes de los 15 años. “ No es de extrañar por tanto que uno de cada diez adolescentes esté embarazada o ya tenga al menos un hijo. Lo que si extraña es que no se hayan logrado mayores cambios en quince años: en 1991, 11% de las adolescentes estaban embarazadas; en 2000, 13%; en 2006, 12.2% (ENDES 1991-1992, 2004-2006) “ (Francke, p. 182). Así mismo, hay desabastecimiento de los métodos anticonceptivos que eran más usados por las mujeres y el desabastecimiento es todavía más prolongado en las zonas rurales, por otro lado el tema de la píldora del día siguiente es muy controversial y después de una prolongada campaña organizada por mujeres, se logró el derecho de las mujeres peruanas para que reciban la información necesaria y se les abastezca la píldora gratuitamente.

En el Perú el acceso al campo laboral sigue siendo desigual para las mujeres, aún no logran trabajos bien remunerados, con seguro social y pensiones, peor aún que haciendo el mismo trabajo que hace un hombre no consiguen tener el mismo sueldo y tampoco se reconoce el trabajo que hacen en el hogar, que al encargarse y caer toda la responsabilidad del quehacer en ellas, no pueden desarrollarse en otro tipo de actividad. A pesar del crecimiento en el que se encuentra el país, no ha contribuido a que las mujeres encuentren empleos de calidad y aunque si ha disminuido el desempleo en Lima y en otras regiones, la taza más elevada es todavía para las mujeres. Es por eso que se registran altos índices de mujeres que se dedican al empleo informal y a las microempresas, aunque en ninguno de estos casos tienen seguro y las horas de trabajo son extensas. Las ocupaciones más frecuentes que tienen son las relacionadas a los servicios, tales como recepcionista, mesera y cajera, muy pocas trabajan en el sector industrial y además son de bajos ingresos. La mujer de hoy en día colabora considerablemente con los gastos del hogar y sin este ingreso se incrementarían los hogares pobres en el Perú. Por otro lado, las mujeres que trabajan como empleadas domésticas en la mayoría de casos no cuentan con seguro social, ya que depende de su empleador si cuentan con este o no, tampoco cuentan con el día de descanso que les correspondería por la jornada laboral, por el hecho de vivir dentro de esta casa.

Así también, las mujeres sufren maltrato tanto físico como psicológico y en la mayoría de casos este se da dentro del hogar, aunque esto no se puede medir fácilmente por ser un tema a puerta cerrada y el cual muchas mujeres ocultan, ya sea por temor o por vergüenza. En un estudio realizado recientemente en Lima y Cuzco los resultados arrojaron que una de cada cinco mujeres dijeron haber sufrido abusos sexuales durante su infancia, en el que el principal agresor era algún miembro masculino de su familia. En el Perú el 93% de las víctimas sexuales son mujeres. Del mismo modo este mismo estudio muestra que la mitad de mujeres peruanas que han convivido con sus parejas han sido golpeadas alguna vez por estos personajes. Este maltrato se ha convertido en un hábito con graves consecuencias, siendo esto considerado un problema de salud pública. Algunas de estas consecuencias son: discapacidad, depresión, ansiedad, desórdenes alimentarios, sida, entre otros y cabe mencionar que algunos de estos agresores quieren conscientemente causar la muerte de estas mujeres, “el <feminicidio> es la forma extrema e irreparable de violencia directa contra la mujer “ ( Francke, p. 193). La primera Comisaria de la mujer se creó en 1998, pero aún así estos crímenes siguen ocurriendo sin un justo castigo.

En el ámbito político las mujeres todavía no figuran con fuerza, a pesar que la cifra se ha ido incrementando a través de los años. Alrededor de un millón de peruanos que en su mayoría son mujeres no cuentan con el documento nacional de identidad (DNI) el cual formaliza la condición de ciudadanos y sin el cual no tenemos derecho a elegir o ser elegidos. Para las elecciones que se realizan en el país se han exigido las cuotas de género en las listas y aunque ha sido un logro conseguirlo, esto aún no es suficiente para lograr la equidad. En el 2001 fue elegida para el Congreso una campesina indígena por primera vez, su gestión fue tan igual que la de los demás congresistas, sin embargo fue blanco de críticas y burlas por parte de ellos y de la prensa, solo por su condición de pobre, indígena y mujer. El Estado cuenta con las herramientas necesarias como para promover la equidad de género, como la Ley de Igualdad de Oportunidades entre Hombres y Mujeres y el Plan Nacional de Derechos Humanos, pero los encargados que han estado en el gobierno no se han encargado de esto, recayendo así la responsabilidad de que esto se cumpla en los movimientos feministas, el cual es muy débil y poco articulado con el grueso de la población femenina.

Durante la década de los 80 y 90 muchos peruanos

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