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Ensayo Tradicional


Enviado por   •  8 de Abril de 2013  •  2.211 Palabras (9 Páginas)  •  446 Visitas

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ENSAYO DE CORRIENTES PEDAGOGICAS

INTRODUCCIÓN

En el presente trabajo abordaré los modelos pedagógicos, que trabajamos a lo largo del 2º semestre en la maestría en pedagogía. Siendo éstos el tradicional, la escuela nueva, escuela tecnocrática y por último la pedagogía institucional.

El libro de la Cuestión Escolar, del autor Jesús Palacios, nos muestra como al paso de la historia se han dado diversas corrientes educativas, haciendo mención de autores que han protagonizado cada una de ellas, informando lo que cada teórico aporta a la educación, desde estrategias, recomendaciones, cambios, con un el solo fin de que el niño se apropie del conocimiento de una manera integral.

La evolución de la escuela a través del tiempo, ha dependido sobretodo de la economía prevaleciente en distintas etapas de la historia, y por ende del avance en la tecnología, con el solo objetivo, de que el se humano, se apropie del conocimiento.

Mientras en una época determinada, se pensaba que el ser humano debía dedicar su pensamiento y acciones a un ser supremo, en otras se considera al hombre en tanto que posee intereses, emociones, deseos de cambiar y mejorar las condiciones de vida existentes, coincidiendo la mayoría de personajes que hablan de educación que ésta es la solución.

Es interesante ver, como hasta nuestros días prevalece la Escuela Tradicional, a pesar de los esfuerzos de innumerables teóricos en educación, psicología, sociología, política y demás disciplinas que apoyan a la pedagogía. Trabajo que no es sencillo, pero sin embargo esta al alcance de todo docente, padre de familia o quien se interese por la educación.

LA ESCUELA TRADICIONAL.

Partiendo de que un modelo pedagógico es una construcción teórica que fundamenta, diseña y ajusta la necesidad de la educación en un momento histórico, cada uno de los modelos pedagógicos muestra las maneras de pensar y lo que se intentaba lograr en los educandos. La escuela tradicional desde el siglo XVI-XVII, impartida por los jesuitas, poseía las características de formación del carácter, su método, transmitir el conocimiento, desarrollar las cualidades a través de la disciplina, Snyders relata que.

El papel del interesado es el de instaurar un universo pedagógico, un universo que será solo pedagógico, y que estará marcado por dos rasgos esenciales: separación del mundo y, en el interior de este recinto reservado, vigilancia constante, ininterrumpida, del alumno.[1]

Impartida la educación en internados que ofrecían a la juventud una vida metódica, lejos de las turbulencias y problemas de la época y de la edad. La evaluación percibida de manera cuantitativa se realizaba generalmente al final del periodo, para ver si el aprendizaje se produjo y con ello decidir si el alumno podía ser promovido al siguiente nivel. Caracterizada por exposición verbal del docente, protagonista de la enseñanza, reproductor de saberes, severo, exigente, rígido y autoritario, y la enseñanza del Latín. Por su parte el alumno, es receptivo, memorístico, atento, copista, quien llega vacio de conocimientos.

Mesnard estudió a fondo la pedagogía de los jesuitas entre los años 1550 y 1750 y expresa que.

El fin que los jesuitas se proponen es lanzar, a la salida del colegio, unos jóvenes cultivados que posean a fondo lo que Montaigne y Pascal llaman "el arte de disertar", esto es, capaces de sostener en sociedad una discusión brillante y concisa acerca de los temas relativos a la condición humana, y todo ello para provecho de la vida social y como defensa e ilustración de la religión cristiana.[2]

Definitivamente la época histórica estaba regida por la religión, la enseñanza del idioma latín era necesario, para que todo individuo escuchara y entendiera una misa en tal idioma, eran los intereses mayúsculos del gobierno, y una manera de tener al hombre alienado y por ende controlado. Sin embargo para el siglo XVII, aparece la pedagogía de Comenio, con su método y orden quien adopta parte de la escuela tradicional, anexándole puntos que no tomaban en cuenta los jesuitas, como la escuela materna, el juego y la exploración aunado a la experiencia con la naturaleza, realizó varios manuales para enseñar el latín, a partir de lo que el niño maneja en su contexto, la Didáctica Magna de Comenio, fue una obra excepcional, algo así como una guía a seguir para quien quisiera enseñar todo a todos.

A finales del siglo XIX, nace un movimiento de renovación pedagógica conocido como Escuela Nueva, surge como reacción a la escuela tradicional. Envuelta en innumerables críticas en la cual se manifiesta la necesidad de enseñar de otra manera, aprovechando la curiosidad del niño, empleando una instrucción distinta a la existente, partiendo de los intereses del niño, en los estatutos de la liga de 1921, la orientación del nuevo modelo pedagógico, es.

Preparar al niño para el triunfo del espíritu sobre la materia, respetar y desarrollar la personalidad del niño, formar el carácter y desarrollar los atractivos intelectuales, artísticos y sociales propios del niño, en particular mediante el trabajo manual, y la organización de una disciplina personal libremente aceptada y el desarrollo del espíritu de cooperación, la coeducación y la preparación del futuro ciudadano, de un hombre consciente de la dignidad de todo ser humano.[3]

Lo que persigue esta corriente pedagógica es enfatizar la significación del aprendizaje, el valor y la dignidad de la infancia, centrarse en los intereses espontáneos del niño, potenciar su actividad, libertad y autonomía, dejar a un lado cuestiones religiosas, y con todo ello que el niño sea el centro de la educación y no el docente.

La Escuela Nueva, ve el periodo de la infancia como una edad en la vida que tiene su funcionalidad y finalidad y que se rige por leyes propias y sometidas a necesidades particulares, debiendo orientarse al presente, para garantizar una infancia feliz, que el niño vea a la escuela no como una preparación para la vida, sino la vida misma, por lo que el niño debe ser libre y debe vivir en un ambiente educativo de libertad.

La relación del niño-maestro se modifica, ya que el docente no es autoritario, se maneja la solidaridad y la cooperación, el ejemplo del profesor funciona mejor que la palabra.

Sus principales representantes, Jhon Dewey, Ovide Decroly, María Montessori, Celestin Freinet y Henry Wallon entre otros.

Para mediados del siglo XX, años sesentas, setentas se plantea la escuela tecnocrática,

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