EL ARTE DE LA GUERRA
ROXAN2430 de Octubre de 2014
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ENSAYO
Sun Tzu nos dice: "La mejor victoria es vencer sin combatir, y esa es la distinción entre el hombre prudente y el ignorante".
Sun Tzu nos muestra claramente los aspectos de la guerra y de la estrategia que no cambian con el paso del tiempo.
Fue y sigue siendo estudiado por todos aquellos estrategas militares que han dirigido ejércitos, pero también ha servido de gran ayuda para todo aquel guerrero que ha emprendido el camino en la lucha por la sobrevivencia en este mundo.
El arte de la guerra es uno de los libros más antiguos que se han escrito. Fue el primer intento conocido sobre lecciones de guerra. Sin embargo, es todavía frecuentemente utilizado en la actualidad debido a que sus enseñanzas pueden ser aplicadas en muchas otras áreas donde está involucrado el conflicto.
El arte de la guerra nos enseña que el triunfo no está necesariamente en manos del más fuerte, sino del más inteligente, ni de ejércitos invencibles con miles de hombres sino que estos pueden ser también vulnerables; todo es una cuestión de habilidad e inteligencia.
Quien dispone mejor de sus recursos puede ganar muchas batallas, incluso encontrándose en inferioridad numérica, siempre que conozca a su enemigo y a sí mismo, que sepa cómo alentar a sus aliados y desalentar a sus adversarios, además saber aprovechar el terreno y las circunstancias que se le presentan; estar atentos para detectarlas y no perder oportunidades valiosas.
A Sun Tzu no le importa la victoria a él solo le interesa ganar, actualmente sus escritos han dado origen a cientos de libros en enseñanzas que se aplican a los deportes, la política y los negocios.
CAPITULO I: APROXIMACIONES DE LA GUERRA
La guerra es de vital importancia para el Estado; es la frontera entre la vida y la muerte, el camino hacia la supervivencia o la aniquilación es necesario manejarla bien. El arte de la guerra se basa en el engaño. Por lo tanto, cuando eres capaz de atacar, debes aparentar incapacidad; cuando las tropas se mueven, aparentar inactividad. Si estás cerca del enemigo, has de hacerle creer que estás lejos; si está lejos, aparentar que se está cerca.
Si tu oponente tiene un temperamento colérico, intenta irritarle. Si es arrogante, trata de fomentar su egoísmo.
Si las tropas enemigas se hallan bien preparadas tras una reorganización, intenta desordenarlas. Si están unidas, siembra la disensión entre sus filas. Ataca al enemigo cuando no está preparado, y aparece cuando no te espera. Estas son las claves de la victoria para el estratega.
Sun Tzu dice: “Entendamos el arte de la guerra y prevaleceremos; ignoremos y lucharemos en la oscuridad”.
>>Conoce a tu enemigo y conócete a ti mismo, y en cien batallas nunca estarás en peligro<<
>>Evita lo que es fuerte y ataca lo que es débil<<
Después de cada batalla enfatiza la maniobra y el engaño, la mayoría de las batallas se ganan con la inteligencia y no con la fuerza. “Las armas traen problemas. Hay que darle su lugar a la guerra y reflexionar antes de lanzarse a ella”.
Se deben considerar cinco factores fundamentales y compararla con los siete elementos que se citan más adelante. Así apreciaremos mejor los datos esenciales.
El primer factor: ES LA INFLUENCIA MORAL.
El segundo: EL CLIMA.
El tercero: EL TERRENO.
El cuarto: EL LIDERAZGO.
El quinto: LA DISCIPLINA.
LA INFLUENCIA MORAL
La interpretamos como la armonía entre el pueblo y sus dirigentes, de tal modo que los apoyaran en la vida y en la muerte sin dudar en poner su vida en peligro.
EL CLIMA
Vamos a entenderlo como la interacción entre las fuerzas naturales, el frio en el invierno y el calor en verano y como vamos a adaptarnos a los distintos cambios que se nos presentan según los cambios del clima, tomarlo en consideración.
EL TERRENO
El conocer las distancias y reconocer que tipo de terreno vamos a caminar para saber si será fácil o accidentado; si podremos recorrerlo a pie o a caballo, es importante saber dónde nos e
EL LIDERAZGO
Mandar significa entender las cualidades de inteligencia, igualdad, humildad, coraje, valentía y severidad en general.
LA DISCIPLINA
Es la organización, la cadena de mando y la asignación justa de los grados a los oficiales, vigilancia del aprovisionamiento y la atención de las necesidades esenciales del ejército.
CAPITULO II: LA DIRECCION DE LA GUERRA
Si estás sitiando una ciudad, agotarás tus fuerzas. Si mantienes a tu ejército durante mucho tiempo en campaña, tus suministros se agotarán. He oído hablar de operaciones militares que han sido torpes y repentinas, pero nunca he visto a ningún experto en el arte de la guerra que mantuviese la campaña por mucho tiempo.
Sé rápido como el trueno que retumba antes de que hayas podido taparte los oídos, veloz como el relámpago que relumbra antes de haber podido pestañear.
Un general inteligente lucha por desproveer al enemigo de sus alimentos. Cada porción de alimentos tomados al enemigo equivale a veinte que te suministras a ti mismo.
Si utilizas al enemigo para derrotar al enemigo, serás poderoso en cualquier lugar a donde vayas.
Lo más importante en una operación militar es la victoria y no la persistencia. Esta última no es beneficiosa. Un ejército es como el fuego: si no lo apagas, se consumirá por sí mismo.
CAPITULO III: LA ESTRATEGIA OFENSIVA
Es mejor conservar a un enemigo intacto que destruirlo. Captura a sus soldados y dominarás a sus jefes.
Los que consiguen que se rindan impotentes los ejércitos ajenos sin luchar son los mejores maestros del Arte de la Guerra.
Nunca se debe atacar por cólera y con prisas. Es aconsejable tomarse tiempo en la planificación y coordinación del plan.
Un verdadero maestro de las artes marciales vence a otras fuerzas enemigas sin batalla, haz que tu adversario pierda su ánimo y dirección, así sin destruir habrás vencido; conquista otras ciudades sin asediarlas y destruye a otros ejércitos sin emplear mucho tiempo.
La victoria completa se produce cuando el ejército no lucha, la ciudad no es asediada, la destrucción no se prolonga durante mucho tiempo, y en cada caso el enemigo es vencido por el empleo de la estrategia.
Si conoces a los demás y te conoces a ti mismo, ni en cien batallas correrás peligro; si no conoces a los demás, pero te conoces a ti mismo, perderás una batalla y ganarás otra; si no conoces a los demás ni te conoces a ti mismo, correrás peligro en cada batalla.
“Si no puedes ser fuerte pero tampoco sabes ser débil entonces serás derrotado”.
CAPITULO IV: DISPOSICIONES
La invencibilidad está en uno mismo, la vulnerabilidad en el adversario.
Mientras no hayas observado vulnerabilidades en el orden de batalla de los adversarios, oculta tu propia formación de ataque, y prepárate para ser invencible, con la finalidad de preservarte. Cuando los adversarios tienen órdenes de batalla vulnerables, es el momento de salir a atacarlos.
“Hacerse invencible es conocerse así mismo, la victoria puede ser percibida pero no fabricada”.
La defensa es para tiempos de escasez, el ataque para tiempos de abundancia.En situaciones de ataque, nuestro movimiento debe ser rápido y con grito fulgurante, veloz como el trueno y el relámpago, para los que no se puede uno preparar, aunque vengan del cielo.
Todo el mundo elogia la victoria en la batalla, pero lo verdaderamente deseable es poder ver el mundo de lo sutil y darte cuenta del mundo de lo oculto, hasta el punto de ser capaz de alcanzar la victoria donde no existe forma.
Si eres capaz de ver lo sutil y de darte cuenta de lo oculto, irrumpiendo antes del orden de batalla, la victoria así obtenida es una victoria fácil.
Cuando eres capaz de ver lo sutil, es fácil ganar.
Un ejército victorioso gana primero y entabla la batalla después; un ejército derrotado lucha primero e intenta obtener la victoria después.
CAPITULO V: ENERGIA
Los expertos son capaces de vencer al enemigo creando una percepción favorable en ellos, así obtener la victoria sin necesidad de ejercer su fuerza.
El desorden llega del orden, la cobardía surge del valor, la debilidad brota de la fuerza.
Si quieres fingir desorden para convencer a tus adversarios y distraerlos, primero tienes que organizar el orden, porque sólo entonces puedes crear un desorden artificial. Si quieres fingir cobardía para conocer la estrategia de los adversarios, primero tienes que ser extremadamente valiente, porque sólo entonces puedes actuar como tímido de manera artificial.
Si quieres fingir debilidad para inducir la arrogancia en tus enemigos, primero has de ser extremadamente fuerte porque sólo entonces puedes pretender ser débil.
Cuando un ejército tiene la fuerza del ímpetu, incluso el tímido se vuelve valiente, cuando pierde la fuerza del ímpetu, incluso el valiente se convierte en tímido. Nada está fijado en las leyes de la guerra: éstas se desarrollan sobre la base del ímpetu.
Hace moverse a los adversarios con la perspectiva del triunfo, para que caigan en la emboscada.
CAPITULO VI: PUNTOS DEBILES Y PUNTOS FUERTES
Los buenos guerreros hacen que los adversarios vengan a ellos, y de ningún modo se dejan atraer fuera de su fortaleza.
Si haces que los adversarios vengan a ti para combatir, su fuerza estará siempre vacía. Si no sales a combatir,
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