Mujeres Y Politica

Sabido es que una guerra no sólo deja huellas, marcas, desastre en edificaciones, en muros, en calles, en la economía, en la política, en el país ganador, en país perdedor; sino también deja huellas en las personas, huellas por ejemplo en la memoria de familiares de los más de 60 millones de personas que murieron tras la 2° Guerra Mundial, huellas en los sobrevivientes a los campos de concentración, a los que sobrevivieron a las funestas cámara de gas, sus tristes relatos, suelen ser estremecedores, que logran trasladarlos a esos días, relatos que han inspirado al 7° arte, y han plasmado en premiadas películas el horror vivido por muchos.

Huellas que hasta el día de hoy siguen viviendo los habitantes de ciudades como Hiroshima, Nagasaki, que fueron arrasadas por la Bomba Nuclear, y que siguen con el fantasma atómico en sus vidas, en sus suelos, en sus aguas, en sus niños.

Huellas también en la memoria de las miles de mujeres que prestaron servicios para la 2° guerra Mundial, que debieron dejar sus cómodos hogares, y aprender oficios destinados por años al hombre, no sólo como enfermeras, en labores como mecanografía, telefonía, fueron ocupadas en el servicio meteorológico, en el de criptografía, como operadoras de radio, trabajadoras del metal, instaladoras en los aviones, especialistas de mantenimiento del material de guerra, analistas fotográficas y como controladoras aéreas, y todo esto para permitir que el hombre fuera al frente de batalla. Sin embargo, a pesar de ser capaces de desempeñarse en dichas áreas, y de experimentar un sentido de independencia y liberación, les pagaban mucho menos que a sus compañeros hombres.

Pero no sólo para estos trabajos fue reclutada la mujer, también se utilizaron mujeres para uso sexual, mujeres fueron violadas, embarazadas, prostituidas forzosamente, en toda las guerras que ha sufrido la humanidad, se han visto estos vejámenes. Especialmente por el ejército imperial japonés que involucró el llamado por la fuerza de 100.000 a 250.000 mujeres asiáticas, las que eran llevadas a “servir” a los soldados, en el campo de batalla.

Una vez terminada la 2° guerra Mundial en 1945, los hombres retornan a sus ciudades, a sus hogares y a sus trabajos, por lo que se esperaba que la mujer volviera a desempeñar los papeles tradicionales de esposa y madre, pero eso no ocurre debido a que había comenzado a cultivar su autonomía se había vuelto independiente, eso sirvió como estímulo para los movimientos feministas.

El feminismo como movimiento, nace muchos años atrás no es la consecuencia de las guerras mundiales, pero en cada etapa de la historia ha luchado por generar logros para las mujeres.

En el siglo XX la mujer ya no estaba para seguir con el rol de ama de casa, la mujer sería parte del mundo público atrás quedarían esas imágenes de mujeres vestidas con ajustados corsés, abultadas y largas faldas, y nacerían mujeres dispuestas a vestirse de pantalones o faldas más cortas, moda lanzada al mundo por Gabrielle Chanel más conocida como “Coco”, que por 1925 deleitó las pasarelas parisinas con estos nuevos atuendos

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