Influencia De Los hábitos De Estudio En El Rendimiento Académico
raquelma8427 de Enero de 2014
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0. INTRODUCCIÓN
El fracaso escolar se puede dar en cualquier nivel. En los niveles obligatorios y en los postobligatorios. Prácticamente todos los educadores coinciden en destacar dos causas del fracaso escolar: la falta de motivación y la “adicción” a los malos hábitos de estudio.
Muchos estudiantes están desmotivados. A largo plazo por el lúgubre futuro que se le avecina: el paro, la escasa valoración social de los “intelectuales”, y la creciente prisa por vivir la vida al máximo, sin más demoras. Y, a corto plazo por el “contagio” que sufren al ver la desmotivación de muchos de sus profesores y las deficiencias del actual sistema educativo.
Por otra parte, las técnicas de estudio no son un recetario para aprobar sin estudiar, ni un uniformismo en el estudio, ni una utopía realizable. Las técnicas de estudio son una herramienta útil para aprender más con menos esfuerzo; un conjunto de normas orientadoras y adaptables a la situación personal de cada uno y fáciles de poner en práctica, con un poco de esfuerzo inicial.
Los hábitos de estudio de estudio se están convirtiendo en uno de los conceptos más importantes en el mundo estudiantil. Después de ver todo el fracaso escolar que se está cosechando en los centros educativos, a los estudiantes les queda la opción de mejorar su rendimiento con normas, trucos, técnicas o recetas de estudio que puedan mejorar claramente los resultados. Los hábitos y técnicas de estudio son un conjunto de herramientas, fundamentalmente lógicas, que ayudan a mejorar el rendimiento y facilitan el proceso de memorización y estudio.
En este sentido, con el estudio que se va desarrollar a continuación se pretende comprobar si la facilitación al alumnado de hábitos de estudios útiles y la adquisición de los mismos por parte de dicho colectivo permite mejorar su rendimiento académico. Así, pues, me planteo los siguientes interrogantes: ¿Los hábitos de estudio adquiridos por el alumnado condiciona su rendimiento académico?; ¿a medida que el alumna o alumna posee más hábitos de estudio mejoran sus resultados académicos?; ¿cuál o cuáles de las variables presentes en el cuestionario sobre hábitos de estudio (motivación, medios y ambiente, aprovechamiento de las clases, aprovechamiento del estudio en casa) correlaciona más con el rendimiento académico?
Antes de presentar el estudio, se va a hacer referencia al marco histórico- teórico que subyace a las técnicas de estudio. Además se van a abordar las técnicas de estudio que se llevan a cabo en la actualidad y los Programas de Diversificación Curricular como marco de intervención del presente trabajo de investigación.
En nuestro sistema educativo la respuesta educativa a las necesidades del alumnado se desarrolla desde diferentes perspectivas siguiendo el criterio de menor a mayor grado de significatividad, priorizando siempre la intervención menos excluyente: optatividad, refuerzo educativo, repetición, adaptación
curricular no significativa, significativa, diversificación curricular y programas de garantía social.
En este marco, la diversificación curricular es una medida extraordinaria de atención a la diversidad, que constituye un mecanismo de ajuste de la oferta pedagógica a las necesidades de los sujetos, actuando como mecanismo corrector de desigualdades en las condiciones de acceso
al producto cultural básico.
1. LAS TÉCNICAS DE ESTUDIO
1. 1. Marco histórico-teórico
Es sorprendente la falta de precisión terminológica que existe entre los términos estudiante y alumno, hasta el punto de que no suele aparecer en publicaciones pedagógicas ninguna diferenciación. La primera aproximación la realizó Ortega y Gasset en 1933, considerando dichos conceptos como sinónimos.
No obstante no se pretende ahondar en dichas diferencias sino respecto de términos afines al estudiar, entre los que se analizarán algunos como aprender, enseñar, lectura, etc.
En primer lugar, estudiar se define según TOURINÁN (1986) como una tarea de instrucción consistente en disponer y organizar una información escrita para lograr su dominio por medio de las actividades pertinentes. Se caracteriza el estudio, según esta definición, por ser una tarea intencional, no necesariamente mecánica y automática, y porque debe existir un rendimiento observable, aunque no haya que identificarlo necesariamente con "aprobar exámenes". Más operativos en su definición son ADAMS, CARNTNE y GERSTEN (1985) cuando señalan que estudiar es la lectura de libros de texto para adquirir información, con lo cual inciden en que la tarea básica del estudiar es la lectura. El proceso mediante el cual los estudiantes extraen la información de los libros de texto, según ello, sería todo lo referido a las destrezas de estudio ("Study Skills").
Estudiar no es la "profesión del estudiante"; ni siquiera prepararse un porvenir para el futuro mediante el estudio, pero sí un trabajo. Tampoco estudiar debe ser identificado con toda la serie de tareas y actividades que se realizan al estudiar. Primero, porque dichas tareas no son exclusivas del estudio, aunque sean típicas de dicha actividad, y segundo, porque existen otras formas de estudiar que no se restringen a ellas. Según esto sería difícil distinguir entre estudio e investigación, por ejemplo. Lo que diferencia a ambos términos es que el primero se enfrenta al saber "ya hecho" para asimilarlo y ponerlo en relación con lo que ya se sabe, mientras que en la investigación se trata de cuestionarlo o avanzar hacia nuevos conocimientos.
Por otro lado, tampoco pueden confundirse estudio y aprendizaje, pues ni todo lo que se estudia es aprendido, ni todo lo que se aprende es fruto del estudio. Como bien señalan HERNÁNDEZ Y GARCÍA (1991) son tres los niveles de aprendizaje:
- Aprendizaje no deliberado, que constituiría el aprendizaje incidental, constante, y con frecuencia inconsciente.
- Aprendizaje deliberado, caracterizado por ser intencional, que también se da en otros
- Aprendizaje intensivo, con una función de recuerdo o aplicación.
El estudio participaría de los dos últimos, constituyendo un aprendizaje intencional intensivo.
Por otra parte, hay que diferenciar enseñar y estudiar, ya que en el primer caso un emisor (profesor) transmite información a un receptor (alumno), o le ayuda a captar dicha información: profesor mediador o facilitador de aprendizajes. En el caso del estudiar, es el alumno quien toma la iniciativa de acceso al conocimiento, bien basado en el texto (profesor/autor), en el propio descubrimiento o en la facilitación ofrecida por el mediador.
Tampoco se pueden identificar como la misma acción lectura y estudio, aunque aquella constituya la actividad fundamental o básica del estudio. El hecho de estudiar conlleva el objetivo de aprender, y por lo tanto capacidad y esfuerzo por atender para conseguir la reelaboración personal de lo asimilado; mientras que la lectura con objetivo generalmente de entretenimiento y solaz, sin otro propósito, no requiere especial esfuerzo.
En este sentido, CASTILLO ARREDONDO (1982) considera el estudio como una actividad personal, consciente y voluntaria, en la que se ponen en funcionamiento todas las capacidades físicas e intelectuales, con el fin de comprender, analizar y sintetizar aquellos datos, técnicas y principios que ayudan a la formación y desarrollo personal. En este sentido considera una doble vertiente:
- Comprensión y asimilación de la realidad que nos rodea, resultante de las aportaciones de nuestra civilización a través de la historia, y de la evolución científica.
- Perfeccionamiento de la propia realidad como persona, para lograr el desarrollo y alcanzar en la vida las metas que uno sea capaz de proponerse.
El estudio no debe limitarse a la asimilación de los libros y textos escritos, sino que debe abarcar la observación, investigación y actuación sobre toda la realidad vital del entorno del estudiante. Tampoco el medio impreso es el único de los contenidos objeto del estudio; hay que contar también con los nuevos soportes informáticos.
Otros términos relacionados con el estudio son los hábitos, técnicas y estrategias. Así pues, se considera el término de "estrategia" como el medio para enfrentarse con éxito a las situaciones de aprendizaje, con diversos enfoques y matices según la literatura psicopedagógica: las estrategias son "medios para alcanzar metas". El término estrategia hace referencia fundamentalmente al conjunto de mecanismos de control y planificación de los procesos cognitivos encaminados a codificar, transformar y almacenar información. Las estrategias de aprendizaje se traducen en reglas de tipo lógico-psicológico que se aplican a los más variados campos de la cognición: percepción, atención, memoria, lenguaje, aprendizaje, etc. y comprenden tanto los procesos de asimilación como los de descubrimiento e invención. En cualquier caso el término estrategia se relaciona con otros, tales como: táctica, destreza, estilo, orientación, proceso, por ejemplo. La distinción entre ellos, sus mutuas relaciones y parciales solapamientos dependen en gran medida de las definiciones convencionales que establecen los diferentes autores. El MEC los engloba bajo el término Procedimientos.
En opinión de MONEREO (1992) las respuestas educativas que históricamente han recibido las estrategias de aprendizaje han seguido una periodicidad bastante constante, y aproximadamente en cada década del siglo XX puede identificarse una aportación original, obviamente emparentada con los modelos psicopedagógicos
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