Martes con mi viejo profesor

MARTES CON MI VIEJO PROFESOR

Martes con mi viejo profesor es un libro que me cautivo desde  el comienzo y fue envolviéndome conforme lo seguía leyendo; pues narra cómo es la vida del profesor Morrie, después de enterarse de que padecía una enfermedad incurable, pero más que hacernos saber cómo vive un enfermo sus últimos años, meses o días de su existencia, nos enseña a ver la vida desde otra perspectiva y el valor de las cosas que realmente son importantes en nuestras vidas y que a veces por la cultura o rapidez con la que vivimos el día a día, no nos damos cuenta de estas mismas y de lo afortunados que somos de poder estar un día mas en este trayecto que se llama vida.

Por eso mismo he elegido 7 capítulos del libro, puesto que en lo personal han removido ciertas situaciones del pasado o tocaron temas que en mi persona causan cierta incomodidad, es por esto que quiero compartir como al termino de leer el libro mi perspectiva con algunos temas ha cambiado, con otros mis ideas se han reforzado y que aprendizaje me dejo “Martes con mi viejo profesor”.

El duodécimo martes: HABLAMOS DEL PERDÓN

¿Cuántas veces hemos escuchado o nosotros mismos hemos sido protagonistas de esta expresión “perdono, pero no olvido”? o de frases como “quien me la hace me la paga”, “Ojala que su karma lo alcance pronto” o “la venganza es un plato que se sirve frio”, entre otras muchas frases que dejan ver que no somos consientes de que el perdonar es una necesidad real que tenemos, pero que  no la cubrimos puesto que nuestra cultura se ha encargado de enseñarnos que el perdonar y pedir perdón en vez de ser un valor del que carecemos mucho es sinónimo de debilidad y de que dejaremos que nos vuelvan a lastimar o de que estamos minimizando el dolor que nos han provocado o hemos provocado y por consecuente vamos por la vida cargando con enojo, frustración, venganza, tristeza y rencor;  pero es que también es muy cierto que cuando hablamos de perdón, nos preguntamos ¿Cómo hacerlo? Y es que debido a las ideas erróneas que se tienen acerca del perdón no podemos concederlo ni concedérnoslo a nosotros mismos. Después de pasar por ciertas situaciones en mi vida donde me encontraba con enojo hacia las personas que en su momento hicieron o dijeron cosas que me llegaron a lastimar o que incluso yo llegue a dañar y por las cuales yo estaba de mal humor y siendo grosera con estas mismas, llego un día en el que me canse de sentirme así llegue a cuestionarme ¿que sentido tenía gastar energía y tiempo en cosas del pasado?  También tuve claro que las personas que se pierden en la rabia, la culpa y la venganza se estancan emocionalmente, se me hizo evidente que si lo que pretendía era ayudarme a mi misma y ayudar a los demás a sanar, el perdón tenía que ser parte integral de este proceso.  

Hoy puedo describir que he aprendido que el perdonar es necesario, necesario para mí y mi bienestar, pues tengo claro que las personas que perdonamos disfrutamos realmente la vida.

Por último puedo rescatar que al leer este capítulo del relato “martes con mi viejo profesor” recordé y agradecí a las personas que han desencadenado en mi el enojo, dándome así la oportunidad de perdonar y de afrontar el  desafío de perdonarme a mí misma.

        El décimo martes: HABLAMOS DEL MATRIMONIO        

“Mereces mi respeto, conoces mis defectos y mis debilidades, mis dudas, mis errores, mis malos ratos y aun así decides estar conmigo, valoro tu presencia y valoro el amor que me das” quise empezar este escrito con esta frase por dos razones, la primera razón es porque se asemeja a la idea que tengo acerca del matrimonio o amor en pareja y la segunda es porque mientras leía este capítulo no pude evitar pensar en que hoy en día hablamos de política, del incremento de la violencia, de las devaluaciones de México, sin embargo pienso que existe otra devaluación que está afectando  a nuestra sociedad, “ el miedo al matrimonio”; y es que hoy nos expresamos con tanta frivolidad del amor en pareja o del matrimonio que hemos abandonado la idea de que esta unión de amor y compromiso puede llegar a ser nuestro entorno de compañía, confianza, de unidad, de solidaridad y de reto.

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