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CENSURA EN LAS ESCUELAS DICTADURA


Enviado por   •  16 de Junio de 2015  •  1.525 Palabras (7 Páginas)  •  218 Visitas

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La educación fue un punto neurálgico para la aplicación de la represión. Esa coerción de la que fue objeto se vio respaldada por tres leyes educativas fundamentales en las que se basaban para declarar la prescindibilidad de docentes: 21.260 (Empleados públicos. Autorización para dar de baja por razones de seguridad al personal vinculado a actividades de carácter subversivo o disociador. B.O. 26/3/76), 21.274 (Empleados públicos. Régimen transitorio de prescindibilidad. B.O. 21/4/76) y 21.381 (Enseñanza privada. Autorización para declarar inhabilitado para desempeñarse en establecimientos privados al personal dado de baja por aplicación de la ley 21.260. B.O. 19/8/76). Estas leyes fueron lo suficientemente ambiguas y difusas como para lograr en los actores educativos la sensación constante de estar en falta, motivando la permanente autocensura. Cualquiera podía ser «potencial subversivo» según la forma en que las autoridades calificaran sus actos. En este contexto se aplicó la «prescindibilidad» a muchos docentes (tanto de nivel primario, secundario, terciario y universitario), se expulsó a alumnos que no cumplían con las reglamentaciones y se reformaron planes de estudio.5 Además, claro, de la desaparición de tantos.

Uno de los documentos centrales para entender el accionar de la dictadura en el ámbito educativo, es aquel conocido como «Díaz Bessone» (tal era el nombre del funcionario, general retirado, que lo preparó: Ramón Genaro Díaz Bessone). Fue distribuido por el Ministerio de Educación en los establecimientos de los distintos niveles educativos entre los años 1977 y 1978. Este folleto lleva por título «Subversión en el ámbito educativo. Conozcamos a nuestro enemigo»; y su objetivo era «erradicar la subversión en todas sus formas» tanto en el ámbito de las escuelas secundarias y terciarias como en las universidades. Se impartían consejos para reconocer a aquellos docentes y no docentes comprometidos con la causa marxista, como así también a quienes por amistad o simpatía ideológica colaboraban con la misma. En este documento también se le daba importancia a la bibliografía, al material didáctico que el docente utilizaba y a la literatura infantil. En su presentación se lee:

Gramsci (1974) supera a mi entender la visión de Althusser en el aspecto de considerar a losintelectuales (en sentido amplísimo, es decir, docentes, sindicalistas, estudiantes) con posibilidad de ser “orgánicos” a su clase, lo cual llevaría a que en las fábricas, las escuelas y las universidades se gestara un bloque contra-hegemónico. Precisamente esa es la lectura que hacen los dictadores para obrar en consecuencia: “desaparición” masiva de obreras, obreros y estudiantes más represión extrema en el ámbito de la cultura: no sólo el ataque a los cuerpos, sino también a las ideas de esta “gente” demasiado peligrosa para el sistema.

El ya mencionado folleto del Ministerio de Educación Subversión en el ámbito educativo (conozcamos a nuestro enemigo) se distribuye en las escuelas durante 1977 y es de difusión obligatoria entre los docentes. El mismo manifiesta claramente lo anteriormente sostenido, aseverando:

“Es en la educación donde hay que actuar con claridad y energía para arrancar la raíz de la subversión, demostrando a los estudiantes la falsedad de las concepciones y doctrinas que durante tantos años, en mayor o menor grado les fueron inculcados. En esta alternativa, la incesante búsqueda del ser nacional y la lucha sin tregua por conservar su conciencia, no reconoce final”[2].

“los educadores, mas que cualquier otro sector de la ciudadanía, no pueden desoírlo, antes bien se impone como una misión a cumplir.”[3].

“A los educadores les cabe el calificativo de ‘custodios de nuestra soberanía ideológica

Militarización del sistema educativo

Según Kaufmann y Doval (1997), en este período hay un proceso de cerrazón dogmática y verticalismo autoritario que se traduce no sólo en la inclusión de militares en espacios tradicionalmente ocupados por civiles sino también la introyección y expansión de prácticas autoritarias en los ámbitos educacionales, las cuales permean y fisuran el tejido de la sociedad argentina durante y aún después de agotada la dictadura cívico-militar. Los aspectos salientes de esta época, según las autoras, son los siguientes:

1. Obstaculización del contacto de la comunidad y su problemática con el ámbito educacional

2. Restricción de los mecanismos de participación democrática entre los sujetos del proceso educativo

3. Distanciamiento y aislamiento institucional que profundizó las divisiones ente la cultura escolar y la cultura extraescolar

4. Transferencia por decreto de los servicios nacionales de educación básica, claro precedente de las transferencias de servicios educativos dentro del plan de descentralización del neoconservadurismo (menemato)

5. Imposición del modelo educativo personalista, y de un estilo de educación personalizada, en la formación y perfeccionamiento docente. Modelo este que concibe al hombre

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