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¿CUÁLES HAN SIDO LOS COSTOS DE LA VIOLENCIA (1940s y 50s) PARA COLOMBIA?


Enviado por   •  11 de Mayo de 2021  •  Trabajos  •  4.831 Palabras (20 Páginas)  •  150 Visitas

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HISTORIA ECONOMICA COLOMBIANA

¿CUÁLES HAN SIDO LOS COSTOS DE LA VIOLENCIA (1940s y 50s) (Y DE LA VIOLENCIA SUBYACENTE) PARA COLOMBIA?

Presentado por:

DUBANN CAMILO RODRIGUEZ  RIVERA

Presentado a:

CARLOS ANDRÉS BRANDO SALAMANCA

BOGOTA D.C, 22 DE MAYO DEL 2020

La Violencia en Colombia: Un análisis desde la Violencia Estructural, la desigualdad y  el desarrollo.

De acuerdo a Naciones Unidas (2019), la desigualdad no se trata solo de la riqueza, el patrimonio neto, de los ingresos o el sueldo bruto. También puede abarcar la expectativa de vida, la facilidad que tienen las personas para acceder a los servicios de salud, la educación de calidad o los servicios públicos. Hay desigualdades entre los géneros y entre los grupos sociales. Además, la desigualdad aumenta y persiste porque algunos grupos tienen más influencia sobre el proceso legislativo, lo que impide a otros grupos hacer que el sistema responda a sus necesidades. Esto lleva a distorsiones de políticas y socava el proceso democrático[1]. Identificar las relaciones entre la violencia en Colombia, las estructuras sociales o poderes legislativos y la desigualdad, es una tarea que demanda partir de la definición de violencia para entender de qué manera funciona la violencia estructural y cuál es su papel en esto de la desigualdad.

Posteriormente, y una vez explicado el enfoque desde el cual se analiza la violencia estructural y se relaciona con la desigualdad, se pretende evidenciar cómo este tipo de violencia ha influenciado en el desarrollo desigual que ha tenido Colombia y el impacto en la calidad de vida de las poblaciones vulnerables, cuestión que ha dado pie no solo al hecho de vivir en una constante latencia de conflictos armados de grande o poca escala, sino también a una brecha social que da cuenta de la calidad de vida insostenible que tienen las personas en Colombia hoy en día y que no permite la posibilidad de proyectar un futuro donde el desarrollo vaya de la mano de instituciones estables y un Estado con capacidad de establecerse en todo el territorio nacional, por ende, hablar de desarrollo sin hablar de violencia estructural y dar cuenta de la incapacidad de un Estado colombiano que por años ha perdido la facultad de manejar un país sumido en el conflicto, es imposible.

Dicho esto, este ensayo busca dar luz a la relación directa que tiene la violencia estructural como eje de la desigualdad social, el conflicto armado o violencia y por último al desarrollo desnivelado que ha tenido el territorio nacional. Mientras la violencia estructural siga aumentado la brecha de la desigualdad, los ricos serán siempre más ricos, mientras los pobres seguirán sumidos en un estancamiento perjudicial del cual, salir es tan complejo como entender este tipo de relaciones.

Colombia es un país que ha sido azotado por la violencia desde sus inicios, en efecto y en relación con el enfoque de este ensayo, la violencia estructural es sin duda la causa principal de la misma. La desigual repartición de la tierra y la falta de espacios para participación política dieron cabida al uso de la violencia y la lucha armada. Un método que en los años siguientes se fue reforzando con la irrupción del narcotráfico, el narcoterrorismo, la presencia de nuevos actores políticos y armados en un contexto de lucha revolucionaria, Guerra Fría y guerra contra el terrorismo que han ido transformando el conflicto en su razón de ser y métodos de subsistencia.[2]

Identificar las relaciones entre el conflicto, las estructuras sociales y la desigualdad, es una tarea que demanda partir de la definición de violencia para entender de qué manera funciona la violencia estructural y cuál es su papel en esto de la desigualdad. Johan Galtung expone la violencia no como algo que está en la naturaleza humana, sino como algo que está incrustado en las condiciones o circunstancias que condicionan la realización de su potencial. En este sentido Galtung pretende añadir un sentido más profundo de violencia y separa su significado de la relación directa que pueda tener con el conflicto, al contrario expone tres tipos de violencia que van a condicionar la forma en que generalmente se piensa en el conflicto y en la búsqueda de la paz:

1. Violencia directa: son los daños visibles, las muertes, los heridos, refugiados o las destrucciones materiales. Es un acontecimiento.

2. Violencia Cultural: aquellos aspectos de la cultura materializados por medio de la religión y la ideología, el lenguaje, el arte y las creencias, que legitiman la violencia directa o estructural. Es invariable, permaneciendo en diferentes periodos, dada la lenta transformación de la cultura básica.

3. Violencia Estructural: violencia indirecta originada por la injusticia y la desigualdad como consecuencia de una estructura social (ya sea dentro de la propia sociedad o entre el conjunto de sociedades). Es un proceso con altos y bajos.

Para explicarlo de una manera más sencilla, de entrada la organización del sistema social genera la violencia estructural que alimenta las demás violencias, es un condicionante para las demás, aunque al mismo tiempo funcionan en forma de espiral o de triángulo vicioso. Por ejemplo, la violencia estructural, sería el patriarcado, que generaría en cuanto a violencia cultural el machismo y por ende legitima la violencia directa contra las mujeres (golpes, violaciones, abusos, etc). La interconexión entre este tipo de violencias permite identificar un panorama más amplio sobre el cómo las estructuras sociales y la forma de organización generan una ruptura entre lo posible y lo establecido.

En específico, en Colombia, el sistema de repartición desigual ha marcado una pauta para las formas en que las personas han decidido luchar por sus derechos, desde economías basadas en el funcionamiento de la guerra, hasta un conflicto armado que no es más que la respuesta a la inestabilidad de las instituciones encargadas de velar por la calidad de vida de las personas, a un Estado que en su calidad de garante de derechos ha fracasado continuamente.

Hasta hoy, seguimos preguntándonos realmente cual es el papel del Estado, si bien, creemos firmemente en que confiamos nuestros derechos a un Estado con la capacidad de representarnos apropiadamente, seguimos pasando por procesos de reapropiación de espacios, de economías que no permiten a los pequeños y medianos empresarios emprender, nos enfrentamos a políticas para la mayoría y a pueblos enteros sumidos en el desconocimiento geográfico donde son fantasmas dentro de la política colombiana que un día aceptó que hay lugares donde nunca podrá llegar. Surge siempre la misma pregunta ¿hasta cuándo vamos a estar esperando que el Estado colombiano actúe a nuestro favor? ¿Tendremos que armarnos y luchar desde la violencia? o ¿salimos a las calles a votar?. Son preguntas que rondan el imaginario colectivo y que hacen que las personas no confíen en las instituciones, porque es cierto, un Estado no puede ser un Estado sólido mientras las personas no crean en sus instituciones, es decir, ¿qué tipo de legitimidad se espera, mientras la base de toda política siga siendo la desigualdad y la injusticia social?.

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