Resumen Que Paso En La Educacion Argentina Adriana Puiggros
maria2amalia31 de Octubre de 2014
9.088 Palabras (37 Páginas)33.754 Visitas
QUÉ PASO EN LA EDUCACIÓN ARGENTINA
(RESUMEN)
CULTURA Y EDUCACIÓN EN LA COLONIA
Los shamanes guaraníes educaban sistemáticamente, aunque no llegaron a institucionalizar la función educativa como los aztecas en los calmécac y los telpochcalli o templos-escuela y como los incas en los ayllus.
Alrededor de 1480 los incas llegaron al noroeste argentino y produjeron grandes transformaciones: cambiaron el lugar de residencia de pueblos enteros para garantizar su sometimiento desorganizando profundamente su cultura; establecieron una nueva disciplina de trabajo para los agricultores ceramistas de la zona; introdujeron pautas de planeamiento económico y avances tecnológicos.
Los incas, los conquistadores y los misioneros usaron el quechua como lengua franca y la impusieron a los pueblos conquistados.
Los conquistados siguieron transmitiendo a sus hijos pedazos de tradiciones resistentes mediante relatos, las costumbres y las creencias, pero la huella pedagógica que dejaron los incas fue definitiva.
En el norte, el emperador azteca Moctezuma Ilhuicamina realizaba una reforma que instauraba un sistema de escuelas muy vinculado a la reproducción de las divisiones sociales. Las preocupaciones de los aztecas por institucionalizar la educación, lo mismo que la de los incas, se referían a las clases dirigentes.
No se perfila la figura del educador diferenciada del sacerdote, pero los contenidos que se programan trascienden la formación religiosa para internarse en la política, el arte de la guerra, la ciencia y la tecnología.
Los incas creían el pachacuti, que se refería a la transformación que se producía al terminar un ciclo de 500 años, momento en el cual se volvía el mundo al revés.
Los europeos no incorporaron ni el arte, ni la axiología, ni los conocimientos científicos, ni las costumbres de los americanos. Las etnias que sobrevivieron se adaptaron parcialmente a la cultura hispánica, mientras sus shamanes y sus amautas seguían enseñando sus conocimientos medicinales, lo bueno y lo malo, los oficios artesanales y algunos restos de sus derrotadas religiones.
Los españoles instauraron a sí mismos como los únicos con derecho a educar, tarea que identificaban con la evangelización. No solamente consideraban a la hispánica una cultura superior, sino la única formación digna de tal nombre. Sentían que era un deber imponerse a los indígenas, como habían hecho los moros y los judíos.
Desde el punto de vista pedagógico, un documento fundamental es el Requerimiento de Conminación a los indios que escribió en 1513 el jurista de la Corona Palacios Rubio y rigió hasta 1542.La relación pedagógica entre americanos y españoles se establecía como una relación de dominación. Aceptar educarse en la cultura dominante y bajo la ley del dominador era condición para conservar derechos elementales.
El profesor de la Universidad de Salamanca y teólogo Francisco de Vitoria, no concebía que los indios pudieran enseñar a los españoles o que se difundiese en Europa el Popol Vuh, el libro sagrado de los mayas. Pero en su obra De Indis concluyó que los verdaderos dueños del Nuevo Continente eran los indios.
En 1550 El dominico Fray Bartolomé de las Casas mantenía que los cristianos tenían el deber de evangelizarlos mediante una relación profundamente pedagógica.
Evangelizar era un deber de los colonizadores.
Las órdenes religiosas encaraban una tarea inédita: proporcionar una educación masiva y homogeneizadora, que resultó ser la experiencia precursora del sistema educativo moderno.
Los siglos XVI, XVII y XVIII fueron siglos de vaciamiento de América Latina: despojo de riquezas, de población, de culturas. Desde el punto de vista educacional, esta segunda etapa estuvo marcada por la decisión de imponer la doctrina cristiana en gran escala, a la vez que lograr la domesticación de los indios como mano de obra.
En 1552 fue la Junta de prelados de Lima la que recomendó enseñar a leer, escribir y contar, además del catecismo.
Se funda la Universidad de Lima que recibió en 1574 el título de Real y Pontificia Universidad de San Marcos. Se transforma definitivamente en universidad en 1634.
La Universidad de San Marcos –así como la de México, fundada en 1551- fueron renuentes a las innovaciones y se enrolaron en el pensamiento de la Contrarreforma. Se dedicaron a mantener la fe y a contribuir a la formación de las jerarquías sociales.
Las escuelas para el pueblo enseñaban las primeras letras y evangelizaban, en tanto las universidades transmitían los saberes cultos. Las primeras ligaban toda la educación al aprendizaje de los elementos de la religión católica y su culto. Sólo en excepcionales casos, como en las misiones jesuíticas, se enseñaba a trabajar formando artesanos y agricultores. En las universidades se formaban los dirigentes políticos y religiosos. Netamente escolásticos, los planes daban prioridad a la teología y el derecho.
Fundación del Virreinato de la Plata en 1776 y expulsión de los jesuitas en 1767.
En 1780, en Córdoba, el obispo José Antonio de San Alberto comenzó a formar a los curas como docentes.
San Alberto, un hombre vinculado a los intereses del Estado español, había comprendido el concepto de espacio público y el papel que tenía la educación en la modernidad, y quería levantar un dique contra el avance del liberalismo.
La economía, las ciencias exactas, físicas y naturales, el dibujo y las lenguas vivas, llegaron a las universidades latinoamericanas en la época de la Ilustración, pero quedaron allí encerradas.
LA FORMACIÓN DEL SUJETO INDEPENDIENTE
Fray José Antonio de San Alberto estableció censura de algunos libros, pero su secretario, el canónigo Matías Terrazas, tenía una de las mejores bibliotecas de la ciudad de Chuquisaca.
En 1800 llegó a Charcas Mariano Moreno, quien se alojó en la casa de Terrazas para estudiar derecho en la Real y Pontificia Universidad de Chuquisaca. Lo conflictuó profundamente la polémica sobre los “justos títulos” y se detuvo a analizar el derecho indiano.
Manuel Belgrano fue nombrado secretario del Consulado de Comercio de Buenos Aires en 1793, y creó las escuelas de náutica y minería. Siendo vocal de la Primera Junta Patria, fundó la Escuela de Matemáticas, para formar técnicos en el campo de las ingenierías. Belgrano dictó un Reglamento para las escuelas del Norte. En él se determinaba que los establecimientos debían ser estatales y administrados por los Ayuntamientos. Entendía que la educación pública era condición para tener una sociedad independiente. En el Reglamento se limitaba el autoritarismo pedagógico colonial, al mismo tiempo que se introducción elementos de control de las conductas que muchas décadas después desarrollarían los pedagogos positivistas.
El conocido enfrentamiento entre Cornelio Saavedra y Mariano Moreno se reflejó también en distintas opciones pedagógicas. El primero prefería la concepción colonial, el segundo abría las puertas a la educación de ciudadanos modernos y democráticos.
Saavedra y Moreno tenían posiciones diferentes sobre los derechos de los indios, sobre el alcance de la liberación de España, sobre el uso de la prensa y sobre los contenidos de la educación.
El liberalismo en educación no tuvo un discurso único en la pedagogía latinoamericana:
• Pedagogía liberal radicalizada: sostenía la educación del pueblo como base de un sistema educativo progresista para naciones libres.
• Educación federalista popular con elementos liberales: Quisieron desarrollar una educación moderna apoyándose en la participación de la sociedad civil y en la cultura de los pueblos.
• Pedagogía de la generación liberal de 1837: Rechazaba la herencia hispánica y propugnaba la europeización de la cultura y la adopción del modelo educativo norteamericano.
• Pedagogía liberal oligárquica: Querían modernizar el sistema, importando la estructura y la ideología más elitista de la experiencia educativa francesa.
• Pedagogía tradicionalista colonial anti-independentista: Era el viejo bloque pedagógico, que defendía la educación colonial-clerical y rechazaba la educación de los indios y mestizos.
A comienzos de siglo XIX, el sistema escolar moderno estaba todavía en germen. En Francia la sociedad no había terminado de concebirlo y aún tenía un gran poder la vieja estructura educativa tradicional, que se apoyaba en la Iglesia y en la familia. Pero la burguesía, que era la clase social pujante, necesitaba contar con intelectuales, profesionales y educadores que difundieran la cultura del progreso.
Era necesario institucionalizar las experiencias de enseñanza-aprendizaje que formaban a los ciudadanos sobre la base de las categorías centrales de la ideología moderna: individuo, razón y progreso.
La estructura del vínculo pedagógico siguió el modelo de la evangelización: los conocimientos adquiridos por los alumnos en su comunidad eran descalificados y en cambio se les exigía una fe plena hacia las verdades que les transmitía la escuela, sin mayor explicación.
La Asamblea Constituyente del año 1813 abolió los castigos corporales en los establecimientos educativos.
Aparecen ideologías pedagógicas contrapuestas: la tradicionalista y la liberal. Facundo Quiroga y Juan Manuel de Rosas, representantes de la primera, sostenían la estructura educativa colonial. Artigas (Uruguay), Bustos (Córdoba), López (Santa
...