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LA MUJER EN LA POLITICA


Enviado por   •  24 de Julio de 2013  •  10.856 Palabras (44 Páginas)  •  676 Visitas

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LA MUJER EN LA POLITICA

Durante el siglo XX las mujeres lograron incorporarse masivamente al mundo público insertándose aceleradamente en cualquier ámbito de trabajo que antes era exclusivo de los hombres, pero más lentamente, en el ámbito político. A pesar de ello, la situación de discriminación y subordinación en que viven persiste y se reproduce constituyendo un freno al desarrollo individual y de la sociedad en su conjunto.

La participación social y política de las mujeres ha sido y es considerada como una estrategia central en la construcción de la equidad de género y en la profundización de la democracia, lo que conlleva a una edificación de ciudadanía y de valores de una sociedad en constante evolución.

En Bolivia todavía persiste una cultura machista y tradicional que asigna a las mujeres roles subordinados, tradicionales y dependientes, sobre todo aquellos roles de reproducción y cuidado de la vida familiar, ya que el peso de la unificación de la familia recae bastante en la mujer, la responsabilidad que la mujer tiene con respecto a un hombre en muy diferenciada.

En lo que concierne a hablar sobre la participación de la mujer en el siglo XXI, se evidencia que la mujer ha logrado combatir ciertos estereotipos anacrónicos y discriminadores que dentro de la cultura boliviana para algunos sectores eran naturales. El hecho de que la mujer esté condicionada a la cocina y ocupe el lugar de servidumbre ha ido cambiando poco a poco.

La construcción de la ciudadanía política femenina implicó diversas transformaciones en cuanto a normativa se refiere, para garantizar y asegurar la participación política. A través de reformas constitucionales y la sanción de leyes específicas, las mujeres fueron incluidas desde el plano formal como sujetas de derecho a elegir y ser elegidas (Revolución de 1952).

Dentro de los avances más significativos, está la sanción de la Ley 1779 (1997) que implicó la incorporación de cuotas de género para la confección de las listas partidarias. Dicha Ley estableció la implementación de cuotas de género.

La Ley de Partidos Políticos (promulgada en 1999) dispuso que los partidos políticos establezcan una cuota no menor del treinta por ciento para las mujeres en todos los niveles de dirección partidaria y en las candidaturas para cargos de representación ciudadana (Art. 19 Inc. IV) y 3)

La Ley de Agrupaciones Ciudadanas y Pueblos Indígenas (promulgada en 2004) estableció un sistema de paridad al establecer una cuota de 50 % para cada sexo en todas las candidaturas.

La reforma constitucional del año 2009 estableció que en la elección de los representantes de la Asamblea Legislativa Plurinacional se garantizará la igual participación de varones y mujeres (Art. 147); a la vez que el Órgano Electoral Plurinacional regulará la elección interna de dirigentes y candidatos procurando garantizar la igual participación de varones y mujeres (Art. 210 C.P.E.).

Está claro que en América Latina los electores han demostrando que cada vez confían más en las mujeres para resolver los cientos de problemas socio-económicos que los aquejan y hacer frente a la muy difundida corrupción.

La llegada al gobierno de Michelle Bachelet, Dilma Rousseff y Cristina Fernández reactualizó el debate acerca de la presencia de las mujeres en la política y las características de sus liderazgos. La participación de la mujer se torna muy propicia y saludable para el sistema democrático, como para las sociedades que tratan de avanzar en la construcción de equidad e igualdad.

En general, se considera que se requiere de un número suficiente de mujeres en el poder para lograr representar los intereses y los problemas de las propias mujeres. Pero también existe la sospecha de que, una vez en el poder, estas se masculinizan y reproducen los modelos construidos por los hombres, el hecho es que de una u otra manera si existe un cambio en el sistema que antes era imperante o exclusivo del sector masculino.

Hoy en lo que respecta a América Latina, se puede decir que la mayor presencia de las mujeres en el ámbito del poder y decisión coincidió con una atención sin precedentes a temas relacionados con los derechos de las mujeres, como la violencia doméstica, la reproducción y el derecho de familia. La presencia de más mujeres en la política es, ya de por sí, un cambio que pasa de lo simbólico a un hecho importante y real. Se dice que las representaciones son siempre difíciles, en todos los niveles, ya que frecuentemente, los representantes políticos, así sean mujeres o varones, tienen serias dificultades para reflejar la composición social y las opiniones de sus representados.

La tendencia a nuevas características femeninas también sintonizan con las nuevas necesidades de liderazgo: abierto, no competitivo, innovador, flexible, consultivo, comunicativo, colaborativo, persuasivo y cooperativo (más que impositivo o competitivo), el tema hoy sigue siendo ampliamente debatido sobre un liderazgo que no sea competitivo, ya que existe claros ejemplos de que la competencia de mujer contra mujer es más fuerte e inflexible.

Pese a que las complicaciones de las mujeres para acceder a puestos de poder se explican por una conjunción de factores como su responsabilidad en las tareas domésticas y la crianza de los hijos, elmodelo masculino predominante en la política, la dificultad para superar las barreras ideológicas y psicológicas por parte de las propias mujeres, y los estereotipos de eficiencia, honestidad y capacidad de la mujer que pueden llegar a ser contraproducentes en el sentido de elevar las expectativas, con lo cual las mujeres políticas pueden estar en mayores dificultades para probar sus actitudes o ser juzgadas con más dureza.

Con todo eso, las nuevas organizaciones políticas tienen un fuerte reto en la conformación de nuevos liderazgos, donde la mujer tenga las mismas oportunidades de competencia y de ser parte de una nueva coyuntura emergente de tendencias de valorización a lo femenino.

La política ya no está condicionada al sector varonil, las mujeres que asuman la tendencia que hoy se visibiliza en Latinoamérica, contribuirán a crear mayores espacios para dicho género, pero sobre todo para cambiar los rasgos de la cultura política, sobre todo la boliviana.

CAN armoniza indicadores para medir participación política de la mujer

La Paz, 24 abr (ABI).- La Comunidad Andina de Naciones (CAN) definió seis indicadores que permitirán armonizar las mediciones de participación política con enfoque de género en Bolivia, Colombia, Ecuador y Perú, e implementar políticas públicas que promuevan la igualdad de oportunidades, informaron fuentes institucionales.

Según

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