Gerencia del Talento Humano y Cultura del Servicio

Fabian Andres Argüelles Salamanca

Gerencia del Servicio – COHORTE 2020 – 1

Código. 0000230952

Gerencia del Talento Humano y Cultura del Servicio

Profesor: Maria Elvira Villar Duarte

Celular: 3203456572

Ensayo

El crecimiento organizacional basado en las emociones, cimentando una cultura de servicio duradera en el tiempo.

En el desarrollo de la vida de las personas incorporarse a una organización es una actividad que permite llevar a sustento y conseguir crecimiento personal. En el transcurso de la vida laboral no importa cual sea el cargo hay diferenciadores que permiten que las experiencias de los colaboradores se queden para siempre en su mente y su corazón. A veces rememorar sobre dicha experiencia puede tener factores claros tales como la manera como se comunicaba la organización con él, los reconocimientos que se produjeron o simplemente la manera como su jefe hacia ver la importancia de su trabajo.  

Con el paso del tiempo las organizaciones han entendido que la construcción de una cultura que permita a las personas tener emociones positivas en su lugar de trabajo es una opción ganadora, este rumbo basado en elementos de liderazgo marcados en sus mandos medios o promotores de cultura y teniendo como fin absoluto resultados de cara a la excelencia operativa y por sobre todo a una gran experiencia de servicio a los clientes.

¿Cómo las organizaciones pueden llegar a lograr esa nueva forma de cautivar a sus colaboradores basados en las emociones? ¿Trabajar en las emociones del “capital humano” en efecto impacta la productividad de la organización y ofrece un servicio diferenciador a los clientes? ¿Debe volcarse una organización súbitamente al cambio organizacional basado en las personas?

Las organizaciones son agrupaciones humanas con un fin especifico, al interior de las mismas en la construcción de cultura; es más fácil caer en patologías que no ofrecen un ambiente propicio para una cultura organizacional “ganadora” pensando en las emociones porque se puede optar por patologías tales “siempre lo hemos hecho así” invocando un sentido de continuismo y falta de apertura al cambio como como lo menciona Carrión Maroto en la patología cultural número tres. Aquí es donde viene un liderazgo empoderado capaz de entender que estratégicamente, las emociones son igual de preponderantes que la excelencia operativa y la productividad del “capital humano”, teniendo como derrotero que existe un propósito superior que busca una cultura servicio que ofrece al mercado productos diferenciales.

A lo mejor tomar el rumbo de las emociones es el camino correcto, porque tiene algo de lógica ir a la base e incentivar de una manera casi que individual la satisfacción y el deleite en la realización de las actividades para que orgánicamente se tenga un empuje generalizado que se convertirá en una cultura general. Suena cuento de hadas ir allí por muchos factores internos y externos, tales como falta de voluntad por parte de la alta dirección de la organización o simplemente que al iniciar la compañía cuente con una cultura diametralmente opuesta que tenga como predominante la resistencia a cambiar.

Aquí es donde me atrevería a formular una expresión que ofrece pilares que desde mi punto de vista y teniendo las experiencias laborales previas podemos tener en cuenta, así:

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Desarrollemos un poco esta expresión, pensemos que tenemos una necesidad fundamental de crecer como organización, priorizando la satisfacción del equipo para ir por resultados beneficiosos en los ámbitos financieros, operativos y lo más importante de experiencia de clientes.

Todo debe partir de un clima de cambio; es decir, lanzar señales desde la alta dirección a los colaboradores que los cambios generan un beneficio individual ligado al crecimiento corporativo, para lograr transmitir este cambio la estrategia de marketing interno debe ser disruptiva y por sobre todo cautivadora pero aun el endomarketing solo empieza su camino como gran potencializador.

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