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Perfiles De Conducta


Enviado por   •  20 de Enero de 2014  •  4.342 Palabras (18 Páginas)  •  584 Visitas

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CAPITULO 6

PERFILES DE CONDUCTA

Hoy en día las fuerzas sociales en rápida mutación están afectando los valores de casi todos los individuos, y se ve claramente porque que casi todos somos más avanzados en nuestras ideas que en nuestra disposición emocional para tratar los efectos de nuestra formación, determinada por el sexo.

Money y Ehrhardt (1972) descubrieron que a los 18 meses la criatura ya tiene establecida su identidad sexual y que es dificilísimo, si no imposible, modificar la elección y aceptación del sexo mucho más allá de esa edad.

El terapeuta debe tener presente que los valores, prioridades, propósitos y objetivos de los demás son tan validos para estos como los propios lo son para él.

Durante muchos siglos se ha sostenido el principio de la actividad masculina y la pasividad femenina en materia de trato sexual y toma de decisiones, este y otros supuestos han causado mucha infelicidad y explotación en ambos sexos.

Para que dos personas lleguen a respetar sus respectivas individualidades, es preciso asumir actitudes sutiles, difíciles de lograr y mantener. Para lo cual se han descubierto siete modos principales de reaccionar ante el compañero, a los que denomino <<perfiles de conducta>>. Estos perfiles son: el cónyuge igualitario, romántico, parental, infantil, racional, camarada y paralelo. Los determinantes de estos perfiles de conducta obedecen a múltiples causas que a esta altura de nuestros conocimientos no nos es imposible explicar.

Cónyuge igualitario refleja la filosofía respecto al individualismo, la conservación de la propia personalidad dentro de una relación de coparticipación y la igualdad entre los sexos. Busca una relación basada en la igualdad de ambos esposos, la desee o no su compañero.

Espera que los dos tengan los mismos derechos, privilegios y obligaciones, espera que él y su compañero sean personas completas por derecho propio, pero sensibles a las necesidades del compañero y emocionalmente interdependientes con relación a él. El cónyuge igualitario tiene que ser razonablemente capaz de aceptar y tolerar una relación de paridad madura, no rivalizar demasiado con el compañero, y comprender y respetar las diferencias sexuales para que no sean utilizadas en desmedro de uno u otro esposo.

Cónyuge romántico: representa la <<vieja ola>>. Interactúa como tal aunque no posea una ideología romántica. Se comporta como si quisiera y espera que su compañero sea su <<bien amado del alma>> y que juntos formen una sola entidad; se comporta como si fuera una persona incompleta que solo pudiera adquirir plenitud al lado de su compañero. El romántico empuja y prueba y el otro se resiste estimulándolo apenas lo suficiente como para que siga el juego, el romántico dice que su esposo <<no es sensible, amante, et.,>>, y el otro protesta porque << siempre quiere poner a prueba mi amor>>.El romántico busca satisfacer su aspiración infantil a ser el único objeto del amor, adoración y apoyo de su madre o padre, tiende a ser muy celoso y a proteger su relación. Los románticos tienden a dar gran importancia a los símbolos sentimentales.

Cónyuge parental puede considerarse un amo (que es, esencialmente, un progenitor dominante y autoritario extrapolado al extremo); entre el progenitor y el amo están el cónyuge/maestro y cónyuge/preceptor o profesor. El prototipo del cónyuge parental o amo es Torvold, domina al compañero gobernándolo y velando por él, y lo infantiliza, puede desempeñar un rol benévolo y cariñoso, fomentando la necesidad de crecimiento e independencia del <<niño>>. Para defenderse de su falta de autoestima subyacente erige una estructura rígida destinada a demostrar que el es un individuo adulto. Este no tiene tiempo para escuchar a su compañero cuando le habla de crecer y tomar decisiones por sí mismo.

Subtipo del cónyuge salvador es un subtipo de cónyuge parental que asegura a su compañero una atención especial y forma una relación complementaria con un esposo << deseoso de que lo salven>>. Este subtipo de cónyuge es manipulado o necesita serlo y acepta a si esposo una persona a la que hay que salvar de una situación difícil. Los casos de salvación reciproca no son raros: dos románticos pueden iniciar su relación para salvarse uno al otro de sus respectivos esposos, lo usual es que el cónyuge salvador deba sentirse superior a aquel que salva, no se limitara a ayudar a una persona amada y seguirá protegiéndolo en tanto le sea fiel y acepte su posición de <<persona deseosa de ser salvada>>. El cónyuge salvador puede convertirse poco a poco en cónyuge parental. Este subtipo tiene necesidad de salvar a otros basado en su propia sensación de ineptitud o insuficiencia para ser amado. Los mecanismos de defensa que utiliza son la represión, formación reactiva, intelectualización, desplazamiento, defensa perceptual.

Cónyuge infantil se convertirá en el <<esclavo>> del <<cónyuge amo>>. Manifiesta predisposición a interactuar como niño y reacciona con hostilidad si su compañero desea hacerlo. En materia de interacción, busca que lo cuiden, protejan, corrijan y guíen; a cambio de esto, le ofrece a su cónyuge parental el derecho a sentirse más adulto y necesario, a que apuntalen su sistema de defensa. Se transforma a menudo en el verdadero dueño del poder y son capaces de explotar la situación amenazando con marcharse. El niño exigente o indefenso puede causar tensión en cualquier clase de relación.

Subtipo del cónyuge deseoso de que lo salven (es el complemento del cónyuge salvador), se siente amenazado y abrumado por un mundo hostil que es incapaz de enfrentar por sí solo, motivo por el cual necesita un progenitor bueno o un salvador que se haga cargo de el protegiéndolo, actuando en su nombre, resolviéndole conflictos y dirimiendo las ambivalencias que retardan la acción.

Puede ser un manipulador consciente o inconsciente que se vale del cónyuge salvador para evadirse de una situación difícil, y luego lo abandona, precipita una nueva crisis. Es dependiente, pasivo de la escala y tiende a no ejercer mucho poder.

Cónyuge racional se niega a admitir que las emociones puedan influir en su conducta, y trata de establecer una relación marital razonada, lógica y bien ordenada, delineando con claridad las obligaciones y responsabilidades mutuas. No es habitual que manifieste afecto o pasión de manera muy abierta. Es pragmático, realista, comprende las reglas del sistema y tiene una tendencia inherente a vivir de acuerdo con ellas; rara vez crea reglas nuevas o cambia las existentes, supone que su opinión es correcta,

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