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La Mujer En La Politica


Enviado por   •  1 de Mayo de 2013  •  3.181 Palabras (13 Páginas)  •  394 Visitas

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LA MUJER EN LA POLÍTICA

La participación de la mujer en la política es relativamente reciente en la historia moderna. El hecho más significativo lo encontramos en el año de 1966 con la llegada de Indira Gandhi a la Jefatura de Gobierno de su país, India, y que más tarde se convertiría en la Principal ligereza política del Tercer Mundo.

Después de ella, son contadas las mujeres que han podido ocupar los cargos más altos del poder político, como Primeras Ministras o Secretarias de Estado.

Entre las más conocidas a nivel internacional podemos mencionar a Margaret Thatcher, Ex Primer Ministra de Inglaterra; Isabel Perón, Ex Presidenta de Argentina; Michele Bachelet, Actual Presidenta de Chile; Condoleezza Rice, actual Secretaria de Estado de Estados Unidos; Violeta Chamorro, Ex Presidenta de Nicaragua.

Cuando se habla de este tema generalmente se piensa que la participación de la mujer en la Política es mayor en los países desarrollados, pero no es así, esto no depende de la riqueza o la pobreza.

Por ejemplo, en algunas de las naciones más ricas del mundo como Estados Unidos, Francia o Japón, la representación femenina en los parlamentos es de apenas entre un 10 y 12 por ciento, mientras que en varios países de África el porcentaje es de 25 a 27 por ciento.

En todo el mundo, solo 11 países han alcanzado el 30 por ciento de participación de las mujeres en la política: Suecia, Dinamarca, Alemania, Finlandia, Noruega, Islandia, Países Bajos, Sudáfrica, Costa Rica, Argentina y Mozambique.

Los primeros pasos

Como ya lo señalé antes, la incursión de la mujer en la política inició a finales del siglo XX. El proceso de modernización capitalista, que favoreció el ingreso de las mujeres al mercado laboral y a niveles más altos de escolaridad, trajo consigo su incorporación masiva a los movimientos sociales como el campesino, indígena, obrero, estudiantil y urbano popular, desde donde ellas expusieron sus demandas frente al Estado corporativo, autoritario y clientelar.

A la postre esos reclamos han permitido a las mujeres acceder poco a poco a los espacios políticos y de gobierno, aunque en la realidad el crecimiento de su participación en estas actividades ha sido extremadamente lento.

Es indudable que el derecho al voto de la mujer aceleró su actuación en el ámbito político y en los espacios donde se toman las decisiones. Sin embargo, a pesar de los avances que se han logrado, es enorme la distancia que nos separa de los hombres en cuanto a las condiciones preferenciales que ellos tienen para sobresalir en el quehacer político.De acuerdo con los expertos en esta materia, los principales obstáculos son los siguientes:•

La existencia de una cultura política discriminatoria en gobiernos y partidos Políticos.

• Escasa valoración de las capacidades y aportaciones de las mujeres al ejercicio del Poder político.

• Falta de programas que promuevan la participación de las mujeres, y

• La mayor dedicación de las mujeres al cuidado de su familia.Participación Política de la Mujer

(Grupo Parlamentario Venezolano, Parlatino, Diputada Norexa Pinto, Comisión de la Mujer)

La mujer ha sufrido desde los inicios de la civilización, de un trato discriminatorio en todos los ámbitos de la vida pública y privada. La participación política ha sido uno de ellos, en donde antiguamente se consideraba que la mujer no poseía las capacidades mentales suficientes para emitir su opinión referente a asuntos públicos, ni mucho menos formar parte de la vida política de los países; existía la creencia generalizada de que las mujeres no eran aptas para trabajos intelectuales, solo debían dedicarse a las labores del hogar y por ello se les negaba la oportunidad de una educación.

El surgimiento de movimientos de masas de mujeres en los años setenta y ochenta y su destacado papel en la lucha contra los regímenes autoritarios del continente crearon grandes expectativas de mejores oportunidades para la mujer una vez producido el retorno a la democracia. Se esperaba que la consolidación de las instituciones democráticas promoviera una mayor participación de la mujer en la elaboración e implementación de las leyes y políticas públicas que la afectan en su vida diaria.

A pesar de estos esfuerzos, aún en la actualidad, la cultura machista de nuestra sociedad mantiene en desventaja la participación política de la mujer, evidenciándose en el bajo porcentaje de mujeres que ocupan cargos de poder en los gobiernos.

Al respecto, el Consejo de Seguridad Nacional de las Naciones Unidas reconoció que las mujeres están todavía muy poco representadas al nivel de toma de decisiones por lo que Secretario General de la ONU, Kofi Annan, se comprometió a dar igualdad de voz en las decisiones del Consejo.

La acción de organizaciones encargadas de defender los derechos de las mujeres, como por ejemplo la Comisión Interamericana de la Mujer (CIM), han logrado intervenir en los planes de acción de los Estados, presionándolos para que se cree un marco legal que proteja y le garantice cierta cuota de participación dentro de los organismos estatales.

A pesar de esto, la participación política de la mujer presenta bajos niveles como por ejemplo; en el Poder Ejecutivo de países como: Brasil, Bolivia, Uruguay, Perú, Guatemala, no llega al 10%. Al respecto, Venezuela posee un alto porcentaje de 25%, mucho mayor al de los años anteriores. En el Poder Legislativo la situación es menos alentadora, en donde Venezuela de un total de 165 diputados en la Asamblea Nacional, 17 de ellos son mujeres, representando un 10.3% contra un 89.70% de diputados masculinos, aunque sin embargo, es mayor en comparación con años anteriores.

En el Poder Judicial, por su parte, los porcentajes superan el 20% en Brasil Paraguay y Bolivia y asciende a más del 50% en Venezuela y Uruguay. Con respecto a las listas partidarias en Venezuela las mujeres participan positivamente con porcentajes superiores al 30%.

Por otra parte, existe la tendencia de que en el sector público, las mujeres ocupan cargos considerados de menor rango y con temáticas sociales, tales como ministerios de cultura, educación, juventud y bienestar social, mientras que en las áreas consideradas como importantes centros de poder político, su participación es menor, como Hacienda o Relaciones Exteriores. Sin embargo, existe un incremento paulatino en el nombramiento de mujeres a importantes cargos de alto nivel.

Además existe predisposición por aquellas candidatas a cargos públicos que están emparentadas con

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